"¿No serás una princesa Targaryen solo por un caballero?"
"No es cualquier caballero, Harwin es mí caballero y prefiero mil veces ser su esposa que casarme contigo Daemon. Soy la dama de Invernalia, no necesito más título que ese"
[FANFIC DE HOUSE O...
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-¿LADY ALYSANNE, ESTÁIS BIEN?
Un jadeó escapó de los labios rosados de Alysanne al escuchar a Harwin llamarla con su ronca voz. Con dificultad, se tomó unos segundos para recuperarse del escalofrío que estalló en su columna. Sonrió suavemente, él la hacía sentir como una adolescente enamorada y estúpida. Nada parecido a la loba que debía ser. «¿Pero no puedo amar? Creer que puedo pensar en mí por sobre mi casa. Jamás... Familia, Deber, Honor. No me voy a desviar».
-Sí, solo esperaba una comitiva de bienvenida. Soy la hija del Guardian del Norte. No una simple sirvienta. En fin, supongo que todos están concentrados en la reina Aemma y el bebé que suponen que debe ser varón. -Alysanne tomó la mano que le ofrecía el caballero para bajar del caballo, él puso una mano en su cintura-. Rezó para que sea niña y así se sorprendan todos.
-Valientes palabras mi señora, si fuera el padre de la criatura sería feliz si es niña o niño. Mi mayor petición sería que tanto como el bebé como la madre esten sanos. -Harwin la miró con los ojos llenos de sueños.
A penas se conocían hace un poco más de un mes, cuando Alysanne llegó a Aguasdulces para visitar a su familia materna; los Tully. Sin embargo eso no impidió que Aly se enamorará de él en cuanto cruzaron palabras en la cena, él dulcemente corrió la silla para que se sentará y la incluyo en cada conversación.
-¿Le apetece más, mi señora? -Preguntó hace ya tantos días, cortando el mejor pedazo de filete para servirlo a Alysanne.
Su copa de vino siempre estuvo rebosante y cuando llegó el postre; pastelitos de crema, Harwin le sirvió antes de probar bocado. También habló con ella de política y económica como si fuera un lord más, Alysanne agradeció que no la subestimase por ser norteña y carecer de un título propio.
-¿Lady... Stark? -Una muchacha con el uniforme del servicio de los Targaryen la llamó, a su lado había un capa blanca-. El príncipe Daemon os espera en el Salón del Trono de hierro.
Alys frunció el ceño al no entender por qué no tenía una bienvenida oficial. El príncipe Daemon seguro quería hablar de su compromiso en privado, sin el Rey Bonachón; con El Canalla no se llevaba bien, su matrimonio era un trámite requerido por Viserys Targaryen y Rickon Stark. Incluso Cregan podría elegir esposa mientras ella tenía que adaptarse. «Es lo mejor, un lobo no teme a la opinión de las ovejas».
-Como sea. Se ve que el principito es presuntuoso. -Alysanne hizo un ademán y se dirigió allí-. Espérame afuera, Harwin, gracias por acompañarme, no sé qué haría sola en la Capital.
-Mientras haya aliento en mi pecho y pueda esgrimar una espada nadie te hará daño ni siquiera con las palabras. Te lo dije antes y ahora, te protegeré aunque sea acosta de mi propia vida. -El Strong titubeó antes de tomar sus manos y dejar tres besos en ellas.
