Capítulo 31.

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Para: Sebastian Vettel

De: Mick Schumacher, tu mejor amigo, después de mi papá.

Sebastián, hoy me convertí en papá ¿puedes creerlo? No puedo con la emoción, pronto te enviaré unas fotografías de mis gemelos que a decir verdad, están idénticos a mi. Aunque se que se parecen más a Paloma, pero solo para molestarle le digo que los gemelos solo sacaron mis genes.

Papá, me mostró la carta que te escribió cuando el regreso a correr y Gina y Yo ya habíamos nacido, así que le robe la idea y he decidido hacerlo yo también.

Tu y yo sabemos que la vida es corta y más cuando corremos contra la muerte cada fin de semana, no tengo la certeza si llegaré a ver a mis hijos crecer pero tengo la certeza que si tu eres su padrino, se que los cuidarás como si fuesen tuyos.

¿Recuerdas cuando te conté de Paloma? Que te dije, que no quería soltarle jamás y que todo este tiempo que no la tuve conmigo, fue como si me hubiesen arrebatado el alma, ahora que estamos formando una familia, el alma me a regresado a mi cuerpo y mi amor por ella, sigue creciendo.

Sebastian, ademas de pedirte que seas el padrino de mis hijos, quiero pedirte que si un día llegase a faltar, por favor, por la amistad que tenemos nunca los dejes solos.

Hanna y tu, son mis dos Grandes amigos y se que si yo o paloma faltáramos, ustedes serían estupendos padres, no se me ocurre alguien mejor que pudiera ocupar nuestro lugar, por si un día yo falto.

Sebastián, promete que no importa que pase, Paloma y mis hijos nunca sufrirán por nada. Si un día yo llego a morir, quiero que los lleves a un lugar seguro y tranquilo, donde ellos estén lejos de este deporte. Quiero que sepan que Mick, su papá y esposo, los amo con todo su corazón y alma.

Quiero que siempre sepan, que no importa si yo no estoy, que tú estarás para guiarlos, cuidarlos y quererlos como yo lo haría.

Hace unos meses tú me hiciste hacer la misma promesa por tu próximo bebé y por Hanna y créeme que con gusto lo haré, cuidaré de ellos como si fuesen mi propia familia y yo quiero que tú lo hagas por los míos.

Cuídalos, ámalos, guíalos y sobretodo no dejes que nada les falte.

Paloma y mis hijos, tendrán una cuenta de banco, que les permitirá vivir de la manera más cómoda posible, mis hijos tienen la escuela pagada por toda su vida, hay varías propiedades a nombres de ellos. (Hoy mismo lo he hecho) te enviaré una copia de ello, Paloma puede casarse y rehacer su vida, solo con una condición.

-no puede ser Charles L, ni tampoco Joe B. Por las condiciones pasadas que ya te he contado, no me podría permitir que le hiciesen daño de nuevo.

Aclarando eso, solo quiero que ella sea feliz a pesar de todo, me esforzaré día con día para hacerla sentir la mejor esposa, la más feliz del mundo y la amare hasta mis últimos días.

Paloma solo merece el amor que tanto le hace falta y créeme que haré lo imposible por hacerla sentir amada, Sebastián, cuídala.

Cuídala por mi y ama a mi familia, como yo mismo lo haría.

Adiós, tú querido Mick."

Sebastián leía una y otra vez aquella carta de Mick, la releía suspiraba mientras varias lágrimas caían de su rostro, Mick había fallecido hacia 1 mes y dos días, y no podía reponerse de la pérdida de su amigo.

Visitaba a diario a la familia de Mick, los niños crecían rápidamente y Paloma había empezado a tener más confianza con Sebastián.

Alguna vez la invito a dar un paseo en barco y ella había negado aquella invitación, no quería despegarse de sus hijos y Sebastian, no volvió a insistir.

Los días continuaban y pasaban, Charles había querido buscar un acercamiento con Paloma pero todo parecía ser imposible, quería preguntarle a Sebastian sobre donde podía visitarle pero el, había negado todo tipo de información.

Las manos frías de Joe, se paralizaron cuando supo sobre la muerte de Mick, sentía pena por el pero también una llama dentro de él volvía a encenderse, podía buscarla de nuevo y esta vez, hacer las cosas bien.

Paloma, miro por la ventana cuando Sebastian entro por la puerta.

"Es un buen hombre" Corinna se acercó a ella abrazándola por la espalda.

"Si, los gemelos lo adoran y creo que Michael también" Paloma replicó y Corinna la tomó de la mano.

"Paloma, me haría muchísima ilusión volverte a ver sonreír, me duele que mi hijo no esté ya con nosotros pero me duele más ver cómo tu vida se escapa de tus manos" Corinna la sentó con ella en la pequeña sala de la habitación. "No te estoy diciendo que vayas y te cases con cualquier hombre que te encuentres, pero si que te des la oportunidad de salir y conocer el mundo de nuevo, Sebastián, es un gran amigo y se que lo será también para ti" Corinna abrazaba con dulzura a su nuera.

"No lose... no creo yo deba de hacerlo" Paloma se sentía incómoda con el tema de Sebastián.

"Querida, Sebastian es un amigo solamente y eso lo entendemos todos, créeme, solo nos gustaría que ambos salieran a distraerse y no estar solo aquí, los niños lo adoran y nosotros a él, pero Paloma, no puedo permitir que tú envejezcas junto con la casa" Corinna la levantó de la mano y la puerta se abrió.

Sebastián entró a la habitación, tenía una sonrisa contagiosa y unos jeans sucios debido a los juegos de los gemelos.

"Perdona, ¿las interrumpí?" Pregunto el, mientras sus mejillas se tornaban rojas.

"No, de hecho, Paloma ya iba de salida" Corinna sonrío con dulzura.

"¿En serio? ¿A donde iras?" Pregunto El con entusiasmo, Paloma se levanto y acomodo su vestido floreado.

"Iré a comprar pan al pueblo y probablemente de una vuelta por las plazas" ella acomodó su cabello y Sebastián no evitó sonreír de alegria.

"Me da muchísimo gusto que lo hagas, aquí cuidare a los niños, solo usa un abrigo porque probablemente el frío al atardecer sea un poco más duro" Corinna salió por la puerta dejándolos solos ambos.

"Mmm, ¿Sebastian me podías ayudar con algo?" Pregunto Paloma mientras sentía como sus manos temblaban.

"Por supuesto, dime" Sebastián la miraba expectante, ella tendió una cadenita y la coloco en las manos de él.

"¿Me la puedes colocar?" Paloma se puso frente a él, recogió su cabello hacia arriba, el aroma dulce de ella inundaron las fosas nasales de Sebastián, tomó la cadena y la rodeo por su cuello, las manos frías de el hicieron un choque de electricidad cuando tocó con suavidad el cuello de ella, terminó de abrochar el collar y sus manos cayeron a sus hombros. "Gracias" ella se giró poco a poco.

Sebastián contenía la respiración y al verla, con un pequeño brillo en sus ojos marrones entendía porque Mick, buscaba protegerla.

"No hay de que" El le sonrió al mirarla de nuevo con un poco de alegría. "¿Quieres que te acompañe?" Pregunto el nervioso.

"No es necesario, muchas gracias... nos vemos en una hora" Paloma tomó con delicadeza la mano de Sebastián y este sonrió nuevamente.

"Aquí te esperaremos" Sebastián suspiro, cuando ella cruzo el umbral de la puerta, con una media sonrisa.

Madness | F1 FanFicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora