"¿No serás una princesa Targaryen solo por un caballero?"
"No es cualquier caballero, Harwin es mí caballero y prefiero mil veces ser su esposa que casarme contigo Daemon. Soy la dama de Invernalia, no necesito más título que ese"
[FANFIC DE HOUSE O...
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-ES HERMOSO. -Alysanne sonrió al verse la túnica nueva regalada por Daemon Targaryen. Era de tiras de seda gris Stark alternadas con tiras de terciopelo negro, y un intrincado y costoso encaje rojo de Myr en la parte superior del corpiño.
Eran los colores de los Targaryen y los Stark. Un regalo cuanto menos extraño del príncipe Canalla. Alysanne no se dejaba engañar, Daemon debió ser obligado a darle el vestido o ni siquiera se enteró de que alguien le envío eso. Exhaló, demasiado nerviosa y entristecida ante la posiblidad de ser ignorada.
-Luces hermosa, pero jamás te verás mejor que yo. -Alys soltó una risa al escuchar al sarcástico Daemon, entrelazó sus brazos mientras se dirigían al palco real, no pudo evitar sonreír-. Oí que el caballero fuerte y tú hermano entrarán a la liza hoy.
-Así es, Eyron insiste en descabalgar a los sureños aunque parece olvidar que nosotros somos medio Tully aunque él sea castaño en vez de pelirrojo. -Subió los escalones de las tribunas y se detuvo al ver que Daemon no le acompañaba-. ¿Tendré que darte mi favor?
-Sí, supongo que eso haría feliz a mi hermano y a tú padre. Serás ahora como de la Familia Real sin importar que el compromiso no sea oficial. -Daemon se encogió de hombros antes de perderse de vista.
-¿Lady Stark? -La vocesita amable de Alicent Hightower la sorprendió, no esperaba que ella le abordara-. Quería hablar con vos sobre un asunto importante. -Alysanne asintió, terriblemente confundida, su casa nunca fue aliada de los Hightower para que ella viniera a hablarle de buenas a primeras-. El príncipe Daemon Targaryen no es quien creéis que es, no es un Príncipe Azul, sé que es guapo al punto de ser abrumador pero no debéis dejaros impresionar, él...
Alysanne se empezó a reír, escandalosa, llamando la atención de quienes pasaban por allí. Negó, sonriente, tomó las manos de Alicent con cariño y las apretó con cariño maternal.
-Daemon es un idiota pero no creo que sea una mala persona, no te preocupes, Alicent Hightower... Sé cómo es Daemon Targaryen...
-Pero aún así te agrada. -Murmuró la amiga de Rhaenyra a la vez que seguía a Alysanne que cruzó el arco para llegar a sus asientos.
El rey ya estaba dando su discurso así que ambas llegaban tardísimo. Otto Hightower alzó una ceja y luego asintió, Alys supo que la Mano del Rey deseaba que su hija averiguara información de ella. Se sintió ofendida.
-Cuento con tu discreción. -Espetó Alysanne, gélida como el hielo, sus ojos fueron dos témpanos azules-. Te he revelado que a pesar de que le tengo afecto a Daemon pero no es como si estuviera enamorada de él, ¿Qué te hizo para que intentes advertir a su prometida de él?
Los ojos de Alicent se llenaron de lágrimas, por suerte, nadie se dió cuenta. Ni siquiera la princesa Rhaenyra porque ella llegaba tarde y no se encontraba junto a ellas en los puestos de adelante.
