Capítulo 130

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YOONGI


El silencio se mantiene, los guardias no despegan el ojo de mí incluso hasta cuando solo es para cambiar de posición en el sofá. No los culpo en parte, son unos pobres imbéciles que seguramente van a matar si me les escapo. Me da igual a decir verdad, podría escapar pero desgraciadamente es muy complicado, la seguridad es grande y yo no tengo ningún arma. Desventaja total, mierda.

Chasqueo la lengua contra mi paladar antes de escuchar un poco de ruido del otro lado de la puerta, haciendo que me incorpore rápidamente y quede sentado una vez más. Los guardias se mantienen alerta y después la puerta suena, tres pequeños golpes con un ritmo particular que me hace unir las cejas. ¿Ya ha llegado el imbécil de mi hermano?

Esbozo una sonrisa jocosa y algo altanera cuando la puerta se abre y efectivamente Seokjin aparece, elegante y frívolo con su gabardina oscura y el cabello un poco húmedo. Los guardias lo observan en silencio y asienten, saliendo todos uno por uno hasta dejarnos solos en aquella habitación.

—¿Me extrañaste? —pregunto con una sonrisa amarga, levantándome poco a poco del sofá mientras Seokjin se mantiene quieto, viéndome en un silencio gélido—. Escuché por ahí que han secuestrado a Jungkook, ¿se divierten con él?

—No más de lo que tú ya te divertiste —Es lo único que responde seco, yo observándolo ahora más serio. ¿Así que la pequeña escoria mayor ya se ha enterado? Qué poco discretos son acá.

—¿Y vienes a darme las gracias? —respondo a mi turno cruzándome de brazos, dando pasos hacia él, pero me detengo cuando saca un arma de la gabardina y me apunta con ella.

—Quédate quieto —dice ahora sonriendo muy sutilmente.

Obedezco. No exactamente porque me sienta intimidado, pero únicamente porque sé que es capaz de disparar y no es bueno jugar con su paciencia. Seokjin no se va por las ramas, yo aún no quiero morir, debo acabar muchas cosas antes de hacerlo. Me cruzo de brazos viéndolo mortal, mordiendo el interior de mi mejilla. Las miradas son gélidas y muy punzantes, él lentamente va a avanzando sin dejar de apuntarme fijo a la frente. Incluso en el mejor de mis movimiento, Seokjin podría matarme, era ágil.

—Buen chico —Me dice bajando el arma. Sabe que no intentaré nada—. Provocaste una mierda enorme, ¿sabes? Pero irónicamente eso fue en parte lo que llevó a que Jimin estuviera con nosotros. Quizá si ese día de la reunión de mafias no lo hubieras secuestrado, lo tendríamos igual, pero nunca lo sabremos —observa el arma fijamente—. Gracias a eso eres considerado un enemigo, ¿sabes? Lo único que te mantiene con vida es el apellido.

—Min —repito con sequedad y me acerco un pequeño paso, aunque lleva su mano al arma y por eso me detengo—. ¿Tanto miedo te provoco que no puedes estar aquí sin un arma?

—En realidad, podría volarte la maldita cabeza ahora mismo, no tengo problema —alza una ceja y relame sus labios—. No obstante, tengo la orden de hacerlo si no aceptas nuestra propuesta. Quizá no deba esperar mucho entonces antes de ver tus sesos volar.

—¿Una propuesta? —repito algo suspicaz—. ¿Qué tipo de propuesta?

—Ir a secuestrar a alguien —Seokjin juguetea con el arma con desinterés—. Lanzamos una carnada que ha sido Jungkook, será la distracción, tal vez no confíen en él entonces estarán muy atentos a sus movimientos. Es ahí donde entras tú y nos traes aquello que necesitamos.

—¿Quieren a alguien de la mafia? ¿No es más sencillo volarle los sesos?

—No. Necesitamos que nos traigas a una chica llamada Aline —Me responde con sequedad—. Te estaremos enviando la información, la necesitamos para dentro de dos semanas máximo. Después de eso, consideraremos el perdonarte lo que has hecho si todo sale bien y vivirás muy lejos de todos nosotros. Debes cambiarte el nombre, irte a otro país, inventarte una vida falsa, nos da igual. Solo desaparecer.

INNOCENT - yoonmin  [Libro 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora