°•The Love That Unites US •°/ Katsudeku

|| XIII ||

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El sol de la mañana alumbraba aunque manteniéndose frío, estaban cansados, con sueño y no muy bien alimentados. El viaje había tomado dos días más de lo planeado, sumando al cuidado extra por los cachorros.

Pero finalmente lograron salir del mar de árboles, hasta dar con un bello valle verde llenó de praderas y caminos de piedras. A lo lejos encierros de ganado con vacas y rebaños de ovejas, además de casitas con personas trabajando en sus campos.

— Andando — Dijo el lobo rubio andando adelante del chico y sus hijos. Siguió el camino que guiaba hasta el centro del pueblo.

Izuku que llevaba en su hocico la caja echa de ramas que cargaban a sus bebés caminó tras los pasos del alfa que parecía en confianza, mientras él estaba mirando todo a su alrededor. Esto era una verdadera manada, un verdadero clan de lobos.

Pronto algunas personas de la manada notaron a los recién llegados. Como lobos la desconfianza era algo de su naturaleza, suelen ser territoriales por instinto. Así que no les perdieron la vista, ante cualquier amenaza.

Llegaron al centro donde se veían más negocios y personas, así como una mayoría de casas. Todos quedan mirando a los nuevos lobos.

— ¿Qué sucede? — Pregunta un chico de cabello pelirrojo parado en puntas hacia arriba. Se muestra confundido ante la atención de la gente, pero al ver al lobo rubio enfrente. Rápidamente lo reconoce — ¿Bakugo? ¿Amigo eres tú?

Estaba sorprendido, por el aroma podía asegurar que era su hermano del alma, Katsuki.

— ¿Quien más sino, pelos de mierda? — Añade el animal.  Kirishima se transforma también en un lobo para acercarse completamente animado y contento hacia el rubio. Da brinco a su alrededor para chocar su cuerpo con el del otro meneando la cola efusivamente.
Bakugo respondió el caluroso saludo.

La gente del pueblo parecía impresionada y feliz por igual. Ver a su alfa regresar, era sin duda un milagro. Todos comenzaron a anunciar que Katsuki estaba de vuelta.

— Ya, ya, ya. No exageres idiota — Dijo apartandolo de su cuerpo. Kirishima se apartó, no quería abrumar al alfa.

— Amigo te habías perdido por meses. Creímos que...

— ¿Qué, que?

— Que habías muerto — Dijo como si fuera una ofensa al rubio. Katsuki rodó los ojos, aunque es cierto que estuvo cerca y si no fuera por Izuku probablemente estaría bajo el agua con peces en la boca, no podía creer que todos creyeran que simplemente estiró la pata. Aunque bueno, eso era mejor a que pensaran que había huido de su manada como un cobarde.

— Pues no, aun estoy jodidamente vivo — Sonrió con cinismo.  Escuchó unos pequeños chillidos detrás suyo. Sus crías pedían comida otra vez.
Carajo con toda la atención se olvido de que Izuku estaba a su lado.

Volteó a mirar al chico que estaba curioso de toda la situación aunque visiblemente nervioso de ser el punto de interés de las personas.

— Deku — Llamó para que se pusiera enfrente. El chico lo hizo poniéndose a su lado — Él es Izuku, mi Omega y estos son mis cachorros.