Es el omega en él el que llora desconsolado, se retuerce como una anguila, quema y arde. Eso no debería de pasar.
No es posible que un alfa le haga sentir así, ninguno en Talokan, ninguno del exterior y sin embargo.
Ella no es un simple alfa pretencioso y egoísta, no, ella es una princesa, lidera un pueblo, cegado por el bien de este y comprende el hecho de hacer sacrificios por el bien de su reino, ella es igual que él, lo entiende. Además es lista, con una mente brillante, es una peleadora fuerte y con una voluntad inquebrantable.
Todo el paquete que cualquier omega pudiera desear, y francamente el no era la excepción. Entonces cuando hablaron en persona le hizo su propuesta de quemar juntos el mundo del exterior, exterminar a los egoístas, a los avariciosos y a todo aquel que sea una amenaza para ambas naciones.
Fue así cuando vio el miedo en sus ojos, la angustia en ellos que fue como si le apuñalaran el corazón, pues necesitaba como primer paso, eliminar a la científica. Un pequeño sacrificio para un bien mayor, ciertamente no era un monstruo, mucho menos cuando se tratan de niños, pero la pequeña no era solo una niña, ella era más y obviamente su gobierno lo sabía, entonces la usarían en su contra.
Después de todo, esta en su biología preocuparse por los más jóvenes, asesinarla también es horroroso para él, pero no puede correr el riesgo de dejar vulnerable a su gente, no por alguien del exterior.
En cierto modo quería que Shuri se quedara con él, que le quisiera tanto como él la quiere a ella, pues desde que la vio con su madre esa noche pudo sentir en lo más profundo de su ser que, después de todo, después de tantos años de ser un omega sin amor, destinado a ver a sus hijos nacer, vivir y morir sin nadie a quien compartirle eso, anhelar, desear a alguien.
Que podía estar destinado a compartir su vida con esa persona, por lo menos una parte de su larga vida seria feliz, un parpadeo y un suspiro con alguien más. Ella era perfecta para él.
El brazalete confirmaba su posesión, el anhelo que siente dice que es verdad, las miradas que le dan sus ciudadanos dicen que lo merece y su corazón late en afirmación por ello, ese alfa era lo que estaba destinado a pasar. Pero ella seguía negándose, claramente su intento de que ella se uniera sutilmente a él en un vínculo más estrecho que la de un aliado, soltando feromonas felices para encantar el ambiente, son olores encantadores dignos de un Dios que solo se podían reconocer mucho más afuera del agua.
Frotando sus manos para marcar su olor en ella, regalándole vestidura de la más alta clase y simplemente proponiéndose que se uniera a él hasta el final de los tiempos en este mundo extraño y malvado. Y por un pequeño lapso de tiempo pudo pensar que ella aceptaría, que unirían fuerzas y quizás algo más, algo que tanto desea, algo que simplemente necesita.
–Por favor– susurra entre las paredes de piedra que les rodea, su voz agrietada por la urgencia de que aceptara, demostrando que, después de todo, es un omega aceptable, con mucho que ofrecer.
–Quememos el mundo juntos– vuelve a decir, para dejar en claro los objetivos que ambos requieren con fiereza.
Shuri parecía estar dispuesta a aceptar, la reacción normal de un alfa ante un omega, ambos son dignos el uno para el otro, solo diciendo una sola palabra podría desatar tantas consecuencias.
–No Namor, no puedo permitir que le hagas daño.
Pero no es tuya, quiere protestar, no es tu ciudadana, no es uno de tus hijos, no es nadie especial más allá de su suerte. Los celos se desbordan por su mente, aprietan su garganta y tratan de salir por su boca, así que con todas sus fuerzas trata de calmar ese fuego que siente en su interior, su omega interior gruñe por la falta de atención y la indiferencia que recibe.
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Te adoraria aunque tú no me quisieras. [Namor X Shuri]
Fanfic-Por favor- susurra entre los muros de piedra que los rodeaban, su voz quebrada por la urgencia de que ella aceptara, declara la evidencia de su necesidad. Demostrando que después de todo él es un omega aceptable, con mucho que ofrecer. -Quememos...