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PROV KATNISS.

Estoy sentada en la orilla de la cama vestida únicamente por una bata de seda roja con encaje negro en la orilla y debajo de ella solamente tenía puesto un conjunto con un sostén de encaje negro y un listón en la orilla de color rojo, unas diminutas braguitas que apenas cubrían mi intimidad, unas medias negras y unos tacones del mismo color.

Me sentía desnuda, y quería ponerme mi típica ropa  para sentirme cómoda pero no podía ya que por órdenes de Snow tenía que estar presentable para mí  "Trabajo", quiero salir corriendo, pero sé que eso solo empeorara las cosas, por lo que suelto un suspiro y me limito ver por la ventana esperando al maldito desgraciado que me haya comprado esta noche.

Escucho como abren la puerta, volteo hacia la puerta para poder descubrir con qué clase de desgraciado tendré que estar esta noche.

Es un hombre de unos 30 años, me mira de arriba abajo y me dice.

-Quítate la bata- me levanto, cierro los ojos y hago lo que me dice.

A pesar de tener los ojos cerrados puedo sentir su penetrante mirada sobre mi cuerpo, quiero acercarme y darle una cachetada o algo por el estilo, pero solo me limito a cerrar mis manos en puños con tanta fuerza que de seguro mis nudillos ya se volvieron blancos.

-Si valió la pena todo lo que pague por ti, putita- dice antes de lanzarme bruscamente sobre la cama.

Me toma bruscamente de las muñecas y comienza a besarme el cuello, siento su aliento alcohólico penetrar mis fosas nasales por lo que solo miro el techo y trato de desconectarme del mundo como cada vez que tengo que "trabajar", pero esta vez es imposible ya que el hombre me quita el sostén y comienza a acariciar mis pechos de una fuertemente provocando que suelte un gemido de dolor, por lo cual él se molesta una cachetada mientras me dice.

-No te estés quejando ya que pague demasiado por ti como para escuchar tus lloriqueos- siento como comienza a emanar sangre de mi labio, y asiento, mientras el vuelve a concentrarse en mis pechos.

Siento como me arranca las bragas y mete bruscamente unos de sus dedos en mi interior y los vuelve a sacar, hace eso un par de veces antes de penetrarme de una sola estocada, vuelvo a soltar un gemido de dolor por lo que me vuelve a dar una cachetada.

-Te dije que te quedaras callada- dice mientras me toma de los brazos mientras me zarandea, para después me retiene contra la cama, a la vez que me penetra hasta que llega al final.

Se quita de encima, para después vestirse y salir de la habitación, cuando escucho que cierra la puerta, me hago un ovillo y dejo que las lágrimas corran libremente por mi rostro, me duele todo mi cuerpo, nunca me había tocado estar con un hombre que fuera tan violento, pero apuesto a que no será el último.

Escucho como abren la puerta pero no volteo a ver quién es.

Escucho como abren otra puerta y el sonido del agua de la ducha, por lo que sé que son Johanna y Finnick los que acaban de entrar, ya que desde mi primer trabajo siempre vienen a ver como estoy y me ayudan a ducharme y cambiarme si es necesario, y esta es una de esas veces.