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Auch, duele.- solté un quejido ante el contacto del alcohol con mi herida.

Lo siento cariño, ya casi termino.- mi padre siguió limpiando la herida unos cuantos minutos para después guardar todo en el botiquín.

Gracias.- le di una media sonrisa y el solo se limitó a irse de la habitación.

Miré mi mano y solté un suspiro, me dolerá al escribir. El sonido del teléfono me saco de mis pensamientos, tomé el teléfono y lo acerqué a mi oído, pronto pude escuchar una respiración del otro lado.

¿Bueno?-nadie contestaba, solo escuchaba la respiración de una persona del otro lado de la línea.

Tú casa es bonita, linda.- la voz de Vance hizo que mi respiración se detuviera del miedo, ¿Cómo era posible?; Dejé el teléfono y salí corriendo afuera, esperando encontrarme con Vance cerca del teléfono enfrente de mi casa, pero no había nadie, rápidamente volví a mi habitación esperando que Vance siguiera en la línea pero ya era demasiado tarde.

Estaba asustada, ¿qué demonios estaba pasando? Desde la desaparición de Vance todo se estaba tornando demasiado raro. Me dirigí hacia la ventana para abrirla y que entrara aire fresco, pero al intentar abrirla era inútil.

Ocupas algo de fuerza.- la voz de un desconocido cerca de mi oído hizo que diera un gritó lo suficientemente fuerte para que mi padre entrara a la habitación.

Cielo, ¿Ocurre algo? ¿Estás bien?- su rostro mostraba preocupación mientras miraba a todas partes.

Si, solo que..- dude por unos instantes de decirle la verdad, pero era mejor quedarme callada.- vi una cucaracha, pero todo bien, creo que dormiré un poco.

No olvides tus pastillas, yo mismo te las daré.- se acercó al cajón cerca de mi cama y sacó el frasco con las pastillas.- toma

Miré con duda aquella pastilla que sostenía mi padre en la palma de su mano, la tomé con manos temblorosas y la dirigí a mí boca para después tragarla.

Mis ojos se abrieron de golpe, escuché un quejido en la cocina, con algo de miedo me dirigí hacia la puerta de mi habitación y antes de que pudiera abrirla mi padre entró de golpe.

Perdón cariño, las ratas me tienen harto, vuelve a la cama, necesitas descansar.- habló mientras me empujaba suavemente hacia la cama.

Tú también, son las 2 am padre.-dije mirando el reloj que colgaba de la pared de mi cuarto.

Ya iré a dormir, así que toma tu pastilla.- Antes de que pudiera decir algo el había metido otra pastilla en mi boca, no tarde ni tres minutos cuando ya me encontraba dormida.

A la mañana siguiente tenía un fuerte dolor de cabeza, los ojos me ardían y los párpados me pesaban. Cómo pude me levanté de la cama y empecé a alistarme para la escuela y aunque no quería ir tenía que hacerlo, al bajar a la cocina ya estaba mi padre preparando el desayuno para mí, lo saludé como de costumbre y empecé a comer, tenía muy pocas fuerzas, cada que masticaba era una tortura, pero tenía que alimentar a mi cuerpo si me quería recuperar.

Mi vista se dirigió al frasco con las pastillas para dormir que tomaba todas las noches, mi padre se levantó de la mesa y se dirigió al baño, con seguridad empecé a caminar hacia el frasco y lo tomé para después esconderlo en la bolsa de mi suéter.

Está todo bien cariño?.- la voz de mi padre hizo que me quedara quieta del susto.

S-si, solo quería tomar un poco de azúcar, siento que el café quedó muy cargado.- tomé el azúcar y volví a la mesa, la mirada dudosa de mi padre se encajaba por todo mi ser.

Seguí comiendo con un poco de miedo y cuando termine me dirigí a mi mochila, de reojo mire que mi padre no se diera cuenta de que metía aquellas pastillas para dormir en mi mochila. Al llegar a la escuela entre a mi aula encontrándome con Finney, quién al instante me sonrió y me invitó a sentarme a su lado.

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⏰ Última actualización: Nov 02, 2023 ⏰

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Call me (Finney Blake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora