— Con honestidad, ¿cuánto tiempo más cree que tarde esto? - una mujer envejecida acompañaba al pequeño Lio a consulta.
Si existía algo en lo que Celia Cuccittini confiara, eso era el talento de su nieto con la pelota. Había pasado desde los primeros años del niño buscándole oportunidades de mostrarse, por eso cuando la naturaleza del argentino no surgió (a diferencia de los niños de su edad) la mujer comenzó a preocuparse.
No era un secreto que en el fútbol existía una regla no escrita, no hay omegas en la cancha. Directivas y federaciones coincidían en que tener un omega en un equipo era, no sólo un distractor, sino también un peligro. Las canchas eran un paseo de feromonas y testosterona, no había lugar para un indefenso omega ahí.
Si bien era cierto que la mayoría de los jóvenes no solía soltar sus feromonas, ni entrar en celo, hasta los 18 o 19 años, los clubes y escuelas tampoco admitían niños omegas, sería una perdida de tiempo y recursos entrenar a pequeños que nunca serían aceptados en ningún equipo, de ahí venía el famoso dicho “el fútbol es un deporte de alfas y betas”
Lo común era que entre los 6-9 años los niños supieran su naturaleza, de esa manera sus familias los acercaban a actividades dispuestas para ellos.
Pero las cosas iban un tanto diferentes para el pequeño Lionel. Tenía ya 10 años cumplidos y ni una sola señal de su naturaleza.
Su abuela confiaba en él, por lo que no se detendría tan fácilmente, sabía que un día la esperanza y los corazones de la Argentina dependerían de los pies del pequeño Messi, eso la había llevado a gastar los pocos ahorros que le quedaban en un profesional.
— Mire, señora, voy a hablarle con total sinceridad – el médico se expresaba con tranquilidad — Lio presenta un desarrollo lento, por un déficit hormonal – mientras los adultos hablaban, el joven Messi se encontraba sentado, columpiando los pies y mirando por la ventana del consultorio. — pero esto no es nada de que preocuparse. Un 99% de los casos que presentan desarrollo tardío, resultan ser betas.
No podía existir mejor consuelo para la anciana y el futuro de Lionel, sin embargo la pregunta importante seguía sin respuesta.
— Y menos mal, pero, con honestidad, ¿cuánto tiempo más cree que se tarde esto? El campamento de talentos es en menos de un mes, y la carta de naturaleza es requisito.
El médico conocía a la familia y el potencial del pequeño, por lo que ayudarlos se sentía como lo correcto.
El hombre se levantó de su escritorio y revisó la puerta, como asegurándose que nadie estuviera escuchando.
— Me la voy a jugar, por usted, y por vos Lio – el pequeño le prestó atención al fin. — Le voy a dar la carta, estoy seguro que en poco tiempo la naturaleza beta del niño va a salir, y no hay manera que a esta edad alguien sepa que no ha surgido, lo peor que podría pasar es que resultes ser alfa – el hombre rió mientras le revolvía el cabello.
Abuela y nieto salieron felices del consultorio, y con carta en mano se pusieron en marcha a finalizar la inscripción del pequeño al campamento.
— Menos mal serás un beta, no habrá nada que te impida llegar lejos con la pelota…

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El mejor del mundo [ MESSI x OCHOA]
RomanceUnos jóvenes Lionel y Memo se encuentran por primera vez en un campamento de talentos. Pero, lo que podía ser el inicio de una gran amistad, se ve nublado debido a un secreto del argentino. 25 años más tarde, ambos vuelven a encontrarse en las canc...