°•The Love That Unites US •°/ Katsudeku

|| III ||

○●○●○

Izuku con los otros negocios le pudo conseguir al rubio más ropa decente; más pantalones, unas botas y un cinturón, además de unas camisas que el rubio decidió ignorar alegando que no acostumbraba a usar camisas.

Mala suerte para el omega, que tenía que ver esos pectorales y brazos fuertes y duros, dándole un aspecto sensual. Más tuvo que sufrir cuando reviso las heridas del alfa que ya estaban casi completamente curadas.

Trato de concentrarse en su labor y no en esa grandiosa anatomía tallada por los mismos dioses.

—Te quitaré los hilos — Dijo con una pequeña tijera cortando los nuditos que había echo para mantener unida la piel.

Bakugo se quedó quieto, dejando al omega trabajar, notaba que el chico era un experto y haz en lo que hacía.

— Esta listo — Dijo contento, dejando las tijeras de lado —Solo aplica esto durante las noches y las heridas cerraran mejor — Le entregó una frasco redondo.

— Bien

▪︎
▪︎
▪︎

Ambos desayunaron cómodamente platicando de cosas simples ejemplo como funcionaba la aldea, según lo que entendió Bakugo, la aldea solía comprarle a los viajeros alimentos como arroz, trigo, cebada y animales u otras cosas, mientras la aldea vende sus propios productos también. Era un intercambio.

De paso el alfa decidió decirle al omega que iba tomar parte de su jardín para sembrar algunas verduras, Izuku aceptó placenteramente dándole todo su apoyo. El alfa pensó que esa era buena forma de pasar sus días en la casa del omega, además como alfa no era varonil —Como solía decir su amigo —Dejar que el omega le diera todo y él solo estaba echado ahí sin hacer nada.
Además por alguna razón quería demostrarle al omega que era un alfa digno, capaz y fuerte. Que notara sus atributos.

— Hey Deku ¿Sabes dónde puedo conseguir herramientas para el terreno? — Preguntó entrando al cuarto de trabajo del chico, donde generalmente estaba.

Izuku frunció el ceño ante el apodo, no creyó que realmente lo iba a llamar así pero al parecer el alfa cumplía su palabra y cuando dijo que de ahora en adelante solo le diría Deku, no fue mentira.

— Gran Torino tenia algunas en un baúl en su habitación, puedes revisar ahí.

Bakugo encontró varias herramientas justo como dijo el chico; una pala, un hacha, un machete, un rastrillo de metal y otras cosas, incluso una escopeta vieja sin balas.
Tomó el hacha y el machete, verificó el estado del filo pasando suavemente la yema de sus dedos sobre el. No, no tenían nada de filo, debería entonces afilarlo.

Así paso la tarde en el jardín, con una piedra y un poco de agua afiló ambos objetos, hasta que fueran capaz de rebanar con tan solo un poco de fuerza, justo como le gustaba.

— Kacchan — Escuchó a sus espaldas, el omega venía a su encuentro con un pequeño tazón en las manos.

— No me llames así —Gruñó volviendo a lo suyo.

— Pero tú si puedes decirme Deku. No es eres nada justo — Se sentó a su lado en el pasto.

— Porque tu apodo si va de acuerdo contigo, el que me pusiste es ridículo — Dijo con molestia. Izuku rió, aveces le era difícil tomarse enserio los enojos del alfa.