CAPÍTULO 6

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El resto de ese día transcurrió tranquilo. Era el último día de luto que el ayuntamiento había decretado en el pueblo. Curiosamente, ahora los padres sentían a Alicia mucho más cerca, como dentro de ellos. Y es que la conexión que habían vuelto a conseguir, les había hecho darse cuenta de que no tenían motivos para odiarse ni para llevarse mal. Comprendieron que la única forma de afrontar ese duelo de la manera menos dolorosa posible, era intentando llevarse bien. Lo medios de comunicación no paraban de atormentarles, esperando a que salieran de casa acribillándoles a preguntas. Por eso no saldrían mucho hasta que todo este asunto se disolviera un poco.

Alberto, tímido, le preguntó:

Á lo largo del tiempo que vivió Alicia, incluso ya desde muy pequeñita, nos insistió en que quería ser escritora. Una noche, con nada más que seis años, ella me dijo que quería publicar un libro antes de hacerse mayor.

-Sí, eso ya lo sé. Sé lo mucho que le encantaba escribir. Tengo fragmentos de historias suyas guardadas en mi casa de Burgos. ¿Pero qué me quieres decir con eso?-Respondió ella. con total indiferencia.

'Pues que...-Hizo una pausa-, pues que he pensado que tal vez tú y yo podríamos escribir in libro de Alicia, no sé; me gustaría cumplir su última voluntad.

Al principio, Verónica no supo cómo reaccionar. Cierto es que a ella también le encantaba la idea de conmemorar a su hija de aquella forma y además sabiendo que era algo que a Alicia le hubiera gustador poder hacer . Por unos instantes, lo estuvo pensando un poco, hasta que, finalmente aceptó:

-Está bien, vale... Pero esto no es tan fácil como simplemente escribir un libro. Si quieres tener éxito, deberíamos llamar a una editorial para que nos promocionen el libro o algo así. Tampoco sé muy bien qué hay que hacer; nunca se me había ocurrido publicar un libro.-Contestó, algo escueta, Verónica.

                                                                    ALICIAWhere stories live. Discover now