YGO! Monstruos Encapsulados -versión puzzle

Piezas de un juego

Yugi-oh! Y sus personajes no me pertenecen. Si fuera así Yami no se hubiera ido y terminaría estando con Yugi, igual que Ryou con Bakura y Malik con Marik.

Ademas Tea se iria al tartaro por p*rr* xD.

Ni 4Kids ni Kazuki Takahashi me pagan por patrocinar 'Monstruos Encapsulados'

Lo prometido es deuda. Aquí el link - http://yugilatin.blogspot.mx/2012/04/monstruos-encapsulados-01-piezas-de-un.html -

Pov's Yugi

Otra vez, de nuevo estoy en esta pesadilla... hace unos días llevo soñando lo mismo y la verdad es que además de ser extraño este lugar me pone los nervios de puntas, no por la oscuridad ni porque los extraños símbolos en las columnas que rodean el único sendero que puedo seguir se me hacen imposiblemente familiares... no es nada de eso, lo único que realmente me hace sentir mal es que estoy solo, mi otro yo no está conmigo en este sueño lo que me hace sentir vulnerable y desprotegido.

Yami, mi otro yo. Hace poco que acepte para mí mismo que lo que siento por él está a un nivel mucho más allá de la amistad -como tanto repite Tea- o de un cariño de hermanos, como en algún punto quise hacerme creer. No, lo que sentía por Yami iba mucho más allá, era mucho más intenso que un simple cariño... en pocas palabras podía decir con toda la certeza de mi corazón... que me gusta y... lo amo.

Aun así no eh tenido el valor de decirle nada al respecto, es una de las pocas cosas que mantengo aparte de nuestro vínculo, a pesar de eso me parece -a lo mejor es mi imaginación, ya juzgarán ustedes- que el faraón se está comportando algo más atento e incluso cariñoso conmigo a últimas fechas lo cual me da más esperanzas de que él sienta algo parecido por mi...

Retomando mi sueño... o mejor dicho pesadilla, llevo andando ya algún tiempo, pero entre tanta oscuridad y tanta niebla no alcanzo a divisar mucho... me parece que eh llegado al punto donde suele terminarse la pesadilla y realmente no sé si quiero descubrir de una vez el final, o que termine aquí como las últimas noches.

─ ¿Qué es este lugar? ─me pregunto en voz alta con la vaga esperanza de que algo o alguien me dé una explicación ─ ¡¿Hola?! ─de repente a un costado mío la pared se hace añicos en una pequeña explosión por lo que en un acto reflejo me cubro el rostro con los brazos ─ ¡Hey ¿quién anda ahí?! ─esto de no ver más allá de tu propia nariz era realmente un fastidio.

La explosión parece disipar un poco la niebla y entonces finalmente puedo verlo, esta frente a mí, justo donde se ha roto la pared, tan imponente y gallardo como siempre, me alivio de verle allí pero inmediatamente noto algo peculiar, él lleva puesta una especie de armadura dorada realmente extraña, no sé si se ha percatado de mi presencia pero antes de saltar a su lado por el gusto de verle decido averiguar un poco de esta alocada situación.  

─ ¡Faraón, eres tú! ─digo con alivio, pero su mirada seria esta fija en el frente, no voltea a verme ─ ¿Dónde estamos? Y ¿Por qué ese raro atuendo? ─mil preguntas azotaban mi mente pero con Yami aquí me sentía más seguro.

Intento acercarme pero el mueve un brazo al frente mío en un gesto de protección, solo eso me basto para saber que no debía avanzar.

─No es momento para hacer preguntas ─finalmente puedo ver más adelante y lo que observo no es para nada agradable, hay una enorme... ¿cosa? Frente nuestro, una especie de monstruo, no puedo verle bien, su cuerpo es negro y se camufla en la oscuridad, pero sus ojos, boca y garras -que por cierto parece tener muchos brazos- son de un brillante color rojo carmín. Una de sus manos se lanza contra Yami pero él lo esquiva saltando a un lado.

Una onda de energía oscura emana del lugar donde su garra impactó lo que me hace retroceder un poco, esa misma energía rodeó a Yami ─corre mientras puedas ¡Arrggggg! ─esto ya parecía una película de terror, esa cosa jalaba a mi otro yo como si fuera un muñequito, ese grito hizo resonar todo mi cuerpo, no soportaba verlo sufrir de ninguna manera.