Capítulo 7

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Liam

No había podido conciliar el sueño en toda la noche, el encuentro de ayer me había dejado muy alterado. Después de lo que había sido una eternidad por fin había probado los labios de Aria y eran mejor de lo que me había imaginado, lo parte mala es que me había dejado con una dolorosa erección que me había echo imposible el poder dormir.

Después de dar miles de vueltas en la cama decidí darme una ducha fría para tratar de liberar un poco de tención. Por el momento el agua no me estaba ayudando en nada, así que tomé mi pene con una mano mientras la otra la apoyaba en la pared y comenzé a bombear con fuerza de adelante hacia atrás pensando en como Aria me había besado hoy, frotándose en mi entrepierna mientras yo tocaba sus deliciosos pechos. No tarde ni cinco minutos en correrme, pero para mí desgracia no se me había bajado la erección.

«Joder, necesito follarla ya o se me va a reventar la polla»

Cómo no tenía intención de bajarse por el momento, fui a la cocina y me preparé un vaso de leche caliente y subí a mi habitación a ver algo en la tele. En algún momento de la madrugada me quedé dormido, así que cuando desperté en la mañana estaba agotado. Bajé a la cocina a desayunar y me encontré con un muy demacrado León, tenía unas ojeras horrorosas.

—Joder tío te ves horrible —me burlé de él soltando una sonora carcajada.

—Vino a decirme el que parece un zombie —me gruñó.

—Ya veo que a ti también te afectó lo ocurrido con Aria ayer —le dije ganándome una mirada asesina de su parte— Relájate, te van a salir arrugas.

—Imbecil —masculló mientras desayunaba

—Sabes, no se si pueda controlarme la próxima vez —resoplé frustrado— Es una verdadera tortura tenerla tan cerca y no hacerle nada.

—Ya lo sé joder, pero que quieres que haga —me dijo exasperado— Quedamos en que no había prisa, ¿recuerdas?

—Pero eso fue antes de probar sus deliciosos labios o sentir el tacto suave de su cremosa piel. Si estamos así no quiero imaginar cómo será al marcarla.

—Te entiendo yo también me siento así —se quedó en silencio durante unos segundos, enseguida supe que algo se le había ocurrido.

—Suéltalo.

—¿Qué crees si la llevamos a la cabaña del bosque?

Lo miré a los ojos sorprendido, tenía que admitir que era una magnífica idea. ¿Como demonios no se me había ocurrido primero a mi? La cabaña era perfecta para lo que teníamos planeado hacerle a nuestra gatita.

—Creo que tú idea es maravillosa —le contesté y ambos sonreímos.

Ese día nos saltamos las clases para dedicarnos a preparar nuestra cita con Aria. Después de repartirnos las tareas le mandé un mensaje a nuestra chica diciéndole que teníamos que hacer un recado para la manada y que pasaríamos en la noche a buscarla para nuestra cita.

Estuvimos todo el día limpiando la cabaña y decorando la habitación con velas y pétalos de rosa, además habíamos puesto tulipanes por toda la casa pues sabía que esas eran sus flores favoritas. Solo me faltaba terminar la cena y ducharme, mientras León iba por Aria para que no nos comiéramos la comida fría.

Unos minutos después de haberme vestido sentí que un carro se estacionaba frente a la cabaña. Me asomé sabiendo que eran ellos pero me quedé sin aliento al ver a mi gatita.

Llevaba un vestido rojo corto con una abertura en la pierna izquierda y un escote de infarto. Solo de verla mi polla casi revienta mi pantalón. León le había puesto un pañuelo en los ojos para que no viera nada y entonces aproveche para acercarme a ella por detrás rozando mis labios en el lóbulo de su oreja.

—Solo te he visto y mira como me tienes gatita —susurré frotando mi entrepierna en su redondo trasero provocando un gemido de su parte.

—Yo... yo no —tragó con dificultad claramente nerviosa por mi cercanía— No fue mi intención.

—¿Entonces me estás diciendo que te has puesto este vestido que te hace ver súper sexy y no ha sido para nosotros? —le susurró León en el otro oído pegándose a su cuerpo desde el frente, quedado de esa manera entre los dos sintiendo nuestras pollas en su culo y abdomen.

—Por... por favor —gimió excitada frotando su culo hacia mí.

—¿Por favor qué? pequeña —le dijo León disfrutando de su frustración.

—Los necesito, ya —jadeo sonrojándose más y ambos gruñimos de deseo.

—Lo se pequeña pero antes vamos a cenar —y sin darle tiempo de reaccionar nos separamos de ella para guiarla al comedor.

Poco a poco retiré el pañuelo de sus ojos y esperé a que se adaptara a la luz para ver su reacción ante nuestra sorpresa. Parpadeó varias veces sorprendida y luego se volteó hacia nosotros con una enorme sonrisa que le hacía ver incluso más hermosa.

—Me encantó chicos, de verdad, son los mejores —y se lanzó a mis brazos dándome un apasionado beso y luego se separó para besar de la misma manera a mi hermano.

«Y lo mejor de todo... es que está noche acaba de empezar»

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Holiii,que creen de este capítulo? Gracias por leerme y votar por mi Besos 💋

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