Capítulo 9

1.6K 89 2
                                    

Aria

Me despertaron unas inmensas ganas de hacer pis, pero algo pesado no dejaba que me moviera.

Al principio estaba algo desorientada, pero poco a poco recordé donde estaba y lo que había pasado hacía apenas unas horas antes. Sin poder evitarlo una sonrisa bobalicona se formó en mis labios. Anoche había sido uno de los mejores momentos de mi vida.

Estaba ensimismada observando como mis lobitos dormían, no se podía negar que sus rostros eran sumamente hermosos. Ambos me estaban abrazando, mientras León dormía encima de mi pecho con un brazo al rededor de mi cintura, Liam estaba pegado como garrapata a una de mis piernas. Se veían muy adorables.

No quería despertarlos para poder observarlos por un rato más hasta que recordé que me hacía pis, cómo pude aparté a León que soltó un gruñido de desaprobación para luego mover a Liam que prácticamente estaba pegado a mi con pegamento.

Por suerte ninguno de los dos se despertaron. Después de asearme y ponerme ropa limpia de los chicos que encontré en un clóset baje a la cocina a preparar el desayuno. Justo cuando estaba sirviendo los platos los chicos aparecieron en la cocina.

—Buenos días nena ¿Qué tal dormiste anoche?

—Mejor que nunca León —le respondí con una sonrisa tímida.

—Alguien se despertó de buen humor hoy, hermano —dijo Liam y ambos se acercaron a mí hasta quedar contra la encimera.

Mi pulso comenzó a latir sin control, cada vez tenía la respiración más agitada y no ayudaba tenerlos tan cerca pues cada bocanada de aire que daba absorbía el olor de ellos, lo que se traducía a qué me ponía más nerviosa. Cerré los ojos esperando el siguiente paso, pero unos segundos después los abrí un poco confundida al ver qué se estaban riendo.

—Hermanito creo que nuestra gatita se ha puesto cachonda —dijo Liam y ambos estallaron en risas de nuevo.

—Púdranse —estaba bastante cabreada no solo por sus bromas, sino por haberme puesto caliente para nada, ash cómo los odiaba en este momento.

Iba a salir corriendo hacia la habitación cuando sentí que me agarraban por la cintura quedando mi espalda pegada a su torso fuertemente.

—Tranquila pequeña, solo es una broma —me habló León dando pequeños besos en torno a mi cuello— Nosotros también te deseamos pero es muy pronto para volver a hacerlo, no queremos hacerte daño.

—Sabes que eres lo más importante para nosotros —añadió Liam posando un suave beso en mis labios— Eres nuestra mate y te protegeremos con nuestra vida.

Asentí un poco avergonzada apartándome de ellos para sentarme a desayunar, a lo que los chicos me siguieron sin hacer más comentarios. Estaba lavando los platos cuando León se me acercó desde atrás tomándome por sorpresa.

—¿Qué quieres hacer ahora nena?

—Creo que ya tienes algo en mente o me equivoco —volteé para quedar frente a él y ver la sonrisa pícara que adornaba sus carnosos labios.

—Por quién me tomas, por supuesto que tengo algo en mente —unió nuestros labios en un profundo beso tan rápido que prácticamente no me dio tiempo de corresponder— Quiero que te pongas la ropa que dejamos para ti en el baño y luego llames a tus padres para decirle que te quedarás con nosotros hasta el lunes.

—Pero yo aún no les he hablado de ustedes a ellos —dije un poco sorprendida por sus planes.

—Entonces tendrás que mentir un poco por ahora, no pienso dejarte ir en todo el fin de semana.

Sin más que añadir se alejo de la cocina rumbo a una de las habitaciones, seguro a cambiarse de ropa. Mientras yo busqué mi móvil para llamar a mi madre y decirle que me quedaría en casa de una amiga a estudiar. Se que no debería mentirle de esta manera pero ya tendré tiempo para explicarle mejor mi relación con ellos.

Unos minutos después bajé al salón encontrándome con Liam y León ya vestidos esperando por mi.

—Todo arreglado, ¿ahora que hacemos?

—No te preocupes tenemos todo bajo control —respondió Liam tomándome de la mano para salir de la cabaña.

Cuando estuvimos a unos metros de ella ambos me soltaron de la mano para transformarse en lobos poco a poco. Les juro que aún no me acostumbraba a verlos en esa forma, pero ya no me asustaba cómo la primera vez.

Aria súbete encima de mi, vamos a dar un pequeño paseo habló León a través de nuestro lazo.

—Su...subirme, ¿te refieres a subirme en tu espalda, justo como si fuera un caballo? —no podía negar que la idea me estaba empezando a gustar, pero me daba un poco de miedo.

Pequeña no tienes porque tener miedo, te prometo que no va a pasarte nada.

Así es como termine sentada a horcajadas encima de León. Sin temor a equivocarme les diré que está es la mejor experiencia de mi vida. Sentía el viento en mi rostro,despeinando mi cabello de paso, mientras veía el hermoso bosque que había a nuestro al rededor.

León aumentó la velocidad de la carrera, a lo que yo solté un chillido de sorpresa junto con unas fuertes carcajadas justo como una niña en un parque de diversiones. Unos cinco minutos después llegamos a un hermoso lago justo en medio del bosque, quedé fascinada por la belleza del lugar. Me bajé con ayuda de Liam y luego ellos se transformaron en humanos de nuevo quedando desnudos frente a mi.

Me volteé dándoles unos minutos para que se vistieran de nuevo y justo en ese momento divise la manta que estaba en el suelo cerca del lago. Inmediatamente me acerqué a ella para divisar la canasta que había con comida y frutas. Precentía que este día iba a quedarse en mi memoria para siempre.

Solo nuestra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora