El campamento de talentos era la mayor plataforma para que niños de todo mundo aprendieran, entrenaran y se mostraran a clubes de todas partes. Se celebraba cada 2 años y recibía inscripciones desde los 10 años hasta los 15. Se decía que cualquiera que aspirara a hacer carrera en el deporte debía asistir a este campamento.
Todas las sedes anteriores las habían acaparado países europeos, por lo que para niños latinos, asiáticos y africanos asistir a este evento era un sueño solamente, algo que sólo los nacidos en familias con poder adquisitivo, o con patrocinios de algún club importante podían alcanzar.
Pero este año no, este año sería diferente, por lo menos para los latinos. El país que había logrado hacerse con la sede era el, hasta ahora, 4 veces campeón del mundo y campeón actual, Brasil.
Para alguien como Lio era la oportunidad de su vida, los gastos de viaje serían mucho menores que ir a Europa, y el campamento se celebraría justo un año antes del mundial, ese Francia 98 que tenía a todos entusiasmados, sin duda sería una edición memorable.
Lionel aún no tenía un club interesado en él, pero sabía que este campamento cambiaría eso. Su abuela le alisto las maletas, un uniforme sencillo de shorts blancos y camiseta roja, y se despidió del niño, dejándolo a su suerte en un mar de entrenadores, adolescentes y directivos.
Los días de entrenamiento eran justo lo que el pequeño había imaginado; correr, ensuciarse, sudar… todo mientras eran observados a detalle por representantes de clubes de todo el mundo. El único problema de Lio, era que la mayoría de los niños inscritos hablaban portugués. No es que él fuera muy sociable pero tener a alguien que hablara su idioma haría las cosas más disfrutables.
Casi como caído del cielo, mientras pasaba frente a otro grupo de niños entrenando, pudo escuchar a alguien decir “¿Estás cansado? Para que te salgas, los que estamos aquí vinimos a entrenar”
No era la voz de un entrenador, ni siquiera de un adulto, era un niño el que hablaba así. El idioma, y el tono autoritario, hicieron que Lio se detuviera a mirar a aquel grupo, observando a detalle, hasta que el contrario notó su presencia.
— ¡Tú! El chaparrito, ¿ya tienes equipo? – un niño más alto que él, y con los guantes puestos, le hablaba, casi gritando, en realidad parecía más un regaño que una pregunta.
— Yo…
— No tienes cara de brasileño, ¿hablas español? ¿inglés? Aah… do you… have… a team? – el niño arrastraba las palabras y las pronunciaba con un acento gracioso, Lio quería reírse pero sentir toda la atención sobre él lo detenía.El argentino no podía poner sus ideas en palabras, pero sus pies seguían el camino que querían y se acercó al arquero sin dudar.
— Bueno, eso, entra el mudo y sale el tronco aquel, a ver si ahora si esto tiene forma…
Más que un entrenamiento, aquel grupo de niños mexicanos sólo estaba jugando, eso extrañó al argentino, pero en el momento que sus pies tocaron el balón poco le importó que todos le gritaran “mudo” él jugó, y disfrutó ese juego como pocos. Hasta que fueron descubiertos por uno de los entrenadores.
Los muchachos fueron regañados por indisciplinados, y enviados a sus grupos correctos, pero antes de separarse tuvieron un momento para hablar entre ellos.
— Lionel – pronunció por fin.
— ¿cómo dices?
— Mi nombre, soy… Lionel…. Y, vos…? – el tono del argentino era bajito y pausado, le había tomado mucho juntar el coraje para iniciar la conversación con el otro.
— Pinche mudo, si hablas… - el más alto bromeó — un gusto Leonel, yo soy Guillermo, Memo para los cuates – el arquero paso su brazo por encima de los hombros del argentino, haciendo que su estómago diera un vuelco.
— Aquí te quedas tú, Ochoa – habló el hombre.
— Leo, después de los entrenamientos, algunos nos juntamos en el lago, ya sabes, para conocernos, si quieres venir ahí nos vemos…
— ¡Ochoa!
— Si, si, ya me voy… ¡nos vemos, Leo!El más alto se alejó corriendo hacía su área asignada.
— Es con “i”, Lio… - musito apenas el argentino, siendo oído por nadie.
ESTÁS LEYENDO
El mejor del mundo [ MESSI x OCHOA]
RomanceUnos jóvenes Lionel y Memo se encuentran por primera vez en un campamento de talentos. Pero, lo que podía ser el inicio de una gran amistad, se ve nublado debido a un secreto del argentino. 25 años más tarde, ambos vuelven a encontrarse en las canc...