cinco; atemorizante

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CAMILA POV

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CAMILA POV

Su maldita mirada acosadora.

Eso era todo lo que había sido aquel día con Lauren Jauregui como voluntaria de mi comité del baile. Al final yo tenía razón sobre lo malo que sería que ella estuviera merodeando cerca de mi en cualquier momento o distancia.

Después de su indecorosa exposición, mis niveles de estrés estaban por las nubes y eso solo estaba haciendo que me sintiera cada vez más irritada, por si fuera poco ella parecía que le gusta incomodarme ya que capturé su mirada a la distancia mas de una vez en aquella tarde seguida de una sonrisa ladina.

Sabía que era un chiste para ella, estaba buscando quebrarme, estaba buscando ver una cara de mi que jamás ha existido.

Años de buena educación no serían borrados por una forastera intransigente que solo estaba de paso y después se iría a llevar tal vez una vida ilegal y peligrosa que eventualmente la dejaría en la cárcel. Así que acceder a sus tretas sería ponérselo muy fácil.

Conocía a las personas de su tipo; solo alimentaban el caos y se regodeaban en ello.

— Creo que hoy hemos concluido más de la mitad de los preparativos, sería bueno irnos temprano ¿No crees, Mila? —Miles se acercó a mi y acomodó sus gafas. Lo juro, estaba a punto de regresar a clases un día de estos con gafas a su medida, era simplemente irritante verlo ajustárselos cada treinta segundos. Si, los conté.

Tranquila, Camila, estás dejando que ella te afecte.

— ¿Mila?

— ¿Si, Miles? —mi voz sonó de una manera que lo puso tenso y nervioso, inmediatamente suspiré y cerré mis ojos renegándome a mi misma—. Perdóname, solo ha sido un día tedioso ¿No lo crees? Me gustaría tener tu paciencia y calma para afrontar actividades como esta.

— Supongo que por eso soy el vicepresidente y tu la presidenta. —sonrió aunque lo miré interesada en lo que decía—. A veces es mas efectivo y necesario un destello de temperamento que siempre ser sereno y moderado.

Sus palabras tuvieron sentido para mi, e inevitablemente miré a la persona con la que estaba intentando ser tan educada... Como si se mereciera eso de mi parte.

— Eres muy inteligente, Miles. —le dije generando una sonrisa en su rostro que me hizo sentir mejor con respecto a haberle gritado momentos atrás—. Y tienes razón, creo que sería bueno acabar temprano hoy para que todos puedan ir a sus casas.

Él me ayudó a avisarles a todos que podían dejar sus labores y partir; yo avancé a Lauren que estaba recogiendo algunos botes de pintura para guardarlos en la bodega.

— Deja eso allí. —le dije y ella se detuvo con una ceja arriba en su rostro y los ojos verdes recelosos—. Dame tu hoja. —extendí la mano y ella tardó en entender hasta que la sacó de su bolsillo y me la tendió, yo saqué mi bolígrafo—. Girate, de espaldas a mi. —ordené y pude ver su sonrisa perversa formarse, sabía que aquí vendría su comentario ingenioso.

YA NO SIENTO NADA | CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora