ℕ𝔸𝔻𝕀𝔼 𝔼𝕊 ℙ𝔼ℝ𝔽𝔼ℂ𝕋𝕆 | ʀᴏɴᴏʀᴏᴀ ᴢᴏʀᴏ x 𝑭𝒆𝒎!Reader [En Revisión]

Aprender a Sobrevivir

ℕ𝔸𝔻𝕀𝔼 𝔼𝕊 ℙ𝔼ℝ𝔽𝔼ℂ𝕋𝕆 : 𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆𝒏𝒂𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐

| 𝐓/𝐍'𝘀 𝐏𝐎𝐕

Me desperté con los rayos del sol colándose a través de las cortinas, dándome cuenta de que había dormido más de lo habitual. Pero, sinceramente, no me importaba en lo más mínimo; ¡era fin de semana! Hoy estaba decidida a dedicarme por completo a ver anime. Si no lo hacía, Meg me mataría, y la verdad es que no quería enfrentar su furia.

Sin embargo, había un pequeño gran problema: mi padre. Sabía que si me veía mirando la pantalla, se plantaría a mi lado, respirándome en la nuca, y probablemente terminaría con él cortándome la cabeza como la reina de corazones. Así que, sin más opción, decidí que iba a tener que hacerlo a escondidas.

—¡Señorita! —Luna entró de golpe a mi habitación y yo me sobresalté

—¡¿Quééé?! —la miré mal— ¡Casi me da un infarto!

—Lo siento, Señorita, pero necesitaba avisarle que su padre se irá siete meses a Japón por trabajo... —yo sonreí maliciosamente — Por favor, no haga locuras como cuando tenía diez...

—¿Yooo? ¿Haciendo locuras? No, no, si yo soy un ángel —dije sonriendo y haciendo pose de diva. Es increíble que tan solo pasar una noche con Meg ella ya me hizo una de las suyas.

—Luna, tranquila, la Señorita ya es grande, apuesto a que hoy no romperá el candelabro de la sala como cuando tenía diez —entró Anna a la sala y yo las observé, perpleja.

—¡¿Rompí un candelabro?! —les pregunté exaltada

—Sí, me sorprende que no lo recuerdes, tu padre te regañó muy feo ese día — me dijo sorprendida Anne, yo agaché la cabeza

—Díganme algo... Eso, todo eso que me cuentan, ¿pasó cuando ella vivía? —ellas me miraron con el ceño fruncido— ¿Éramos una familia normal cuando mi mamá vivía? —ellas se miraron

—Tn, pequeña, no pienses en eso —me pidió Anne mientras se sentaron a mi lado

—¿Por qué? ¿Por qué no la recuerdo...? —sentí como se me quebraba la voz de la frustración, y sin poder evitarlo, las lágrimas comenzaron a brotar— No quiero ser débil, quiero ser fuerte como ella, pero aun así, ¿por qué no recuerdo nada de mi infancia? —me limpié las lagrimas

—Tengo una idea —Anna y yo miramos a Luna—. ¿Y si te enseñamos todo lo que nosotras sabemos? digo, como defensa personal. a cocinar, a tejer y coser, ¡a ser una chica fuerte y con espíritu!

—¡Me parece muy bien! —apoyo Anne, me miró— ¿Qué dices, mi querida orquídea? —me nombró como una de mis flores favoritas

—Pero ustedes tardaron varios años —ellas rieron