dos; chicos malos

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LAUREN POV

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LAUREN POV

Era el segundo día. Aun no procesaba lo rápido que todo había ocurrido.

Un día solo estábamos en la escuela pública de Jacksonville y ahora de la noche a la mañana estábamos becados en un colegio de niños ricos, con ayuda de la fundación del comité de padres del colegio que permitía becar a chicos y chicas en situaciones de vulnerabilidad económica, supongo que fue fácil siendo mi tía parte de la plantilla laboral.

No quisiese que se me mal interpretase, apreciaba lo que Martha había y estaba haciendo por nosotros sin embargo tenía que admitir que me sentía un poco mareada con todo.

Yo solo era una adolescente de casi 18 años intentando vivir la vida, por dios santo.

Aunque no debería quejarme, si esto era abrumador para mi, no imaginaba para mis hermanos. Chris era menor que yo por 2 años y sabía que estaría bien manejándolo a su ritmo, sin embargo Taylor... Ella apenas estaba afrontando sus propios cambios como pre-adolescente, esto era sumar a su equipaje.

Creo que era hora de poner mas atención a ella en el colegio, ver que la pase bien y que nadie la acose o se aproveche de su bondad.

— ¡Lauren el desayuno! —esa era Martha desde abajo en la cocina.

Eché un vistazo mas a mi recién adquirido uniforme, pantalones caqui negros a juego con la camisa blanca del colegio, el saco negro y mis vans. Habían hecho una excepción con la falda por mi condición. Nunca me sentí avergonzada de ser intersexual, mis padres hicieron un buen trabajo haciéndome sentir natural al respecto así que mencionarlo al director cuando tuvimos que presentarnos con él al primer día fue cosa de nada, de todos modos al saberlo pensó que me sentiría más cómoda con pantalones.

Bajé con mi mochila al hombro encontrándome la encantadora vista de mis hermanos desayunando huevos con tocino como si no hubieran comido nada en mil años, tuve que reír y eso los distrajo volteando su rostro a mi con las mejillas llenas de comida.

— Dios mío, mírense. —me reí acercándome a alborotar sus cabellos— ¿Donde están esos modales? ¿Hum? —los regañé y ambos masticaron mas despacio y parecieron recuperar la compostura—. Eso está mejor.

— Aquí, toma. —dijo mi tía, acercándome un plato repleto y una taza de café—. Debes alimentarte bien, Lauren. —me reprochó con la mirada. Últimamente estaba tan centrada en adaptarnos rápidamente aquí que comer había bajado un par de puestos en mi lista de prioridades.

Pinché con el tenedor un poco de los huevos revueltos y me lo llevé a la boca. — Está para morirse. —le dije a mi tía que sonrió ante mi cumplido.

Decidí seguir el comentario de Martha y me tomé mi momento para desayunar y pasar un buen momento con mi familia. Se sentía bien tener un respiro por un momento.

— Faltan diez minutos para que pase el bus escolar. Es hora de cepillarse los dientes. —dije a mis hermanos que asintieron y cada quien fue a su baño a limpiarse, yo hice lo mismo.

YA NO SIENTO NADA | CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora