Fotografías y recuerdos

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Aprovechando que los días de lluvia habían terminado y de haber conseguido un día libre, Aether decidió hacer de la sala de estar su espacio personal. Abrió las cortinas, se preparó un té y llevó todas las fotos impresas que tenía acumuladas para por fin ordenarlas todas en un álbum.

El rubio llevaba mucho tiempo sin organizar sus fotos, tanto que estaba seguro de que tendría que comprarse otro álbum.

Cada foto era un recuerdo que él apreciaba con mucho cariño, tenía fotos de su hermana Lumine bailando, de él en su época escolar, de su sobrina y fotos bastante nostálgicas. Mientras extendía las fotos por la mesa para decidir cómo organizarlas, una de ellas fue a parar al suelo, al recogerla, se dio cuenta de que aún conservaba la fotografía de sus padres. Siempre que intentaba deshacerse de ella, le invaden los buenos recuerdos que tenía con ellos. El rubio oculto la fotografía en la parte de atrás del álbum, era un día precioso, no iba a dejar que un recuerdo amargo arruinará su día de descanso.

Poco a poco, fue acomodando las fotografías que tenía sobre la mesa principal, sin duda alguna, sus favoritas eran con su mejor amigo. Venti tenía una facilidad increíble para poner caras y posar de forma extravagante en las fotografías, lo que causaba que el rubio tuviera que aguantarse la risa.

Al escuchar el sonido de unas llaves en la entrada, se dirigió a la entrada para abrirle la puerta a Xiao. Ambos se saludaron con una gran sonrisa.

—¿Qué tal estuvo el entrenamiento?

—Bien, pero aún hay que reforzar las bases de los niños.

—Esos pequeños karatecas son muy adorables.

—Si, sobre todo cuando salen llorando antes de que el combate inicie.

Xiao trabajaba como sensei en un dojo, era bastante famoso en Liyue por haber ganado medallas de oro mientras competía. Durante su adolescencia pasó de ser un diamante en bruto a un prodigio de las artes mixtas.

Aether se ofreció a llevar su ropa sucia a la lavadora, cuando regresó, Xiao estaba sentado en el sofá observando algunas de sus fotos.

—Tienes demasiadas fotos.

—Lo sé, ya se estaban acumulando.

Xiao tenía en sus manos una foto de Aether de pequeño, en él, el rubio tenía una gran sonrisa mientras tomaba un gran ramo de flores.

—Esa la tomaron para el día de las madres. Fui con mi papá a comprar rosas y las dueñas de la tienda agregaron más flores porque pensaron que era adorable—dijo el rubio mientras buscaba entre las páginas de su álbum.

—Mira esta. Aquí estoy con Lumine cuando bailo la danza tradicional de Inazuma.

—¿Qué edad tenían en esta foto?

—Creo que catorce... Si, porque a los catorce se conoció con Ayaka.

—Ahhh...

Antes de que Aether pudiera mostrarle otra foto a Xiao cerró el álbum con fuerza, con la esperanza de que Xiao no hubiera visto nada.

—Espera... ¿Cuál era esa foto?

—¿Qué foto?

—La del álbum, la que está casi al final.

—Esas son fotos de Paimon cuando era bebé. No es necesario que las veas.

—No, Aether. Era otra foto.

Aether no sabía qué hacer, si le mostraba la imagen, estaba seguro de que Venti no saldría vivo. Con algo de miedo, abrió lentamente el álbum y le enseñó al pelinegro su contenido. En la fotografía estaba Xiao de pequeño, llorando porque Venti no quería que jugara con ellos. Su carita estaba roja de tanto llorar y podía verse cómo le moqueaba la nariz.

—Voy a matarlo.

—Por favor, no te enojes con él.

—¿Por qué te la dio?—exclamó Xiao, esa era una de las fotografías más humillantes que tenía.

—Dijo que me gustaría, a decir verdad, es algo tierna.

—Voy a quemarla.

—¿Por qué? Te ves adorable, te gustaba mucho jugar con nosotros.

El pelinegro intentó calmarse, muy en el fondo, desde que era pequeño, siempre le gusto estar al lado de Aether, lo que causaba las peleas con su primo al acaparar al rubio.

—Sabes de que me di cuenta.

—¿De qué?

—No tenemos fotos de nosotros juntos. La única que tengo es está.

—Nunca me gustaron las fotografías.

—Podríamos tomarnos una ahora.

Antes de que el pelinegro pudiera decir algo, Aether comenzó a buscar entre todas las fotografías que tenía en la mesa su celular, percatándose de que su celular no estaba ahí. Estaba apunto de levantarse para ir a buscarlo a su habitación cuando Xiao extendió su mano para entregarle su propio celular.

—Solo una—dijo Xiao mirando hacía otro lado, algo avergonzado.

—Si, solo una foto—tomó el celular de Xiao y procedió a cambiar el modo de la cámara a selfie.

El pelinegro nunca había sido bueno con las fotografías, sus hermanos siempre se burlaban de que en las fotos él siempre salía enojado o con los ojos cerrados.

Aether pudo notar como Xiao estaba muy tenso y, para tranquilizar al pelinegro, busco entre sus fotografías una que sabría que lo haría reír.

—Toma, para los nervios.

Xiao miró detenidamente la fotografía y luego comenzó a reír de forma estrepitosa, en la imagen, podía verse como Venti miraba a la cámara con una expresión deforme, con maquillaje corrido en su cara y una bolsa de basura como biberón.

—¿Qué es esto?— dijo Xiao, sujetando su estómago por la risa.

—La primera borrachera de Venti, los chicos esperaron hasta que se durmiera para maquillarlo. Luego, se preocuparon de que vomitara y le pusieron esa bolsa.

El pelinegro seguía riéndose de la fotografía, lo que causó que Aether también comenzará a reír. Sin perder la oportunidad, Aether pasó su brazo por el hombro de Xiao y en el momento que Xiao levantó la mirada tomó la fotografía.

—Listo. Salió bastante bien.

—Si.

—Me la voy a enviar y, de paso, voy a ir por mi celular— Aether se levantó dirigiéndose hacía su habitación.

El teléfono de Xiao había quedado sobre el álbum de fotos. Mirándolo fijamente, el pelinegro se dio cuenta de que, desde que Aether se había mudado con él, sonreía más seguido. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada del rubio, quien miraba la pantalla de su celular.

—Me gusto mucho, creo que la voy a imprimir mañana en el estudio.

Aether también sonreía al ver la fotografía, lo que llevó a Xiao a pensar que, tal vez, podría hacer el esfuerzo para poder tomarse más fotos con el rubio. 

Mañanas de café y téDonde viven las historias. Descúbrelo ahora