La verdad

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Aparecí en mi habitación, pero todo era más bonito, más arreglado, el maniquí estaba completo y estaba sentado en la silla que está cerca de mi escritorio, la bandera de arcoíris estaba completa, sin marcas de haberla quemado, los casetes estaban igual, la verdad es que siempre estaba ordenados, y, por último, el líquido negro ya no estaba, todo era perfecto. Las paredes limpias, mi cama tendida, era perfecto, y por alguna extraña razón, sentía felicidad y ya no me dolía nada. Yo me acerqué lentamente al espejo, me temblaba la mano y tenía miedo, mucho miedo, pero no sabía por qué, mi mano temblaba sola. Al final puse el último pedazo del espejo y me alejé un poco, el espejo empezó a brillar demasiado, casi me dejaba ciego; yo cerré y me puse mis manos en los ojos, la luz era tan brillante que casi me dejaba ciego. Luego de unos segundos, la luz desapareció, el espejo dejo de brillar, yo quité poco a poco las manos y abrí un solo ojo para comprobar que no había luz, yo me acerqué con curiosidad al espejo, para ver que me mostraba. Lo primero que vi era a Javier, en la misma posición que yo, yo me toqué la cara y Javier hizo lo mismo que yo, yo levanté una mano y él hacia lo mismo que yo. Luego de un tiempo, el reflejo desapareció, no se pudo ver nada, se veía blanco por un tiempo, pero después de un segundos, el reflejo volvió y me vi a mí, pero detrás de mí estaba Javier. Yo me giré rápidamente asustado, era verdad lo que el reflejo del espejo mostraba, Javier estaba detrás de mí, aunque parecía triste.

- qué bueno que eres tú Javier, casi me das un paro cardiaco – yo me reí, esperando que él también se riera, o por lo menos sonriera, pero no lo hizo.

- llegaste al final, conseguiste todas la piezas, intenté alejarte de todo esto, pero lo lograste y me alegra.

- ¿A qué te refieres Javier? ¿Qué ha estado pasando?

- la verdad, es que no he te he sido sincero, ni un poco.

- ¿Me mentiste?

- sí y lo hizo por tú bien – nadie dijo nada por segundos – mejor dicho, por mi propio bien.

- ¿A qué te refieres? Me dices que mientes, pero no me dices la verdad, o lo que tú crees que es la verdad.

- mira, no es fácil, no es fácil, es la verdad, eso es lo que importa y que te quiero y que fuiste el mejor amigo – él se quedó callado, sin decir nada, yo no sabía que decir, mi mente estaba procesando todo he intentado unir las piezas.

- no importa lo que hubieras hecho, siempre estaré contigo – yo sonreí – solo confía, yo confío en ti, y sé que tú también, solo habla y yo escuchó.

- mierda, por qué eres tan buen amigo, es muy difícil hacer eso, si te lo digo, te va a destruir, no creo que lo vayas a soportar.

- no soy tú, ya te lo dije, estaré junto a ti, siempre – él se quedó callado por un largo tiempo, todo me parecía muy raro y se notaba, pero no sabría decir por qué pasa todo esto.

- vamos, dile la maldita verdad, es tú amigo, dísela – dijo una voz que no sabía de dónde venía – sabes que, si tú no lo haces, lo haré yo, por qué es nuestro amigo.

- ¡Cállate! Lo que tú quieres es destruirlo, por qué quieres destruir todo a tu alrededor, lo quieres ver sufrir.

- pensé que tú y yo queríamos ver a todos sufrir, que sufrieran todo lo mismo.

- no, no quiero, él es mi amigo y lo quiero cuidar, es mi mejor amigo.

- no mientas, sabes que tú y yo queremos lo mismo – unas manos aparecieron en los hombros de Javier – no me mientas, yo soy más mentiroso que tú, yo sé cuándo mientes y cuando no, sé que lo quieres decir, pero no tienes valor, yo sí – él chico de la máscara apareció detrás de él.

ser normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora