ocho; una amistad que crece

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NARRADOR POV

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NARRADOR POV.

[Smalltown boy - Orville Peck]

Shaun llevaba alrededor de 30 minutos apoyado en la pared de ladrillos rojos sucia de la parte trasera de la escuela pública a la que asistía.

Usualmente no solía estar tanto tiempo en su punto de venta, pero esto era una buena causa... o algo así.

Estaba fumando un cigarrillo que intentaba levemente aliviar el frío que estaba haciendo esa noche en Jacksonville, justo cuando estaba acabando de dar su última calada unos faros de automóvil lo cegaron por un momento hasta que el auto avanzó y dejó ver de quien se trataba.

Oliver Douglas. Un niño rico del centro de la ciudad que era uno de sus compradores frecuentes de hierba y de vez en cuando de otro tipo de sustancias más fuertes, esta vez iba por un poco de nieve, como usualmente se le llamaba a la cocaína.

— Hey, bro. —saludó el chico desde dentro de su Mustang clásico— ¿Tienes mi pedido?

Shaun rió. — No tan rápido, chico. Primero tú.

Oliver se relamió los labios y dirigió su mano al bolsillo en su pantalón, Shaun posicionó por reflejo su propia mano detrás de él, sosteniendo la pistola que guardaba entre la cinturilla de su pantalón y que se disimulaba gracias a su ropa oversize.

No era su primer rodeo, y no quería salir en las noticias como un traficante que murió a manos de un tipo que se peinaba el pelo con gel y vestía polos color pastel. Eso sería demasiado humillante para él.

— Relájate. —dijo el chico riendo y sacando un trozo de papel con números anotados en él, extendiéndolo a Shaun quien lo tomó observando los números—. Ahora mi pedido. —pidió y Shaun sonrió negando.

— Primero verificaré si el número que me estás dando es real, —se inclinó intimidantemente sobre la ventanilla del Mustang para susurrarle a Oliver una amenaza— porque si no lo es, entonces iré a tu linda mansión y me mostraré a tus padres todas las evidencias que tengo sobre lo mucho que te gusta meterte mierda por la nariz y si eso no llegase a ser suficiente, joderé tu reputación en toda esta ciudad ¿Entiendes? —lo miró directo a los ojos y pudo ver la manzana de Adán en el cuello del chico subir y bajar lentamente.

Oliver asintió en silencio.

Shaun se despegó de la ventanilla y comenzó a marcar.

[¿Hola?]

— Hey ¿Con quien hablo?

[Omar ¿Quien carajos pregunta?]

— Un amigo de la pandilla. —mintió.

[Ya veo ¿Quien te dio este número?]

— Tu amigo engominado de la zona centro, me dijo que eres confiable. —tenía que fingir tener intenciones de comprar alguna basura para poder verlo.

YA NO SIENTO NADA | CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora