Capítulo XI

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Al salir de la sala de interrogación, Leah fue interrumpida por Alice quien le entregaba una hoja de estructura limpia que, a simple vista parecía importante. Los ojos de Leah se clavaron con duda a los de Alice quien rápidamente comenzó a hablar.

Detective, acabamos de conseguir la orden de cateo firmada por la jueza. Creo que le gustaría acompañarnos mientras cateamos el hogar de los Bloom.

— Claro, gracias. ¿Irán ya?

— Así es detective, si gusta puede seguirle el paso a las patrullas si es que desconoce el camino hacia la casa.

Leah al escuchar lo último asintió, siguiéndole el paso a la muchacha de cabellos oscuros que caminaba delante de ella, en el proceso Leah respondía mensajes de texto de Eric, quien desesperado le decía que no sabía que hacer con los niños. Tremblay suspiró agotada mentalmente.
Ambas mujeres salieron del departamento policial y se dirigieron a sus respectivos carros en una marcha intensa.

En todo en trayecto Tremblay seguía pensando en lo que le ocurrió hace un par de horas, a ese punto el susto ya se le había pasado y cuestionaba la veracidad de los hechos. En un semáforo en rojo se sobó la sien en busca de aligerar el dolor en su cabeza a causa del estrés que le estaba provocando el caso.
Al cabo de unos minutos más llegaron al hogar de los Bloom, en donde un equipo de oficiales forzaron la puerta al no haber nadie adentro, después de eso se abrieron el paso adentro y cada quien salió disparado a distintos lugares para poder registrar por completo la casa. Pero la mayoría se concentró en la habitación de Oliver y de Helena.

Tremblay y un equipo de peritos entraron en la habitación de la madre, los peritos tomaban fotos al área y la oficial se ponía unos guantes para alterar el lugar. Leah se distrajo viendo una imagen familiar cuando uno de los peritos se exaltó brevemente.

Detective, mire esto.

El hombre dijo, extendiendo una carta manchada y arrugada al costado de la cama de la mujer, donde se notaban lágrimas penetrando el papel y una letra errática. Era una carta de suicidio.

Perdóname Dios, no he sido fuerte para ti, ni para mis hijos. La ausencia de Oliver me ha vuelto peor, no tengo la capacidad ni la fuerza de seguir con mi vida.
No sé en qué momento usare esto, pero espero algún día por fin encontrar la paz. Que Dios me perdone y mis hijos también.

Leah no tardó mucho en leer el contenido. No era una carta larga pero se daba a entender el propósito de esta. Tremblay suspiró, aún así, el caso le provocaba incongruencias, como si ella supiera que había algo más escondido en esto.

A pesar de haber encontrado una evidencia clave, Leah siguió investigando el cuarto hasta que se distrajo de nuevo con unas imágenes sin enmarcar que estaban en uno de los cajones. Aparecían dos adolescentes, uno con una sonrisa autoritaria y el otro mostrando los dientes mientras levantaban las astas de un venado. Leah comparo la imagen con una foto de Jonathan y Oliver que estaban en la otra habitación y, se dio cuenta que no eran las mismas personas. No le dio mucho rodeo pues creyó que se trataban de familiares de Helena y que guardaba esas imágenes como recuerdo, aunque la calidad de la fotografía databa de al menos 20 años o más. Dejo la fotografía sobre el escritorio de la habitación y se marchó una vez los peritos terminaron de registrar el lugar.

Por otro lado, Michael fue absuelto del cargo de asesinato, pero aún seguía en investigación ante el caso de Oliver, sin embargo, las evidencias eran menos y no tenían derecho de aún tenerlo encarcelado. Por las molestias, el propio cuartel se encargó de ordenar un servicio funerario para los fallecidos, ya que, no les habían dado ni siquiera oportunidad de velar sus cuerpos al estar en constante inspección por parte de los cuerpos perítales.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2023 ⏰

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