La detective corrió fuera de su departamento, estaba asustada y su cabeza le dolía por la sorpresa que se llevó. Al salir del edificio departamental se encontró con un vecino que en vez de ayudarla al verla agitada simplemente apretó el paso y entró a su departamento.
A Leah poco le importó, estaba demasiado abrumada y ahora sentía una creciente náusea que terminó con vomito. Por suerte había alcanzado a llegar a una maceta y ahí, como si de una película se tratara, vomitó. Luego de haber dejado salir su propia alma por la boca, se limpió los labios con la mano y rápidamente hizo una mueca de asco al encontrar rastros de vomito entre sus dedos. Tenía que volver, no solo porque había arruinado su ropa, sino que también porque dejo a su gato encerrado con quien sabe qué cosa adentro.Maldijo en voz baja y camino de vuelta hacia su departamento mientras clickeaba un número en su celular, el tono de llamada comenzó a sonar y en lo que respondían Leah se acercaba más a la puerta, con ansiedad giró la manija y en eso una voz masculina le respondió al teléfono.
— No vas a creer lo que me acaba de suceder. — Leah habló, casi jadeante. Ni siquiera dejo que el hombre respondiera antes de que volviera a hablar. — Vi al niño Eric, no podía dejar de vomitar se veía tan horrible. —
— Leah, tranquilízate, ¿de qué niño me estás hablando? — El hombre del otro lado del teléfono era Eric Heimswood.
— El chico Bloom, el que acabamos de encontrar hace poco. Por dios Eric no quiero abrir la puerta. — A Leah le temblaba la voz para ese momento de la plática y estaba congelada con la perilla en la mano.
Del otro lado del teléfono se escuchó un silencio pesado y tortuoso que más que ayudar a Leah simplemente la ponía aun más ansiosa. Pero entonces escuchó a su gato maullar y no le quedó de otra que abrir la puerta solo para tomarlo entre los brazos y alejarse lo más rápido posible.
— Eric, voy a ir a tu casa, no me importa si no estás ahí, no quiero entrar a ese departamento por un buen rato. — Leah rompió el silencio.
— ¿Por qué tanto drama, Leh? Probablemente ni siquiera fue real lo que viste, te la pasas alcoholizándote todo el día y todos los dí-.... — Eric no pudo terminar de hablar cuando la detective terminó la llamada.
Leah aún tenía la respiración agitada, el solo hecho de dar la espalda a un vacío hacia que sintiera una corriente de energía pasar desde su nuca a su espina dorsal, calentando su cabeza a causa del miedo.
Cuando llegó a su auto metió a su gato primero y dio la vuelta para entrar del lado del chofer, al sentarse dejó salir un pesado suspiro y evitó ver por el espejo de retrovisor. Se sentía en una película de terror, pero no tenía tiempo para sobreactuar.Al cabo de 20 minutos aproximadamente llegó a la casa de Eric donde después de haberse disociado recibió una regañada por parte de él.
— Te estuve llamado los últimos minutos y ni siquiera un mensaje me respondiste, estaba apunto de enviar una patrulla a tu departamento solo porque no contestabas. — Eric habló primero sosteniendo al gato entre sus brazos en lo que Leah salía del auto.
— Lo lamento, no escuche mi celular en ningún momento, perdóname, simplemente me quedé distante porque no entendía que pasaba. — Apenas terminó de hablar corrió hacia los arbustos del porche a vomitar, una vez más.
Eric suspiró al ver que sus preciadas plantas estaban siendo bañadas en el líquido gástrico de su compañera de trabajo, incluso Baph (el gato) miraba con cierta cara de disgusto.
— Ven, vamos a limpiarte. — Eric respondió tomando a Leah del brazo.
Los tres entraron a la casa y Leah se sentó en el sillón agarrando su cabeza con ambas manos al mismo tiempo que Baph trataba de llamar su atención dándole golpecitos con la pata. En ese momento Eric llevaba un vaso con agua fresca y Leah lo tomó como si estuviera cruda.
— Explícame bien, me dijiste como tres cosas e imaginé lo peor. —
— Es que, desde hace un rato estaba teniendo este tipo de intuiciones raras, ya sabes, lo que nos ha ayudado a resolver casos últimamente pero ahora, se siente más fuerte y pesado, me pesa en el pecho y me duele en la cabeza. No se como explicarte bien lo qué pasó porque me vas a tratar de loca. — Leah hablaba, con un tono tembloroso aún— El caso es que me estaba preparando algunas cosas y al volver a la sala vi a un niño, muchacho más bien, al frente del televisor. Por un momento pensé que dejé la puerta abierta y me estaba gastando una broma.
— Continúa.
— Me acerque para ver qué hacía ahí y cuando se dio la vuelta su rostro se hizo... monstruoso, o bueno, no tuve mucho tiempo para verle la cara porque salí corriendo de ahí. — La detective tomó aire y siguió. — Se que es estupido pero, si tú vivieras eso, ¿cómo reaccionarías? además, estuve teniendo llamadas raras y situaciones raras los últimos días desde el asesinato del chico Bloom.
Leah iba a seguir hablando cuando se vio interrumpida por el tono de llamada de su celular a lo que dudó un poco en responder.
— Tremblay.
— Malas noticias detective, hemos encontrado a Helena Bloom esta mañana flotando en el lago Pike, el area acordonada fue irrumpida y la mujer no muestra signos de lucha. Necesitamos que venga a echar un vistazo. — Un hombre en el teléfono habló, explicando con un tono apresurado.
Leah se quedó en silencio unos segundos. Sus labios pálidos se arrugaron en una línea y dirigió su mirada a Heimswood quien la veía incesante esperando que esta le explicara la llamada que acababa de recibir.
— ¿Y bien? — Eric habló.
— Encontraron a la madre de los chicos, de nuestro chico asesinado. — Leah se levantó del sofá para agarrar las llaves de nuevo.
Eric no dijo nada, esa información le había sido suficiente como para saber que tenían que apresurarse.
Ambos se marcharon en el auto de la detective y llegaron tan rápido como pudieron a la escena, donde encontraron todo de nuevo acordonado y con un saco blanco con una silueta humana dentro siendo transportada dentro de la camioneta donde se llevaban los cuerpos.— Como le mencionaron, no habían señales de lucha en su cuerpo a simple vista, vamos a esperar a la autopsia para dar más información pero es más que claro que es reciente, el cuerpo apenas estaba empezando a hincharse. — Habló Alice Leblanc, policía y primera en escena.
— Gracias. — Leah no dijo mucho, no tenía palabras en ese momento.
La detective se dio la vuelta solo para encontrarse con la mirada del más alto, igual, sin palabras. Leah se frotó la cara con desesperación, era más que un simple secuestro, el asesino o asesinos tenían algo personal en contra de la familia.
— Vamos a buscar a los chicos.
Eric y Leah se fueron de la escena para ir al colegio donde aquellos apenas estaban saliendo de sus clases, al encontrarse con ellos Lía y John se acercaron, pensando que les preguntarían más cosas acerca de su recién difunto hermano.
Tremblay arrugó los labios de nuevo, usualmente no tenía problemas para decir las cosas como son, pero ahora, sentía un vacío triste en su pecho al ver los rostros apagados de ambos niños.— Helena, su madre... ella fue encontrada esta mañana. Lo lamento. — Eric habló por Leah, quien aún estaba indecisa.
John y Lía se quedaron quietos, no lo asimilaban, Lía se quedó en shock, su mirada se iba y su mente se disociaba como respuesta a evitar el dolor que esta noticia le había provocado. Por su lado John trató de hablar un poco más, sintiendo ese calor pasar por los costados de su cabeza hasta sentir que ardía en su pecho.
— ¿Que vamos a hacer nosotros? Ni siquiera está nuestro padre aquí. No puede decirme esto detective. — John habló, su voz se entrecortaba y sus ojos parecían temblar, aún así intentó mantener la compostura.
— Esta mañana llegó el Sr. Bloom a la ciudad. Su padre no tarda en llegar por ustedes pero aún así, tenemos que interrogarlo al ser un posible sospechoso. — Eric continuó.
John no entendía, como es que su propio padre era sospechoso de la muerte de su madre. ¿De su hermano también? era a la persona que menos quería ver en ese momento y aún así no le quedaba otra opción. Sujetó a su hermana con la suficiente fuerza para que esta lo siguiera.
— Gracias. — Fue lo único que Jonathan dijo.
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Desaparecido
Paranormal◌ - Oliver Michael Bloom, hijo de Michael Bloom y Helena Miller primogénito de los tres hijos que esta antes adinerada familia había tenido, fue encontrado muerto a el 25 de Noviembre del 2017 sumergido en el lago Pike, en su pueblo natal Frelighsb...