-¡¡¡Aaaaaaa!!! ¡No puede ser!¡Esa no es mi hija!-Grita Verónica, la madre de Alicia. Llora muy amargamente. Su hija, desaparecida desde hacía ya un año y medio, ha sido hallada muerta en la cuneta de la carretera que conduce a su pueblo.
-Señora, por favor, tranquilícese-le dice un agente de policía.
-Vero, ven aquí, por favor.-Le dice su hermana Sonia, tía de Alicia.-Deja que los agentes hagan su trabajo, por favor. Te entiendo perfectamente.
-¡Pero tú cómo vas a entender nada! Tú no has perdido a tu única hija.
-Mira, no tengo ganas de discutir, ¿vale? Tranquilízate, por favor. Ven- y se fundieron en un largo abrazo, hasta que la prensa las separó:
-Disculpe, señora Reyes. ¿Cómo se encuentra usted?- le preguntó una reportera.
Verónica fue a responderle, pero su hermana se le adelantó:
-Disculpe, ¿es que usted no se da cuenta? Entiendo que esté usted haciendo su magnífico trabajo, pero ¿no entiende lo duro que debe ser para nosotras hablar con nadie ahora? Lo único que nos apetece es que se nos deje en paz y se nos permita avanzar un poco para ver el cuerpo de Alicia, si nos quieren ustedes dejar pasar.
Cuando consiguieron llegar hasta adelante del todo, vieron a su pequeña. Una Alicia distinta, fría y esquelética. Había pasado ya un año y medio de que la familia se había roto por completo. Con solo verla, se notaba el paso del tiempo. Pronto haría un mes que cumpliría los diecisiete años. Había dejado una huella marcada en el corazón de todo aquel que la quería, todo un legado para sus seres queridos. La tarde en que desapareció, fue a dar una vuelta por los caminos de alrededor de su pueblo. Sus padres estaban separados. Se había tenido que marchar a vivir con su madre. Todo su pueblo se encontraba ahora mismo arremolinado a su alrededor. Su madre estaba tirada en la carretera junto a ella, con la cara llena de ojeras, de tantas noches sabe Dios, se había pasado en vela, pensando en su hija. De normal, se desvelaba casi todas las noches, pensando en ese último día, en esas últimas horas. Recordaba y recordaría ya para el resto de su vida cómo ella le contaba entusiasmada los planes que tenía para esa tarde. Había quedado con su novio y sus amigos de siempre en la caseta que normalmente utilizaban como refugio cuando se reunían en el pueblo. Quizá su fallo es que se dirigía sola a la cabaña, pero eso nunca lo sabría. Por un momento, se olvidó de todos los que allí se juntaban para arropar a la familia en un período doloroso que por desgracia iba a ser bastante largo. Su abuela materna lloraba cual mar de lágrimas. No asimilaba que su nieta, el pilar de su vida, como ella solía decirle cada vez que la visitaba, ya no estuviera. No quería reconocer que la figura que yacía muerta allí, en ese mismo instante, se correspondiese con la de Alicia. En seguida llegó su padre, al que vio por última vez la semana antes de desaparecer. Alicia había viajado hasta Barcelona para verle antes de marcharse a pasar el verano como de costumbre al pueblo. Durante esa semana, había estado en casa de su padre y su madrastra, muy amiga suya. Durante aquellos 7 maravillosos días, la ''familia'', hizo de todo. En cuanto este vio a su ex-mujer tirada en el suelo llorándole a su hija, se dirigió rápidamente hacia ellas:
-Verónica.-Dijo, llorando.
-Alberto.-Saludó ella.
Todo el pueblo estaba sumido en el silencio, observando, con el corazón partido, aquella fatídica escena. Nadie estaba preparado para asimilarlo, y nadie quería imaginarse qué sería de esa familia durante el resto de su vida. Durante un rato más, la gente permaneció en silencio, hasta que los agentes decidieron que ya era suficiente, y ordenaron a todo el mundo que regresara a casa, que ya no tenían nada que hacer por allí. Trasladaron el cuerpo hasta el tanatorio más cercano, situado en un pueblo a 5 kilómetros de aquel.
Todos se desplazaron hasta aquel pueblo. La familia materna al completo estaba allí cuando llegaron todos los miembros de la familia paterna. Ambas familias decidieron dejar a solas junto a Alicia a Alberto y Verónica. Estuvieron llorando a su hija y charlando un rato. Ambos estaban arrepentidos de haberse separado cuando Alicia era apenas una criatura de 7 años. Se preguntaban si por mucho que Ali no les hubiera dicho nunca nada, tener padres separados que vivieran tan lejos era muy duro de asimilar, pero eso era algo que ya nunca sabrían. También se preguntaban qué era lo que les había llevado a separarse, si en realidad ambos se querían y se complementaban muy bien. Lo cierto es que ahora tenían treinta y siete años. Habían tenido muy muy jóvenes a Alicia. Después de un rato, decidieron llamar a los demás familiares. Acordaron que tendrían esa conversación esa noche. Pasaron allí la tarde entera, hasta que, ya por la tarde, sobre las ocho y media, las dos familias abandonaban el tanatorio, para dirigirse al hotel que tenían reservado.

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ALICIA
Mystery / ThrillerAlicia es una chica de 15 años que vive junto a su familia en Burgos. Una tarde de finales del mes de abril del año 2.003, Alicia desaparece sin dejar rastro alguno. La última vez que se la ve, es a las cinco y media de esa misma tarde, paseando por...