Capítulo 5

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Callie.

Caminé por el pasillo mientras le daba una revisada a mi celular. Respondí algunos mensajes y luego un brazo me rodeó por los hombros.

—Mi chica favorita—sonreí divertida.

—¿Qué hay, Liam?

Continuamos caminando en dirección a la salida de la preparatoria.

—¿Estás enterada de que nunca terminas el juego de la carta?—preguntó divertido. Reí.

—Eso no es culpa mía, Adler siempre llega a interrumpir.

—Lamentablemente al salir del juego te conviertes en la perdedora.

—Muy afortunado para ustedes, de lo contrario siempre ganaría—sonrió divertido.

—¿Vienes al entrenamiento?

—No sabía que había entrenamiento.

—¿Adler no te lo dijo?—preguntó confundido.

—Hoy no lo he visto—sonrió.

—Bueno, sabes que siempre puedes ir a ver a este atractivo jugador—rodeé los ojos divertida. Se detuvo quitando sus brazo de mis hombros —Entonces...¿Vienes?—dijo mirándome.

Lo pensé un momento. No tenía mucho que hacer en casa.

Me encogí de hombros.

—De acuerdo.

—Eso era lo que quería escuchar.

Volvió a pasar su brazo por sobre mis hombros y continuamos caminando ahora en dirección al campo de americano.

Conversamos de tonterías mientras hacíamos nuestro recorrido. Aún a lo lejos pero más cercanos al campo ví a Nick, Oliver y más compañeros de equipo de Adler.

Aún no comenzaba el entrenamiento pero ya estaban ahí preparándose para hacerlo. Aún más cerca de ellos, Nick nos vió y me saludó con un movimiento de mano, el cuál le devolví. Entonces también giró Adler que estaba de espaldas, y miró en nuestra dirección.

Nos detuvimos antes de que Liam hablará.

—Aquí es donde te dejo para ir a prepararme, de lo contrario el entrenador vendrá por mí—asentí.

—Ve tranquilo. Esperaré como siempre en las gradas—sonrió.

Dió media vuelta y dió un par de pasos antes de deterse y girar nuevamente.

—Ahora puedo presumir a Adler que has venido porque querías ver a este atractivo jugador—me guiñó.

—Definitivamente, ¿Quién se lo perdería?—sonreímos.

Entonces sí, dió media vuelta alejándose. Por mi parte caminé directo a las gradas, pero su voz me detuvo.

—¡Trébol!

Adler trotaba en mi dirección y lo esperé antes de sentarme en las gradas.

—No pensé que fueras a venir—levanté las cejas.

—Está claro, porque mi mejor amigo no me invito. Por suerte, Liam me ofreció venir—bromeé.

Iba a sentarme pero él me tomó de la mano.

—Siempre estás invitada a mis entrenamientos, lo sabes—sus ojos buscaban mi aprobación.

—Estaba bromeando—su expresión se suavizó y me sonrió de lado. Me dió un suave apretón en la mano.

—Debo ir—señaló al campo con un movimiento de cabeza. Asentí.

Mientras el entrenamiento transcurría estuve atenta a él, pero después me puse a jugar un rato en mi celular mientras los chicos continuaban en lo suyo.

Saqué un dulce de chocolate que eran mis favoritos y lo comí continuando en mi labor de jugar.

—¿Aburrida?

Levanté la mirada, Nick lucía cansado mientras sostenía una bebida en la mano.

—No para nada.

Se dejó caer junto a mí y le dió un buen trago a la bebida, se recargó hacia atrás quedando un poco fuera de mi visión. Me acomodé mejor sobre mi costado para verlo y doblé una pierna llevándola a la grada.

—¿Cansado?—exhaló.

—Sí.

Tiró de la parte del cuello de su uniforme y con ella limpió su frente.

—Ha estado bien—dije refiriéndome a la práctica.

—Aunque aburrido, ¿No?—sonrió divertido observando mi celular.

—No, no. Pero ver los entrenamientos constantemente...—dejé la frase en el aire.

—Entiendo—dió un trago más a la bebida antes de enderezarse y quedar más a la par mía—Dime una cosa—me miró—¿Qué más te gusta hacer en las fiestas aparte de jugar a pasar la carta?—dijo burlón. Rodeé los ojos.

—¿De verdad, Nick?—rio.

—Es que siempre nos llevas a hacerlo, nos convences. Lo peor es que Adler luego se molesta con nosotros sin saber que tú eres la que inicia todo.

—Ya sabes cómo es Adler, no le gusta que hagamos cosas "estúpidas"—hice comillas con los dedos.

—Es que...creo que lo es—lo miré dudosa.

—Pero es divertido, ¿No?—se encogió de hombros sonriendo.

—Supongo que sí. Aunque nunca terminas el juego.

—¿También vas a reclamarme eso?—me miró divertido.

—¿Alguien se me ha adelantado?

—Liam.

—Lo imaginaba—hizo una pausa—Espero que la siguiente ocasión puedas terminar el juego.

—¿Siguiente ocasión? ¿No dijiste que era un juego estúpido?—lo miré expectante.

—Nunca dije que no fuera a repetirlo—sonreí.

Bebió más de su bebida hasta que la terminó.

—Trébol—Adler llegó a nosotros. Desvíe la mirada de Nick para centrarla en mi mejor amigo—Iré a ducharme, ¿Vienes?—miré a Nick.

—También necesito ducharme.

Miré nuevamente a Adler.

—Vamos—tomé mi mochila y ambos nos pusimos de pie.

Le ví a Adler la intención de acercarse a tomar mi mochila, pero Nick se adelantó. Distraídamente y sin decir nada quitó la correa de mis manos y la colgó en su hombro.

Adler caminó por delante de nosotros y continúe la conversación que sostenía antes con Nick. Me reí cuando me dijo que casi se le había caído la carta en esa última fiesta con un chico que ya estaba algo ebrio.

Llegando a los vestidores Adler entró en ellos y Nick se detuvo frente a mí, quitó mi mochila de su hombro y me la ofreció.

—Gracias. Debí cargarla yo, ya me imagino lo cansado que debes estar—negó.

—Descuida—me dió una media sonrisa.—Iré...—señaló sobre su hombro.

—Claro.

Esperé a Adler mientras me ponía audífonos y disfrutaba de la música. Saqué de mi mochila uno de los libros que mamá tenía en casa y me puse a leer.

Él apareció tiempo después frente a mí y tuve que quitarme los audífonos para poder escucharlo.

—¿Qué?

—¿Nos vamos?

—He traído el auto, solo estaba esperándote.

—Bien.

Guardé mis cosas, me puse de pie y comencé a caminar a la par de él. Nos alejamos algunos metros cuando escuchamos a Liam.

—¡Nos vemos luego!

Ambos nos giramos y levantamos la mano en señal de despedida.

—¡Y gracias por venir a verme, Callie!—bromeó. Adler rodó los ojos y sonreí divertida.

Quédate Conmigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora