|| XII ||

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La lluvia seguía siendo una mierda para Katsuki, la primera tanda de lluvia al caer los había detenido, hasta esperar que pasara para seguir adelante.

Y aunque ya llevaban un buen rato caminando, sabiendo que mucho no faltaba. Tal vez unos diez kilómetros más para llegar, los torrenciales de agua que iban y venían los detenía a cada momento poniendo en duda si era posible llegar ese día. Claro que como lobos podían ir sobre la lluvia y no preocuparse por ello, sin embargo, sus cachorros eran demasiado pequeños para aguantarlo. Morirían al instante. Y él jamás permitiría algo así.

Seguían con los pasos de frente, caminando más y más, donde llegaron a un paso estrecho al lado de un risco. Se detuvo, Izuku lo imitó esperando al alfa.

Katsuki le tomo un momento pensarlo, se veía peligroso, aun lado del camino estaba el precipicio, que tenía una caida desatrosa. Aunque le generó cierta duda, el camino era decente para pasar si estar demasiado cerca de la orilla. Decidió que era bueno cruzar antes de que regresarse y buscar otro camino, optó ir al frente como protección y más seguridad.

Caminó con pasos tranquilos, cautelosos más no lentos. Tampoco era buena idea pasar demasiado rapido en un área tan inestable, que una pisada mal coordinada y sería faltal.
No tardó mucho en que sus temores se hicieran realidad, al frente. Una vibracion extraña en el suelo comenzó a darse y pedazos de tierra caer al risco.

Oh no. Carajo

Supo de inmediato que algo andaba mal. Mas tierra y rocas, supo lo que se avecinaba. Un derrumbe. El suelo que estaban pisando iba a desmoronarse.
Tan rápido como pudo reaccionar, con el pánico en las venas, volvió a Izuku gritándole que corriera, que retrocediera.
Se movieron a pasos apresurados hacia atrás evitando que los alcanzará el camino que se destruía tras ellos, con el corazón latiendo aterrado y la adrenalina a tope para no ser enterrados.

Katsuki lo vio como no llegarían a tiempo, el derrumbe era más rápido su carrera. No podía, no iba a dejar que sucedería. Jamás. No permitirá que Izuku y sus hijos murieran, antes moriría él.
Con el peso de su cuerpo empujó al omega junto a la mochila que salió fuera del camino a terreno plano estando fuera de peligro. Pero inmediatamente sintió la desaparición del camino en sus pies, la tierra, rocas, lodo, tierra y ramas tragarselo como un monstruo, arrasando con su cuerpo hasta hacerlo caer al precipicio sin poder huir del impacto.

— ¡KACCHAN!

Izuku con sus cachorros aun dormidos en la caja entre sus brazos a salvo, vio al alfa ser devorado por la tierra.
Lo buscó con la mirada, sus ojos viajando de varios puntos para ver si lograba encontrarlo. Su pecho precipitado, respirando agitado. Paranoico y alterado.

No lo veía. Por Dios, no lo veía. ¿Dónde estaba? Kacchan.

Sintió las lágrimas en sus ojos, apretó los dientes. No podía, Kacchan no podía. Tenía que estar ahí, rezaba porque estuviera ahí. Se negaba a aceptarlo. Kacchan no pudo haber muerto. Insistió en buscarlo, por encontrar cualquier pista que le indicara que aún estaba con vida.

Dio un jadeo ahogado cuando al dispersarse por completo la tierra, pudo ver al rubio, su mata de cabellos cenizo a lo lejos.
Katsuki sostenido a duras penas de un árbol seco que sus raíces estaban pegadas en la pared de precipicio colgando en el vacío. Agarrado fuertemente con sus brazos con todo lo que podía. La mitad de su rostro, su lado derecho con sangre y una herida en el pecho.

°•The Love That Unites US •°/ KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora