Capitulo 12: Tu eres adorable.

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Correr como si tu alma se fuera en ello no era precisamente el plan inicial con mi gemela, pero por sobre todo tenía que cuidar la integridad de mi chico que siempre estaba cogido por los huevos por los celos de las fans. Tuvimos que volver a casa por la culpa de ese maldito paparazzi y ni siquiera pude comprar nada, ni coquetearle al hermano menor de los Kaulitz...Ah, además de perder a mi gemela en alguna parte de la huida.

Narra Kami

- ¿En dónde diablos están Ly y Bill? - Le pregunté a Tom, quién caminaba a un costado.

- No tengo la más mínima idea. -Tom se atrevió a culparme a mí.- Pero todo es tu culpa. - ¿Cómo osaba?

- ¿Cómo podría yo tener culpa de eso, engendro?, tú me seguiste a la caja cuando fui a pagar la falda. - Entrecerré mis ojos con los brazos cruzados sobre mi pecho -Y que por lo demás no me dejaste comprarla. – Le reproché con una expresión emberrinchada, digna de una niña, mi supáh pawa.

- No me digas... ¿De verdad la ibas a comprar? -Enarcó una ceja el chico de trenzas.

- Obvio. – Contesté a secas, claro que luego sonreí para que no se fuera a mal interpretar mi tono de voz. Al parecer aquello le hizo gracia, quién sabe.

- ¿Vamos a tomar Helado?, yo invito. - ¿Qué helado regalado?, tenga mi corazón con todo y moñito, caballero Kaulitz.

¿Era legeremante?, hasta parecía que me leía la mente con esa sonrisa coqueta formándose en sus labios como si supiera lo que pensaba, encima iba deslizando su lengua por la argollita de metal en su labio.

-Vamos. -Como siempre digna (Si, ya sí), apenas hice un asentimiento mientras ya mis piernas me iban llevando para el patio de comida.

Cuando llegamos al destino cremoso que nos esperaba, hicimos la cola como si no fuera una súper estrella la que estaba a mi lado, a veces la humildad de Tom me gustaba, solo un poquito... Bueeeeno, me refiero a no por ser artista reconocido colarse en la fila, porque era narcisista como todo un campeón ese hombre. Él pidió un helado de tres leches, como estaba un poco embobada de como pasaba la punta de su lengua en un cachito de su helado que le estaba rozando la mano, ni me fije de que sabor era el mío, todos me gustaban, menos el pistacho, eso era del diablo. Nos sentamos en unas sillas que estaban más apartadas del ese lugar, tenían una mesita en medio.

Tom no me dejaba se observar, me ponía bastante nerviosa, lo peor de todo que se ponía a jugar con ese bendito piercing de su labio que le quedaba tan sexy...

¡osh!, ¿Que dices Kamila?

-Kami...- Le presté atención a Tom que me hablaba mientras me echaba una cucharada de helado a la boca.

- Shí, ¿qué paza? – Pregunté, aunque sonó un poco raro ya que la cucharita aún la tenía en la boca.

- Eh, yo... Eh, esto...No, es nada. - Dio un suspiro. Era primera vez que veía a Tom Kaulitz, mi amigo de años tan inseguro de sí mismo. ¿Qué le habían hecho?

- Oh, vamos dime, no seas idiota, que ya me entró la curiosidad. – Le intenté animar, aunque no metía, era más mi curiosidad la que hablaba por mí.

- ¿A ti te ha gustado alguien o te gusta ahora? – Preguntó, ¿incómodo?, si, incómodo es la palabra, ¿Y eso cómo por qué?

- Bueno, obvio, que mi ex novio, digo, estuve mucho tiempo con él, era guapo. – Sonreí ante la expresión de gruñido que hizo Tom. - Y bueno alguien más...pero no te lo puedo contar. – Y ahí estaba yo pretendiendo ser coqueta, llevando mi mano a mi cabello para moverlo aún lado...Técnicamente imitaba a mi gemela, ella así le coqueteaba a Bill.

Sweet or Devil Twins?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora