Podía sentir unos cálidos labios recorrer mi espalda. Que mujer esta, tan de mañana y tan necesitada.
-Tony -me susurró en el oído-, ya levántate.
-No quiero, podemos hacer lo que quieras después -me cubrí la cabeza con una almohada-.
-Bueno, yo traté de levantarte por las buenas.
Sentí que se levantaba de la cama pero ya que no la escuché más regresé a lo mío, a dormir. Y justo en ese instante varios cubos de hielo cayeron sobre mi espalda provocando que diera un gran salto fuera de la cama, literalmente.
-¿Qué pasa contigo? ¿Cómo se te ocurre echarme hielo? -le dije histérico-.
-Traté de levantarte por las buenas pero como no quisiste lo hice por las malas -rodeó mi cuello con sus brazos y me dio un pequeño beso en los labios-. Ya relájate y mejor ponte el hielo en esas ojeras que traes.
-Y cómo quieres que no las tenga si no me dejas dormir.
-Tony, son las once de la mañana, Allison vino a verte para ir a una reunión pero le dije que seguías dormido.
-Imagino que se enojó.
-Sí, pero eso no importa, mejor ve a darte un baño que tenemos que salir al aeropuerto -la tomé de la cintura.
-Iré pero si me das un beso de verdad -efectivamente me besó unos largos segundos-.
-Ahora sí vete a bañar -habló sobre mis labios-.
-Elizabeth, ¿recuerdas que me debes algo muy importante?
-Sí, pero como te dije ayer no voy a tener intimidad con alguien que huele a alcohol así que al baño -me empujó hasta la ducha-.
-Oye ¿de dónde sacaste el hielo?
-Tú socio a más de pagar el hotel nos obsequió una botella de champán, de ahí el hielo.
Y ahora sí entré a tomar mi ducha. Por suerte no había amanecido con resaca, casi nunca me pasaba. Pero me quedé con la intriga del tema de esa reunión, yo debía estar presente y sé que Elizabeth no quería hacerme ningún mal al decirle eso a Allison, pero me veré como un irresponsable, aunque nadie me dijo que había una reunión.
Salí del baño y me puse mi pantalón, pero no continué con el resto porque justo en ese momento apareció Elizabeth con un vestido colorido, no igual al de anoche pero sí igual de sensual en ella.
-Tony, tenemos que ir al aeropuerto date prisa -la tomé de la cintura hasta pegarla a mi cuerpo-.
-Creo que podemos demorarnos un rato -puso sus manos en mi torso desnudo-.
-No, no podemos -empecé a rozar mis labios en su cuello-.
-¿Por qué no? -la conduje hasta la cama-.
-Porque nos están esperando -subió sus manos hasta enredarlas con mi cabello-.
-¿Y? Ya te dije que es mi avión y esperarán hasta que llegué.
Busqué sus labios desesperadamente y la coloqué en la cama con cuidado. Ya era momento de que me pagara lo que me debía. Pasé mi mano debajo de su vestido hasta llegar a su muslo mientras seguía besando sus labios. Bajé el cierre del vestido y mientras iba quitándoselo, con mi mano libre acariciaba su espalda. Al dejarla sin aquella prenda pasé con mis labios a través de sus pechos hasta llegar a su abdomen donde fui depositando pequeños besos y mordidas mientras seguía descendiendo impulsado por los gemidos de la mujer en mis brazos.
De repente se escuchó como la puerta principal se abría. Maldición, ¿A quién se le ocurre molestar en un momento tan importante?
-Tony -se escuchó fuera-.
Era Allison. De inmediato nos levantamos, Elizabeth buscó su vestido y yo me puse lo que faltaba de mi ropa, todo en menos de un segundo. Justo en ese momento la puerta de la habitación se abrió y Allison entró.
-Al parecer estás listo, vámonos -dijo Allison observándonos antes de salir de la habitación-.
Elizabeth y yo seguíamos con la respiración agitada y el cabello revuelto. Ambos nos observamos y no pudimos evitar reírnos ante el hecho de que casi somos descubiertos.
***
Estaba sentado en un taburete de la cocina esperando como siempre el desayuno preparado por mi mujer. En cuanto colocó el plato con la comida frente a mí, su celular que estaba a mi lado sonó, me llamó mucho la atención el nombre que apareció en la pantalla, Alex. Elizabeth tomó el celular y atendió la llamada.
A pesar de que ella era mi novia y vivía conmigo nunca perdió contacto con Alex, siempre hablaban por teléfono y de vez en cuando salían a desayunar. No me molestaba pues sea como sea Alex me había ayudado a hablar con Elizabeth en aquella ocasión, pero tampoco me dejaba tranquilo el hecho de que se vieran, después de todo él dijo que la quería y esos sentimientos no se borran de la noche a la mañana.
Si lo sabré yo.
-¿Quien era? -le pregunté a pesar de ya saber la respuesta-.
-Alex -me respondió serena-.
-¿Y qué quería? -empecé a ingerir mi desayuno-.
-Invitarme a desayunar.
-¿Enserio? ¿Y con que permiso piensas ir?
-Pues con el tuyo -me dio un pequeño beso-.
Salimos de la casa hacia la oficina. Al llegar al estacionamiento del edificio Elizabeth me dijo que estaría aquí para almorzar juntos, así que subí a mi oficina mientras ella partía a su encuentro.
En el momento que entré sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo ¿Qué era eso? Quizás fuera producto de la imagen que tenía en frente, mi sillón estaba con la mirada hacia la gran ventana y estaba casi seguro de que alguien estaba sentado en él. Me acerqué un poco más para ver de quien se trataba. ¿Con qué atrevimientos entraba a mi oficina?
-Tony, tanto tiempo sin verte -detuve mi paso al escuchar esas palabras-.
Aquella voz, no la había escuchado hace mucho. No, no era posible, él no estaba ahí. Traté de convencerme de que lo que imaginaba no era real pero al darse la vuelta no intenté más. Era él, no había duda.
-¿Qué haces aquí? -dije mientras apretaba los puños a mi lado tratando de contener mi furia-.
-Que mal educado -se levantó del sillón-, ¿es así como saludas a tu padre?
Nota del autor: He aquí el nuevo capítulo, y por supuesto no olviden votar y dejar sus comentarios. Su opinión es importante para mí.
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❤️❄️
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Corazón Desarmado (CA #2) (Editando)
RomanceTony y Elizabeth al fin están juntos después de tantas adversidades. Sin embargo antes de empezar una vida nueva descubren que los fantasmas del pasado han estado seguiendolos y ahora se hacen presentes en el camino. Ambos tendrán que atravesar por...