Corazón Desarmado (CA #2) (Editando)

22. Egoista

Me detuve en el semáforo en rojo. No estaba menos enojado, pero sí un poco más relajado. Desde qué salimos de la casa he conducido a toda velocidad. Y este es el primer semáforo que nos topámos en rojo.

Elizabeth no había hablado para nada, y yo no sabía que decir. Estaba enojado, esta vez con ella, aunque sé que sus intenciones son buenas, detesto que hablen de mi madre, no puedo estar feliz por haberme llevado al lugar donde ella se quitó la vida.

Antes de que avanzáramos, observé por el espejo retrovisor en busca de algún oficial o patrulla, pero, en vez de eso, mi vista se desvió a la caja que estaba en el asiento de atrás.

-Elizabeth.-me observó.-¿Qué hace esa caja ahí?

-Pues son las cosas de tu madre, quizás quieras ver lo que contiene.

-Te dije que no quería eso.-levanté la voz.-Te lo he dicho Elizabeth, no quiero nada que esté relacionado con ella.

-Tony, era tu madre.

-No Elizabeth, para ella no lo era.-no pude evitar gritar.

Esta vez no me contestó.

Llegamos a casa, bajé deprisa del auto y entré a mi casa. En la sala, me quité el saco y lo arrojé al sofá. Mientras aflojaba mi corbata, caminé hacia la cocina y tomé la botella de whisky junto con un vaso. Todo esto lo llevé hasta la sala y allí me senté en el suelo, con mi espalda pegada al mueble y la botella junto a mí.

Elizabeth ya había entrado, pues la puerta estaba cerrada. Espero que haya llevado la caja al sótano.
Serví un vaso y lo bebí.

Quizás la bebida apacigüe la ira, espero también el dolor.

Minutos después, no sé cuantos, ninguno de estos dos sentimientos se iba. No estaba ebrio, no podía embriagarme con eso. Lo dijo Elizabeth, la mitad de la botella era agua. Así que lo que estaba tomando no era más que una bebida refrescante. Continuaba sentado en el suelo, contemplando la pared blanca que tenía en frente. Allí no había nada, pero trataba de buscar algo.

Escuché los pasos de Elizabeth, venía hacia mí. Tomé lo que quedaba en mi vaso mientras ella se colocaba a mi lado, de pie.

-Eres un egoísta, Tony Steele.

-¿Qué?.-le dije mientras la observaba.

-Tan sólo te centrabas en tu dolor, sin saber lo que ella sentía.

-Elizabeth, ¿De qué estás hablando?

Me entregó un papel viejo.

-Lo encontré en la caja, tu madre la escribió.

Claro, el papel viejo era una carta.

Era su letra, tenía su firma. Y leí lo que mi madre tenía que decirme:

"Tony, mi querido hijo. Hace mucho no te veo. Después de todo lo que hemos sufrido, estamos aquí. Déjame explicarte y decirte todo lo que alberga este lastimado corazón.

Han pasado meses desde que los doctores me diagnosticaron esta terrible enfermedad. Dijeron que podía salir adelante, pero soy muy débil para eso. En mi conciencia y corazón no hay más que dolor y desesperación. Una gran tristeza, tú padre nos cambió. ¿Cómo superas al hombre con quien has compartido la mitad de tu vida? Simplemente no pude.

La nostalgia me hizo olvidar. Olvidar me cegó, hasta el punto de no ver a quien tenía a mi lado. A mi hijo. No sabes cuantas veces lo intenté, intenté recordarte, pero no pude.

Tony, hijo mío, perdóname. Perdóname por olvidarte, por ser tan débil. Eres un gran chico, eres fuerte, no como yo. Sé que superarás esto, y yo dejaré de ser una carga para ti.

Atentamente
Tania Steele"

Mi vista se nubló. Las lágrimas se acumulaban en mis ojos. Arrugué el papel en mis manos. Y en ese instante todas esas emociones y sentimiento cayeron sobre mí.

-No puede ser.-observé el papel entre mis manos.

-Tony.-Elizabeth se sentó a mi lado.

-Todo podía ser diferente.-la observé.-¿Por qué no lo intentó un poco más?.-dije con ira entre sollozos.

Elizabeth me rodeó con sus brazos y me sujetó con fuerza. Allí, en su pecho, mis lágrimas continuaban descendiendo contra mi voluntad. Con todos estos sentimientos revueltos, la misma ira, acompañada de nostalgia, pero sobre todo dolor. De todos, ese era el que más se hacía presente.

Y era ese el que quería que disminuyera.

Nota del autor: Bueno creo que este es un capítulo algo nostálgico, aún así feliz día a la hermosas madres que leen mi novela, y claro también a las bellísimas madres de mis lectores/as. No olviden votar y dejar sus comentarios. Nos estamos acercando al final 😭

Nos leemos ❤️❄️