-¿Qué haces acá? – casi gritó al verme entrar a su dormitorio en medio de su cambio de ropa. Se tapó como pudo más luego se rindió y dejó la ropa a un lado. Estaba con los pantalones y una Camiseta corta puesta, no tenía mucho que tapar.
-Vine a ayudarte, si es que me necesitas, claro. – repuse.
-No, anda a reírte de mí abajo con los chicos.
-Ay, ¿y ahora te vas a enojar conmigo porque me reí?
-No, no sólo por eso, sino que me podrías haber recordado que estaba lloviendo. ¿Ves el terrible momento de vergüenza que pasé recién?
-Perdón.
-Ya ni importa, ahora sal y déjame terminar de vestirme.
-Bien… - me dirigí a la puerta y antes de salir volví a hablar - ¿Aún vas a la fiesta?
-Sí, nada me lo cancelará.
-Ok – salí. Bajé lentamente la escalera y mientras lo hacía, comencé a sentir un rico olor desde la cocina. Me apresuré y pronto llegué con los demás. - ¿Qué cocinaste Mery que huele tan bien?
-Pasta, fue lo primero que se me ocurrió para un día lluvioso, bueno, noche en este caso, y para cocinar rápido.
-Mm… que rico. – me senté entre Tom y Bill y Mery me sirvió mi plato. Comencé a comer.
Narra Kami.
-Que odiosos son. Se ríen de mis desgracias, pero bueno, todo pasará e iré a mi fiesta. – Una sonrisa se extendió por mi cara.
Terminé de vestirme y cogí mi celular. Busqué entre los muchos contactos que tenía, hasta que encontré el nombre indicado. Marqué el botón verde y comenzó a sonar el tono.
-Mi amor – contestó dulcemente.
-Hola Kris
-¿Qué sucede?
-Eh… te quería preguntar si podríamos salir a una fiesta, ya sabes me aburro acá y están los Kaulitz y mi hermana comiendo, o eso creo.
-¿Ellos no van?
-No lo sé. Lyh si va, pero más tarde.
-Eh… ¿me podrás esperar unos minutos? Estoy en casa de mis padres y también quiero salir así es que… te paso a buscar en media hora.
-Genial, te quiero mucho.
-Te amo
-Chao – dijimos a la vez y colgamos.
Kristian es mi novio. Hace un poco más de un año que salimos. Lo conocí en la misma fiesta a la que vamos a ir dentro de pocos minutos. Él es muy dulce. Es moreno de ojos claros, a veces los tiene verdes y otras veces celestes, depende de la estación del año en que estemos. Como estamos en invierno, sus ojos son verdes un poco oscuros. Es de tez blanca, media morena. Mide 1,84m y yo tan solo mido 1,70m. Es flaco y su pelo tiene ricitos cortos. A veces me pongo a jugar con ellos, pero a él no le gusta mucho porque dice que se desespera. Él es el chico ideal para una mujer. Es atento, siempre está presente y es tierno, a pesar de que no escucha ni música romántica ni pop. Escucha mucho a la banda llamada “Metallica”, pero también escucha a “Kim” y a “Tokio Hotel”. Lo bueno de él es que no pasa todo el día hablando de las bandas que escucha. De seguro a más de una chica le gustaría salir con él. A pesar de que él no es mi tipo de chicos, lo quiero igual, aunque a veces pienso que yo no lo merezco, porque otra chica podría tratarlo mejor que yo. Muchas veces he pensado en que él y yo deb-
-Kamila – me interrumpieron. Odio que entren a mi habitación sin tocar la puerta.
-¿Qué quieres Tom?
-Nada, es que de verdad quiero ir a la fiesta. ¿Puedo ir contigo?
-No voy sola…
-¿Con tu noviecito? - ¿Habló con sarcasmo?
-¿Por qué hablas así?
-Porque últimamente ya ni sales con nosotros. Nos tienes abandonados – hizo un puchero.
-Pero es mi novio, me gusta salir con él, qué ¿a caso tienes celos de él? – levanté una ceja.
-Qué dices… no. ¿Por qué los tendría?
-No lo sé – sonreí. – Bueno, Tom, te he dicho muchas veces que no me gusta que entren a mi habitación sin antes tocar. ¿Puedes irte?
-Está bien, pero esto no se queda así. – salió con cara de enojado fingido.
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Sweet or Devil Twins?
Fiksi PenggemarLas mentiras solo atraen más mentiras, eso bien lo sabían las gemelas Leah y Kamila Schwarz. Años ocultando un secreto para que la mayor de ellas no perdiera a su mejor amigo. Kim Bone, una superestrella de las listas musicales alemanas y enemiga...