Hora de irme de acá

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ℕ𝔸𝔻𝕀𝔼 𝔼𝕊 ℙ𝔼ℝ𝔽𝔼ℂ𝕋𝕆 : 𝑩𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒐𝒔 𝑬𝒔𝒄𝒐𝒎𝒃𝒓𝒐𝒔

    | 𝐌𝐞𝐠𝐚𝐧 𝐏𝐎𝐕

Estaba en un café cerca de mi casa, un lugar bastante popular, por lo que había una gran cantidad de gente. Pero nada podría arruinar mi tranquila mañana, ya que me encontraba disfrutando de un anime poco conocido, pero excelente: Vanitas no Carte.

Con un rico frapuccino de vainilla en mano, me sentía relajada y contenta, hasta que una niña rubia y diminuta apareció con lágrimas en sus ojitos. Era Amelia.
¿Qué hacía aquí!?

—Pequeña, ¿qué sucede? —le pregunté, preocupada

—¡T-T/N!..., e-ella —cerró los ojos y respiró hondo—. La empresa de su padre colapsó repentinamente y ella estaba dentro del lugar

—¿Qué? —la miré desconcertada

—No murió —hizo una pausa—. Pero será mejor que vengas, hubieron testigos

Sin pensarlo, guardé mis cosas, dejé una propina y eché a correr junto a Amelia.

Al poco tiempo llegamos a la fábrica colapsada y allí estaba... T/N, quien reposaba en una camilla; pero lo que me sorprendió fue que su cuerpo estaba en perfectas condiciones, ni un rasguño. Eso no era razonable, ¡un techo le cayó encima! Y no era la única, otros niños también estaban en camillas, inconscientes.

—¡Alto! ¡Está prohibido pasar! —nos detuvo un guardia.

—Escúchame bien, imbécil, soy Amelia D'Acher, hija del Conde de Inglaterra. Déjanos pasar o pagarás las consecuencias —el hombre, aterrado, nos dejó pasar.

—¿Hija del Conde? —le pregunté sorprendida.

—¿No lo sabías? —me miró extrañada mientras avanzábamos—. Bueno, realmente no soy su hija, sólo somos descendientes que heredamos el apellido.

Amelia me guió hacia un niño que estaba allí. La pequeña se acercó con cuidado.

—Hola, volví.

—H-hola —dijo casi en un susurro.

—Ella es de quien te hablé. ¿Nos podrías contar lo que sucedió? —el chico asintió nervioso.

—Estaba en mi... —dudó si decir o no—, en mi habitación con unos científicos, y de repente todo se empezó a derrumbar. Los científicos se fueron corriendo. Yo ya estaba muerto, pero alguien me salvó. Una chica que estaba inconsciente, pero igual se movía y caminaba. Tenía un escudo alrededor de su cuerpo, y ella me alzó y me llevó afuera. Los escombros no nos dañaron, ya que su escudo nos protegió. Salimos del lugar, desactivó el escudo y los científicos la durmieron. Para su mala suerte, allí estaba Amelia y llamó a la ambulancia —terminó su relato.

Amelia y yo nos alejamos y ella me miró.

—¿Qué crees que sea? —preguntó, muy preocupada.

—Si tenemos en cuenta que aquí experimentan con humanos... —lo pensé un momento—, diría que esto lo causó alguna persona. Aun así, el hecho de que T/N haya hecho ese escudo me dice que... ella tiene poderes —miré los escombros—; pero sólo ella lo sabrá.

(...)

Pasaron unas horas. Amelia, el niño, cuyo nombre era Touya, y yo nos encontrábamos en el hospital esperando los resultados de T/N. No tardaron en avisarnos que ella ya había despertado.

Los tres entramos a la velocidad de la luz. Al entrar, T/N miraba tranquila por la ventana y luego nos sonrió.

—¡Chicas! ¡Hola! —nos dijo sorprendida.

ℕ𝔸𝔻𝕀𝔼 𝔼𝕊 ℙ𝔼ℝ𝔽𝔼ℂ𝕋𝕆 | ʀᴏɴᴏʀᴏᴀ ᴢᴏʀᴏ x 𝑭𝒆𝒎!Reader [En Revisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora