Capitulo 2: Ironía

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  • Dedicado a Trini Higueras
                                    

La película pasó rápida y muy trágicamente. La sangre corría por todos lados, mientras que otros monstruos aparecían de la nada, haciendo que saltáramos del miedo. Cuando por fin terminó, miré hacia arriba, encontrándome con la mirada de Bill y una sonrisa muy linda. Me levanté con cuidado, intentando que mi peluca siguiera en su lugar. Cuando ya estuve sentada, miré en dirección de Kami, pero ella yacía dormida en las piernas de Tom. Me reí por lo bajo y miré a Tom, quien puso una cara de “soy irresistible”. Lo iba a empujar, pero mi hermana se despertaría.

-¿qué hacemos ahora? – dije mientras estiraba mi espalda y me desperezaba.

-No lo sé. – el chico de rastas negras y blancas respondió.

-¿Se quedan a dormir? – se miraron mutuamente y luego se encogieron de hombros.

-Aunque mañana tendríamos que salir antes de almuerzo hacia el estudio. – volvió a contestarme mi mejor amigo.

-Kami es un despertador, así es que le dicen la hora a la que se quieren levantar a una hora, se la dicen y ella los levanta, o le decimos a Mery que nos levante. – volvieron a encogerse de hombros.

-¿Qué hago con tú hermana? – tocó mi hombro, Tom.

-No lo sé, ahora es tú problema. – y acto seguido, me levanté rápidamente y tomé a Bill de la mano, haciendo que éste también saliera del sofá. Tom nos miró enojado sin poder moverse del lugar. Con mi mejor amigo llegamos a la cocina y comenzamos a buscar cosas para comer.

-¿Qué buscan muchachos? – preguntó Mery entrando detrás de nosotros.

-¡Mery!... Me asustaste. – llevé mi mano a mi corazón, el cual latía más rápido de lo normal.

-Perdón mi niña, pero ¿qué buscan?-Nos preguntó en tono dulce.

-Algo para comer. – se me adelantó Bill el contestar.

- ¿Algo como qué?

-Ay, no sé Mery, algo. – nos reímos.

-¿Les preparo la comida mejor?

-¡Dale! – sonó al unísono la voz de Bill y la mía.

-Por mientras vayan a ayudar al pobre de Tom que intenta salir de ahí sin despertar a Kamila – nos reímos y fuimos al living. Cuando Tom nos escuchó llegar, se giró hacia nosotros con cara de cómo si nos quisiera matar. Con Bill nos miramos y nos reímos.

-¿Aún no puedes quitártela? –preguntó con diversión el menor de los gemelos.

-¿Tú crees hermanito? –preguntó retóricamente el otro gemelo.

-Dale, déjame llevármela.

-De dejar, te dejo, para mí sería lo mejor.

-Trátala bien, es mi hermanita, pobre.

-Oh, que terrible. – se burló y luego rió.

-Kami… – comencé a levantarla por los brazos. – Kami. – insistí. Tenía una sonrisa en su cara cuando despertó.

-¿Qué pasa? – Comenzó a desperezarse, pero luego terminó pegándole un manotazo en la cara a Tom - ¡Oh! Perdón, Que terrible… – habló en tono de burla. Todos menos el golpeado, comenzamos a reírnos. Mi hermana estaba mal de la cabeza y nos hacía reír con sus estupideces.

-¿Estabas despierta?-Le cuestione aun riendo por la resiente agresión al mayor de los gemelos presentes.

-Parece, no me di cuenta. – contestó irónica. Volví a reírme.

-Si serás… Ya, muévete, si sé que te habías hecho la dormida para estar en mis piernas – comenzó a aparecer de nuevo su egocentrismo. Kami se levantó lentamente hasta quedar a mi lado.

-Claro, era lo que más quería – respondió a aquello colocando sus ojos en blanco. – Me voy – tiró una almohada a la cara de Tom sonriendo.

-¿A dónde? – me extrañó esa idea.

-A caminar por ahí, o mejor, llamo a Kristian para que me pase a buscar y nos vamos a una fiesta – comenzó a mover su cuerpo en forma de ondas hacia los lados. Tom miraba esos movimientos con la boca abierta y Bill sólo se reía, al igual que yo.

-Te acompaño. – se apresuró a hablar el mayor de los presentes.

-No gracias, no me soportas ni en tus piernas y me vas a soportar en una fiesta. – volví a reír. Esa Kami seguía con sus ironías. - ¿Vienes Ly?

-Eh… ¿a cuál fiesta irías? – Titubee un poco en él o no ir.

-La que está a tres cuadras. Osh, nunca me acuerdo del nombre.

-Infinty. – dijo Tom.

-Como sea, a esa voy.

-Eh… ve tu por mientras, tengo que arreglar unas cosas. – me acerqué a su oído y le susurré unas palabras – mi peluca la tengo que arreglar, sino se me caerá en medio del baile.  – comenzamos a reírnos. Los gemelos nos miraron extrañados, pero no les hicimos caso.

-Está bien, me voy, ¡Auf wiedersehen! – seguido de decir esas palabras, salió por la puerta principal.

-Creo que no se acordó de que está lloviendo. – arrugué mi nariz y sonreí. Los hermanos se comenzaron a reír, hasta que sonó el timbre – yo abro. – avisé en tono de resignación. Al abrir la puerta me encontré con una chica enojada y con el pelo goteando agua. Me reí por lo bajo.

-Es tercera vez en el día que tengo que cambiarme de ropa por la maldita lluvia.

-Pero si se supone que AMAS la lluvia – comencé a reírme ya que me empujó a un lado y pasó arrastrando sus pies hasta llegar a su habitación. Cerró de un portazo y luego todos comenzamos a reírnos, contando a Mery, quien había ido unos segundos atrás, hacia el pasillo de la puerta para abrirla.

-¡No se rían! – se escuchó del segundo piso y todos estallamos en risa.

-Será mejor que la vaya a ayudar.

Sweet or Devil Twins?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora