LA VIDA DE UN ESCRITOR

. ¿MAS COINCIDENCIAS?

Cuando despertó Jungkook, un paramédico ya revisaba su herida y signos vitales. Fue un gran alivio para Park, verlo abrir tan majestuosos ojos otra vez.

Le hicieron las curaciones pertinentes, por fortuna no fue nada grave, así que el comandante ordenó a un patrullero los llevara a donde quisieran ir, Jimin obvio pidió fuera a casa del escritor.

Un poco adolorido y la cabeza herida, Jungkook admiraba la belleza y confianza del pequeño chico que salvó la vida de todos en esa joyería.

Cuando la patrulla llegó, jimin ayudó a bajar a junkook de ahí, apoyo su brazo para que pidiera caminar mejor y lo guio hasta la puerta.

El escritor sacó un juego de llaves, trató de introducir una de ellas en el orificio de la puerta sin éxito, jimin tomó la delantera apropiándose de dicha llave y abriendo con soltura.

Una casa digna de un escritor, además de muebles elegantes y cuadros fantásticos en la pared, había libros olvidados en varios lugares, premios en los estantes y fotografías de Jungkook recibiendolos.

Park ayudó al joven escritor a acomodarse plácidamente en un sofá.

-¿Necesitas algo? Puedo cocinar lo que pidas-le dijo serio Jimin...

-Creo que solo dormiré un poco, me siento un poco cansado, gracias por estar aquí. - Jeon dijo casi inconsciente, era la primera vez que pasaba algo así, estaba vivo por que el delincuente no fue más fuerte, estaba agradecido por eso, agradecido de que alguien estuviera ahí para ayudar.

Dormido profundamente yacía el cuerpo de un escritor, y a su lado un joven enigmático, del que prácticamente no sabía nada, solo que tenia un hermano que era demasiado cariñoso. Y que probablemente era endemoniadamente rico, lo deducia por que no sabía en qué trabajaba.

Jimin, se puso de pie y fue a la cocina, prepararía la comida para cuando el dormilón despertara. Así que después de revisar qué ingredientes había, cocinó por primera vez para ese hombre que le hacía poner su mundo de cabeza. Desde que lo conoció le habían pasado las cosas más locas.

La comida estaba lista, pero el otro seguía dormido, caminó por la casa, conociendo el lugar y admirando las cosas en ella, una puerta de una habitación llamó su atención por que era la única que estaba abierta, así que entraría..

-¿Has descansado también, o acostumbras a revisar la casa de tus amigos? - el despeinado, recién despertado Jungkook interrogaba al castaño que avergonzado cerró la puerta de la oficina donde escribía Jk.

-No estoy revisando nada, y no tenía por qué descansar, yo no recibí un golpe, hice tu comida, vamos a comer juntos anda. - descarado contestó el chico

Después de la deliciosa comida, Jungkook ya se veía mejor, así que jimin decidió que era hora de irse. Tomó sus cosas y...

-Bueno señor escritor de malos finales, lo dejo en su casa, espero siga muy bien el resto del día, me despido y espero verlo en otro momento que no sea de este tipo.

"Actúa rápido, no dejes que se vaya, no es justo que estuvo en tu casa y tu dormido, ahora, muévete, se va"

El pensamiento de Jungkook sólo atinó a una mala actuación, fingiendo un insoportable dolor de cabeza, pero a final de cuentas logró lo que quería.

-Recuestate aquí - jimin acomodó una almohada para mayor comodidad del mal actor, lo sabía pero igual seguiría su juego, tal vez ese asunto terminaría muy bien.

-Quedate a mi lado - le dijo mientras tomaba su mano para no dejarlo ir.

Y ahí estaban, en el ancho sofá, un escritor fingiendo dolor, y un admirador fingiendo que le creía.