Prologo.

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...-Dijiste que me amabas, pero todo lo que viví durante todos estos años fue sufrimiento. Verte en brazos de otra mujer, me destrozó Lan Wangji, ni siquiera A-Yuan te importó. Desde que nació Lan Zizhen todo cambió, no, todo cambió desde que te casaste con Dilraba... Prometiste que nada cambiaría, incluso desplazaste a nuestro hijo. Ante la sociedad pusiste a Lan Zizhen como tú primogénito, lo llamaron príncipe heredero, cuando el título no le corresponde. Tú más que nadie sabe a quien le corresponde ese título.

Limpió sus lágrimas con fuerza mientras intentaba frenar su llanto, miró a la persona frente a el, con dureza.

...-Te juro que esto jamás lo olvidaré y espero que no sea tarde, cuando te des cuenta de tu error.

...-Wei Ying.

...-Ahora si soy Wei Ying.? -Empezó a reír para no volver a llorar. Toda la frustración acumulada estaba llegando al borde, no sabia que hacer, si golpearlo en la cara por ser tan imbécil o largarse de ahí. Y si, no podia darse el lujo de golpear al Rey porque se condenaria así mismo.

...-Lo mejor es que te mande al palacio de las lagrimas, junto a Fei Fei, ahí pasaras el resto de tu vida.

El cuerpo de Wei Ying se congeló ante tal palabras dichas por la persona que tanto amaba. El palacio de las lagrimas, era un palacio donde mandaban a las concubinas y Sultanas a pasar su vejez. Se consideraba el palacio del exilio.

A lo lejos se encontraba Dilraba, con una sonrisa triunfante, viendo y escuchando, lo que hablaban Wei Ying y Lan Zhan.
Si, ella se había dedicado a desterrar a Wei Ying del corazón de Lan Zhan y lo estaba logrando.

En la mente de Wei Ying pasó aquella carta que había llegado a sus manos gracias al primer ministro quien estaba de su lado en el consejo real.

La Sultana Dilmurat, había ordenado la muerte del príncipe Lan SiZhui, en la próxima campaña militar, que se iba a llevar a cabo en la primavera.
Lo unico que pasaba en la mente de Wei Ying, eran sus hijos. Fei Fei y A-Yuan quien debía proteger de las garras de esa mujer.

El destino lo llevó aquel palacio en su adolescencia y el mismo destino se estaba haciendo cargo de hacerlo salir de aquel lugar que tanto dolor le causó.

Lan Zhan, ya no era su Lan Zhan, ahora era un vil Rey que se dedicó a destruirlo a el y al poco amor que le quedaba. Un amor que había luchado contra todo el horror que vivió en aquel palacio.
Un amor que después de tanto esfuerzo nada había valido la pena.

De Concubino A Rey Consorte.(WangXian) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora