OS || Wenclair

I Wanna Be Yours

Había pasado una semana desde que las fantasías o al menos una de ellas se cumplió.

El día en el que pudo sentir a Merlina.

Ambas creían que las cosas serían como antes, y aunque no lo dijeran vivían con ese constante miedo.

Miedo a que la otra consiga a alguien más.

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Quisiera ser su aspiradora, para si al menos respirar su polvo...

Quisiera ser su Ford Cortina, te juro que jamas me oxidaria.

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La azabache estaba tomando un capuchino como ya era costumbre, y está se volvía una adicción conforme el clima baja.

En la otra esquina de la habitacion Enid la veía con devoción.

- Si que te gusta el café caliente - Le dijo a la menor.

- No es tan malo.

-dejame ser tu cafetera... llenarte de café caliente, calentarte... -dijo sin pensar la rubia.

Cosa que dejó que una pequeña sonrisa saliera de Merlina. 

Tal parece que ya no podían ser como antes, ya no tenían porque serlo.

Ya no querían ser amigas, querían ser de la otra.

-Tú eres la que manda, Cara mia.

Como si no le importará dejo de lado su denominada 'Hora de escritura' para poder ir con Enid a su cama.

-¿Prometes que no estarás con nadie más? -pregunto la mayor mientras la besaba. 

-Solo quiero ser tuya... ahora cállate -besos húmedos eran lo único que se escuchaba en esa habitación.

Que alivio que desde el incidente con el "Tiro al reloj" dedos decidiera que lo mejor era dejar que Merlina se cuidara sola.
Ahora no había nadie que las recriminara al día siguiente.

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Debían guardar apariencias, ninguna familia sabía de lo suyo, y por ahora estaban bien así.

Era una lastima que Enid no se supiera controlar, ya que por eso ahora la azabache tenía que usar bufanda durante la semana de padres.

Durante la comida no podían evitar darse miradas, miradas de coqueteo.

Miradas que el menor de los Addams noto.

Los secretos que guardaban en su corazón eran más difíciles de esconde de lo que pensaban.

Ya que esto era un tormento para Enid, la cual tenia que oir a su madre ahora hablandole de parejas.

-¿Y qué te parece? -hablo su madre.

-Tal vez... Solo quiero ser tuya... -dijo en un murmuró bajo mientras veía a Merlina.

-¿Como?

-Que... no... - Se aclaró la garganta un poco, regresando a la normalidad- Ma, ya hablamos de esto, nada de parejas a menos que yo la elija -su madre iba a hablar, Enid veía venir un gran escándalo, así que sólo se levantó -Con permiso.