Narra Leah:
Las cosas con Bill eran tan calmadas, que a veces me sorprendía el que no hubiera estado juntos desde mucho antes, aunque lo cierto es que, aunque no lo pareciera, Bill era un ligón, pero bastante más sutil que su hermano, aunque muchas veces era sin intención de ser coqueto, eso lo hacía tan encantador y un poco inocente de su capacidad.
Él causaba que mi corazón se alterara tanto que hasta ganas de llorar me entraban cuando no podía colocar directamente en palabras lo que quería decirle, pero podía hacerlo como ahora: Recostados sobre la cama en mi habitación, sus manos iban y venían, sus largos dedos iban desabrochando todo obstáculo que se encontraba, bajando prendas, lo mismo que hacía yo, enredando mis dedos en su cabello que iba sin mayor arreglo que lavado y estaba suave al tacto, que pronto arruiné al apretar mis dedos.
Sus falanges eran más talentosas de lo que esperaba, movía y acariciaba en lugares puntuales que me estaba estremeciendo hasta contener los gritos por si en ello llegaba su hermano, no quería otra escenita.
-Bill, con cuidado...- No había llegado demasiado lejos con nadie más, por lo que las sensaciones me desconcertaban y tenía las piernas temblando.- ¿No lo has hecho antes? – Inquirió con cierta sorpresa, no la suficiente como para esfumar el ambiente íntimo que compartíamos . Negué con mi cabeza un poco avergonzada, quizás por la edad que tenía era poco común, mi propia gemela era mucho más experimentada en esos temas pero yo había sido insegura durante toda la vida, por lo que extraño no era que no permitiera pasar más allá a otra persona, Bill era especial para mi, me había visto desde siempre y nunca había hecho un comentario fuera de lugar sobre mi físico ni mi forma de ser, él siempre parecía haber estado de acuerdo en como era ella o por lo menos así le hacía sentir, más con aquellas caricias y esos ojos color miel que le miraban con tantas devoción, como si fuera algo tan precioso que no hubiera visto nunca.
Había sido doloroso, pero no fue una sensación apabullante como hubiera imaginado antes, quizás todas las atenciones previas habían causado que todo pasara mucho más rápido de lo esperado, la lengua de Bill al parecer no solo servía para cantar y sus dedos para algo más que darme caricias. Intentaba ir un poco más osada, pero Bill me sonrió negando con su cabeza, seguramente notando como temblaba ante el nerviosismo de no saber que hacer.
-Con calma, aprenderemos de a poco que te gusta y como. - Dejó un beso en mi frente, abrazando mi cuerpo y cubriendo nuestra desnudez con las sábanas. – Te amo, Leah.- Susurró, adormilado ya.
La pijama no fue sorpresa para Kami cuando me vió bajar las escaleras, ella iba de la mano de Tom, quise preguntar pero por su expresión me dio a entender que ella tampoco estaba del todo segura como había pasado aquello.
- ¿Y Bill? -Preguntó su gemelo, al notar que no se escuchaba por ahí.-Que nos hemos quedado dormidos, Bill sigue en el quinto sueño, yo bajé a por algo de comer o moriré. – Dramaticé, llevando mis manos al estómago. – Aunque creo que lo mejor para revivirlo es pedir una pizza. – Fruncí mi nariz de manera graciosa.
- Que sea pizza con orilla de queso y piña. – Puntualizó mi gemela, enseguida fruncí el ceño indignadísima a la idea de que hubiera piña en mi comida.
-Ni muerta, mugrosa. - Me negué. – Tienes unos gustos horrendos. – La expresión de Tom fue bastante graciosa pareciera que quería rechistar algo, pero prefirió guardarlo, quizás le había tocado directo que le dijera de los malos gustos de mi gemela.
Pedí por el móvil la pizza, mientras los otros raritos se fueron... ¿A besuquearse?, no sé, habían desparecido de mi vista luego de refunfuñar ante mi negativa de la piña.
-Lyyyyh.- Escuché la voz adormilada de Bill a mis espaldas, luego esos delgados brazos rodear mis caderas y como se inclinaba para poder apoyar su mentón en mi hombro. - ¿Por qué te ha salido de la cama?
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Sweet or Devil Twins?
FanfictionLas mentiras solo atraen más mentiras, eso bien lo sabían las gemelas Leah y Kamila Schwarz. Años ocultando un secreto para que la mayor de ellas no perdiera a su mejor amigo. Kim Bone, una superestrella de las listas musicales alemanas y enemiga...