Mientras yo desayunaba, Elizabeth estaba revisando su celular. La mujer de la casa hogar le había enviado varias fotos de la casa ahora habitada. Había varios niños, en realidad había muchos, todos ellos con una gran sonrisa por su nuevo hogar. Elizabeth tampoco dejaba de sonreír al ver la felicidad de los actuales residentes, y yo no dejaba de verla.
Todo lo que habíamos traído de Minnesota ahora estaba en el sótano junto al garaje, ella insistió en guardar todo, dijo que no quería tener nada de eso a la vista pero quizás algún día quisiera recordar nuevamente. No discutí, pues eran sus cosas.
Me levanté y tomé mi saco junto con las llaves.
-Ya me voy.-le dije a Elizabeth mientras besaba su cabello.
-¿No quieres que te lleve?
-No, aprovecha este día para hablar con Alex ¿Hace cuánto que no lo ves?
-Desde antes de que fuéramos a Minnesota.
-Esos son como tres meses, supongo que tienen mucho de que hablar así que te doy el día libre.-rió.
Estaba a punto de decirme algo, pero le di un casto beso en los labios y salí.
Conduje alrededor de una hora, pues el lugar que planeaba visitar hoy estaba fuera de la ciudad y el tráfico en Seattle es terrible.
Tres meses atrás pensé en la mujer que me dio la vida, pues hoy decidí visitarla. Necesitaba ir, sólo.
Dejé el auto estacionado y empecé a caminar. Aunque era un cementerio el lugar no estaba solitario, habían varias personas y familias visitando las moradas de sus parientes fallecidos. Incluso había una chica arrodillada frente a una tumba, llorando inconsolablemente por su amado, así le decía ella entre sus sollozos.
Unos metros más adelante estaba ella, mi madre. Me coloqué frente a la tumba, de pie. No la encontré como esperaba, a diferencia de la familia de Elizabeth está sí estaba limpia y las flores no llevaban mucho tiempo ahí. Al parecer alguien se encargaba de ella, quizás algún fanático de su actuación.
La verdad, me tiene sin cuidado.
Continué observando el nombre en la lápida, recordando el dolor que me causó su muerte. No era insensible, claro que dolió, después de todo era mi madre, pero con el tiempo ese dolor se fue convirtiendo en rencor, hasta pasar a odio. ¿Qué razón tenía para hacer lo que había hecho? Ninguna era justificable.
Reí y negué con la cabeza, aún frente a su tumba. Quien me viera diría que estoy loco. Pero en ese segundo se me ocurrió que su enfermedad fuera la causante de su suicidio. Reí, porque era absurdo, negué, porque a pesar de su enfermedad ella era consiente de sus acciones, sabía lo que hacía.
La observé por última vez, sin algún sentimiento en particular, ni nostalgia, ni ira. Y salí de aquel lugar.
No quería ir a trabajar, simplemente no estaba de ánimo. Quizás debería llamar a West e ir por ahí a tomar algo, pero de seguro ahora estaría ocupado o me diría que es muy temprano. Al final regresé a casa.
Al llegar encontré a Elizabeth sentada en el sofá leyendo uno de sus libros en español. Enseguida levantó su mirada del libro.
-Regresaste muy pronto Tony.-dejó el libro sobre la mesa.
-Me sentía mal y decidí regresar.-me senté a su lado.
-Ve a descansar y enseguida te llevó algo.-aflojó mi corbata.
-Tengo todo lo que necesito aquí a mi lado.
Y sin importarle mi "malestar" me besó. El beso se hizo más intenso hasta que la llevé, enredada en mi cintura, hasta la habitación.
Después de todo sí recibí mi medicina.
Nota del autor: Y aquí otro pequeño capítulo. Bueno, ya que he estado subiendo capítulos más cortos, ahora me apresurare en actualizar. Así qué estén atentos, quien sabe y mañana ya está el nuevo capítulo 😏. Así que como dije, estén atentos.
Nos leemos ❤️❄️
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Corazón Desarmado (CA #2) (Editando)
RomanceTony y Elizabeth al fin están juntos después de tantas adversidades. Sin embargo antes de empezar una vida nueva descubren que los fantasmas del pasado han estado seguiendolos y ahora se hacen presentes en el camino. Ambos tendrán que atravesar por...