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Izuku se levantó temprano y cocinó su desayuno, unos huevos revueltos con tomate y pan suave.
Hasta ahora no había notado el silencio y la soledad de su hogar, ayer con ese alfa gritón, la pequeña cabaña no se sentía tan silenciosa, tenía ya algunos años que se mantenía sin compañía, solo él haciendo sus cosas. Le había costado un poco acostumbrarse, pero con el tiempo había aprendido a vivir con la soledad. Ahora, nuevamente volvía a extrañar la calidez de poder hablar o convivir con alguien más. Aunque no sea una compañía tan agradable como la de esa alfa temperamental.
Terminó de comer y lavó los utensilios que uso. Se dispuso a darse un baño, pues debía prepararse para su salida, salió al patio en la parte trasera de su hogar. Ahí tenia una pequeña laguna de agua fresca que venía del río de la montaña, cuando deseaba se bañaba ahí.
Se quitó todas sus prendas, quedando como Dios lo había traído al mundo, se metió en la pequeña laguna dispuesto a lavarse.Con una esponja vegetal que viene de la Luffa la uso para tallarse el cuerpo, además se agregó unas esencias de rosa y aceite de Laurel que él mismo había echo para darse suavidad y aroma. Se sumergió en el agua para humedecer bien su esponjoso cabello. Luego salió, listo para restregarlo con sus dedos.
Pero mientras lo hacia, pudo ver la figura del alfa que venía dentro del bosque espeso tras él. Caminaba hacia la cabaña con pisadas demandantes, fuertes que podía escuchar sus pasos. Venía en su forma humana con su típico ceño fruncido que ya sabía que era algo natural del hombre, y tras su nuca colgando sobre sus hombros, lo que parecía ser un jabalí muerto que chorreaba sangre sobre su pecho y abdomen trabajado. Eso le dio una vista al omega intimidante pero atrayente que lo obligó a tragar grueso.
Llegó hasta a él, interrumpiendo su baño. Tiró el animal al suelo con brusquedad pringando un poco de sangre en el acto.
Izuku quedo algo sorprendido, creyó que ese alfa no volvería, que se había marchado. Creyó que estaba tan molesto que solo decido irse sin mirar atrás, al parecer no era así.
Miró la pobre presa que fue víctima del tosco alfa que tenía enfrente, cazado y degollado.— Creí que te habías marchado — Dijo para continuar con su baño, lavando la sangre que le pringó el jabalí.
— Sería una estupidez, no tendría un rumbo donde ir, podría terminar igual o peor.
El alfa después de su ataque de ira, corrió hasta cansarse, irritado y estresado sin forma de hallar una solución para volver donde pertenecía. A estas alturas su madre debía estar preocupada y su padre bastante ansioso.
Pero no había opciones, únicamente dos. Irse y esperar a la suerte a encontrar a algún otra manada que pudiera ayudarle o esperar a los viajeros en la aldea hasta que volvieran.Ambas con pros y contras, aunque la primera tenia más desventajas que la segunda. Así que lo decidió, estaría ahí hasta el otoño, deseaba que el tiempo se pasara rápido.
Así que aún con el mal humor latente, durmió bajo un árbol escuchando los suaves arrullos de la naturaleza. En la mañana decidió salir a cazar, y volver a la cabaña del árbol parlante.— Entonces, esperaras a los viajeros — Dijo una vez terminado su baño. Salió del agua quedando a la vista del alfa.
— Sí — Katsuki fijó sus ojos rojos en el chico desnudo frente a él. Mierda que era hermoso. Suave piel blanca, cintura estrecha, piernas infinitas y gruesas. Y vaya culo grande y apetecible que se cargaba. Jodido omega encantador.
— Entiendo — Afirmó al ver que el alfa había tomado una desicion. Inmediatamente sonrió contento — Puedes quedarte conmigo entonces, no me molesta, eres libre de estar aquí hasta que decidas irte.
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°•The Love That Unites US •°/ Katsudeku
Fiksi PenggemarKatsuki jamás esperó que la pelea con oso lo llevaría hasta esa pequeña aldea conocida como "La Aldea de los Viajeros" donde vivía el Omega que no conocía nada mas allá de su pueblo, pero que le había salvado la vida. En los meses mientras trata de...