Magic Girl

859 150 20
                                    

Finalizada su sesión fotográfica improvisada, Lena decidió que llegaba el momento ideal para tomar su merecido desayuno. Mientras se caminaban seguían detallando partes importantes sobre su "historia" de amor, primeras citas, bailes y paseos, pero les faltaba un detalle emparticular que parecía ser insignificante; quién fue la primera en decirte te amo. Kara frunció sus labios antes de subir los pequeños escalones de ese pequeño restaurante rústico, tenía las manos ocultas en su abrigo mirando a Lena.

—Nos falta algo importante —la abogada alzó su mirada encontrándose con esa laguna azul profunda.

—¿Sí? —Kara asintió levemente mirando a las parejas tomar café, o chocolate con repostería—, iluminame, ¿cuál es ese detalle que hace nos falta?

—Quién fue la primera en decir te amo —Lena alzó sus cejas, no podría decir esas palabras, ni por más fingido que fuera, seguían quemándole como lava en su interior.

—Yo no creo poder ser capaz, siento que se me quedan atoradas las palabras en la garganta —Kara lo supuso, solo respiró profundo esbozando una pequeña sonrisa.

—Es sencillo, ¡te amo, Lena Luthor! —alzó la voz generando que todos los clientes se giraran a mirarlas sonrientes, divertidos y curiosos.

Lena se quedó casi pasmada por la naturalidad que Kara lo había dicho, admitía que se sentía algo sonrojada por captar la atención. Sin poderle "corresponder", solo sonrió tomando dudosa su mano intentando sumergirse en su papel—imposible—, ¿cuánto tiempo había pasado?, mucho, años de no saber qué sentía tomarle la mano a una mujer que no fuera su madre y sobrina, suspiró alejando sus recuerdos deprimentes, había muchas cosas más importantes que su pasado.

—Creo que estamos listas, construimos en un día toda nuestra historia —comentó Lena más tarde, regresaban por fin a la mansión—. ¿Te crees preparada para enfrentar a mi familia?, haré una reservación y cenaremos ahí —Kara negó con su cabeza colocando su mano sobre el brazo de la abogada.

—Tengo una mejor idea —le sonrió, por qué seguía ayudándola no lo sabía—, espero que sepas cómo cocinar.

—Soy buena ayudante, prometo no quemar nada —sonrió entusiasmada, creía que ganándose más a su familia, el puesto estaría como CEO sería asegurado.

—Llévame al supermercado más cercano, creo que necesitaremos ingredientes frescos —obediente asintió abriéndole la puerta del piloto, rodeó el auto ingresando a su respectivo asiento.

—Comienza a conducir, te diré cómo llegar —la chef asintió encendiendo el motor de su auto, seguía sintiéndose extraño todo.

Una hora después, llegaron a la mansión cargando unas cuántas bolsas llenas de los alimentos necesarios. Ambas dándose ligeras bromas ingresaron casi ignorando a Lex que, sin duda, no estaba para nada estoico. Su expresión amargada no cambiaba por nada, alzó solo unos segundos su mirando de la portátil mirándolas. A Kara no le gustaba nada como la mirada de reojo, pero no tenía derecho real para preguntarle a qué se debía su evidente desprecio.

—Padre, madre, esta noche Kara y yo les haremos la cena —anunció Lena—. No hagan planes de salir a algún lugar —observó a su hermano rodar los ojos, se sintió satisfecha.

—¿Tía Lena cocinando?, eso es nuevo —sonrió su sobrina mayor apartando su mirada del móvil—. Definitivamente será interesante ver cómo quemas la comida.

—Esa motivación que me das es magnífica, Lizeth. ¿Por qué no aprendes a tú hermano? —esta solo sonrió maliciosa regresando su mirada al móvil.

—Mi nieta tiene razón, me encanta ver que estés saliendo de ese cascarón tuyo —sonrió Lionel Luthor mirando a su mujer—. Ya viene siendo hora de que sientes cabeza, tienes treinta y dos años.

A Christmas ProposalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora