seis; escandaloso para un Cabello

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CAMILA POV

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CAMILA POV

Al fin es viernes, aunque no solo cualquier viernes, hoy es el viernes del baile de bienvenida.

Había trabajado a presión por dos semanas para sacar adelante el evento, no es que anteriormente no hubiera sigo igual pero ahora era mi último grado haciendo esto por lo que había demasiadas emociones resaltando en cada acción al respecto.

Sentí que había dado mi mayor esfuerzo más que otros años en que quedara impecable, y sabía que el baile de graduación sería aún más apasionante de hacer para mi; era verdaderamente el último que yo organizaría.

Después de mi, era obvio que Miles ascendería al puesto de presidente y haría todo por su cuenta. Siendo sincera, nadie mejor que él para suplirme cuando me fuera a la universidad en agosto.

Caminé por los pasillos del colegio bastante animada. Llegué a mi casillero y allí me esperaba Dinah con dos cafés en sus manos, en cuanto me vió me extendió uno.

— Café molido recién hecho, como te gusta. —dijo y recibí el vaso que transmitía el suficiente calor a través de él como para no quemarme.

— Gracias. —dije dándole el primer sorbo y cerrando mis ojos disfrutando el estallido de sabor en mi lengua.

— ¿Lista para hoy por la noche? —sonrió mostrándome una mirada maliciosa.

— Por favor no envenenes el ponche con vodka esta vez. —advertí. Dinah era una rebelde sin causa, le gustaba el caos; los bailes anteriores siempre tenía un plan para poner a todos en estados inconvenientes, su última travesura fue en la graduación pasada cuando sustituyó los bocadillos de chocolate por mini brownies de marihuana; fue una guerra campal entre la escuela y los padres de familia.

Nunca la atraparon.

Y si lo hicieron, creo que supo salir del asunto con el favor de sus padres quienes eran extremadamente influyentes en este colegio.

Los señores Hansen eran endemoniadamente ricos, yo tenía una posición privilegiada como hija del dueño de una cadena de restaurantes y una arquitecta exitosa pero Dinah era la heredera de una fortuna masiva de una familia que poseía tierras con petróleo.

Tal vez ella y un jeque árabe estuvieran en la misma posición; aunque admitía que Dinah aparentaba mucho menos que lo que poseía.

Decía que sus padres preferían el perfil bajo y si tenía que ser honesta, ella también. Se sentía más segura.

Entendía que ser dueños de algo tan codiciado como un terreno petrolífero era algo incluso peligroso; las personas como ellos eran vulnerables a ataques.

— Me ofendes... —la miré con los ojos entrecerrados—... si crees que haré caso a tu advertencia. —se rió y yo suspiré.

No tenía remedio.

YA NO SIENTO NADA | CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora