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A la mañana siguiente, Lena había salido muy temprano hacia el Mall más cercano, planeaba comprarle ropa a Kara ya que—por obvia razón—, no tenía a su disposición. Se sentía enérgica, como si le hubiesen inyectado una dosis extra de la que usualmente utilizaba en los juzgados. Compró varias mudadas incluyendo una a juego con su atuendo mañanero para darle mayor "realismo". Y, pensando en eso mismo, estuvo despierta gran parte de la noche pensando en su propuesta, debía hablar con Kara; creía que sería más convincente si ambas creaban la historia de cómo se conocieron, así evitaría que se delantaran frente a sus padres, todo lo tenía fríamente calculado.

Por primera vez en su vida hizo caso omiso a los coqueteos indiscretos de chicas hermosas, ahora prefería concentrarse la falsa cita que obligaría a esa hermosa chef a tener con ella—no aceptaría un no como respuesta—. Bajó del taxi evitando que todas las bolsas se pararan en la nieve, o quedaran olvidadas en el asiento trasero. Abriendo la puerta notó a toda su familia sentada tomando el desayuno, sonrió alegre.

—Buenos días, familia —saludó sonriente sosteniendo las bolsas.

—Buenos días, cariño —respondió por todos Lillian—. Veo que saliste temprano, ¿para qué son todas esas cosas? —Lex arqueó una ceja esperando la respuesta, él conocía muy bien a su hermana.

—Algunas cosas que le compré a Kara, enseguida vuelvo —se perdió entre los escalones importándole poco que estuviera dormida, o no abrió la puerta—. Buenos días.

—¿Buenos días? —refunfuñó siendo despertada por los movimientos en su cama, miró todo entrecerrando sus ojos.

—Estuve pensando acerca de la propuesta que te hice —Kara inocentemente sonrió aliviada.

—Al fin recapacistaste sobre esto, porque yo...

—Creo que deberíamos tener una historia, así no nos pondríamos en evidencia frente a mis padres —la chef suspiró rodando los ojos, era hábito familiar interrumpirla.

—¿Perdona? —Kara se sentía molesta—, ni siquiera he aceptado la propuesta; dije que me quedaría la noche pasada y nada más.

—Ayúdame, Kara —suspiró colocando sus manos en su propia cintura—. Ayer me dijiste que las cosas pasaban por una razón del destino —estaba utilizando sus propias palabras en su contra—. Pues, era el destino que dejara mi móvil olvidado y tu me lo trajeras de vuelta, era justo por esto.

—No puedo creer que estés usando mis propias palabras —arqueó su ceja negando con su cabeza resignada—. Está bien, no me queda otra opción que ayudarte con esta mentira, ¡ni siquiera nos conocemos!

—Técnicamente nos conocemos muy poco, así que no mentí sobre eso —Kara rodó los ojos—. Baja cuando estés lista, compré ropa para ti.

—Qué generosa —se burló justo cuando Lena había abandonado mirando por encima las prendas.

Media hora más tarde bajó a regañadientes, pero su estómago gruñía de hambre y necesitaba cafeína. Les regaló una sonrisa apenada a los Luthor acercándose a la mesa que desprendía un olor delicioso.

—Buenos días —acomodó su bufanda intentando no fruncir el ceño, notó que estaba vestida igual a Lena.

—Buenos días, querida —Lillian tan cálida la saludó con su taza de café entre las manos—. ¿Van a desayunar?

—De hecho lo haremos afuera —Lena no permitió a Kara contestar una afirmativa—. Llevaré a Kara a patinar un poco, queremos pasar un tiempo a solas.

—Oh, eso suena muy divertido, me hubiera gustado acompañarlas, pero no estoy presentable —Lex colocó los codos sobre la mesa sospechando cada vez más que solo estaban fingiendo.

A Christmas ProposalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora