Es tú elección

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- ¡¿Qué mierdas hiciste?! – Javier sonrió.

- para salir de aquí, solo puede haber uno de todos nosotros.

- fue un gusto ser tú amigo y aconsejarte, pero ya eres mayor y soy muy viejo, soy un estorbo en estos momentos.

- jamás te olvidaré, gracias por escucharme.

- no fue nada, hice lo que tenía que hacer, ayudar a un pequeño niño solo, que solo quería amigos – él señor se acercó a la ventana – fue un honor estar contigo Javier – él señor se lanzó de la ventana, yo corrí rápidamente y vi por la ventana, veía su cadáver estrellado contra el suelo.

- ¿Qué está pasando?

- pues, queremos irnos, al final esto es una casa temporal, es bonito vivir aquí, pero quiero salir y la única manera de hacerlo es eliminando a mis otras personalidades.

- adivino que yo soy la última personalidad.

- primero terminemos la historia – Javier se sentó en la cama – luego de haber matado a todas esas personas, la policía llego y yo caminé tranquilamente, hasta arrestarme, pasaron muchas cosas sin importancias, pero hay dos cosas muy curiosas, creo que en el tribunal, cuando pasaban a los que sobrevivieron, la mayoría eran paralíticos, pero una me llamo la atención, podía caminar con los dos pies, al parecer era alguien que le cayó sangre de un compañero y se quedó quieta hasta que me fui, dijo varias cosas, que yo no me iba y que remataba a todos, yo solo le dije que no me acuerdo, yo solo maté a todos los de secundaría que pasaban por ahí y ni si quiera me acuerdo de tus amigos, por alguna razón esas palabras la hicieron llorar.

- mataste a sus amigos y no te acuerdas quien eras, ni te importaban.

- hace rato dejé de importarme casi todo, solo vivía por vivir, pero después de matarlos, tuve un sentido de vivir, pero bueno, algo que me salvo de ir a la cárcel e ir a un hospital psiquiátrico fuiste tú.

- ¿Yo? Espera ¿Estamos en un hospital psiquiátrico?

- sí – Javier lo dijo como si fuera lo más obvio del mundo – no sé cómo te diste cuenta, era obvio, literalmente Daniel te dijo lo que eres varias veces, todo era una pista de que esto no era real, incluso tú amiga Maggie de la fiesta está inspirada en un personaje de mi serie favorita y tienen el mismo nombre y la novia de Santiago también estaba inspirado de esa misma serie.

- ¿Eso fue mentira?

- sí, era lo que me imaginaba lo que era una fiesta loca, una muy loca, obviamente la vida feliz con tú hermano fue mentira.

- ¿El suicidio de mi hermano fue mentira? - Javier puso una cara de pena.

- no, eso si paso, él si se suicidó y lo hizo por qué se culpaba por lo que te paso y no lo soporto, se colgó, lo curioso es que lo hizo tres días después de yo haber cometido el tiroteo escolar, entonces pensé que era mentira.

- obviamente la vida feliz con mi hermano era falsa.

- más falsa que tú, eso era una vida para personas normales, yo no soy normal, nunca podré conseguir algo como eso.

- y ¿Qué eran los casetes?

- conversaciones con mi psicólogo, más o menos como yo los recuerdo.

- y ¿Por qué todo? ¿Querías que supiera la verdad?

- todo a su paso – Javier sonrió – no sé cómo no te diste cuenta antes, todo era muy obvio, todo estaba enfrenté de ti – Javier se río – bueno, lo que pasa es que, en el tribunal, tú saliste, tomaste el control – yo lo miré confundido – empecé a actuar como tú, sin acordarme de nada, llamando a tú madre, con miedo, luego de eso me desmayé y cuando desperté estaba aquí atrapado.

- ¿Cuánto tiempo hemos estado aquí?

- seis años, más o menos, es bastante lujoso, vivía bastante bien, aquí me sentía bien, aquí encajaba, además era famoso, me sentía como en casa y me quedé bien en todos los sentidos, cómodo, buena comida y buena salud.

- entonces ¿Por qué te quieres ir?

- es muy fácil, quiero vivir la vida, además quiero que mi nombre gire por todo el mundo, además no hay mucho que hacer por aquí.

- entonces ¿Me mataras?

- eso es tú elección – puso la pistola alado del espejo – escoge, me vas a mataras y serás el dueño del cuerpo, serás una mejor persona, o te eliminas y yo tomo el control.

- o no hago nada y nadie tiene que morir.

- y al final nos quedaremos acá – Javier sonrió – este lugar es hermoso, perfecto para vivir, pero quiero demostrar, que gente como yo, escoria puede volver a hacer aceptado en la sociedad en unos años y todo será olvidado, por qué ya demostré que sé puede vivir cómodamente aquí, solo sigue las reglas, y te quedas a vivir para siempre.

- ¿Te arrepientes de haber matado a esas personas? – Javier sonrió.

- ni me acuerdo de sus caras, no me importan ya, no siento remordimiento, los disfruté, sé que hice mal, pero tenía que hacerlo, iba a explotar, pero lo mejor de todo, es que me salí con la mía y más, maté a todos, puedo salir de nuevo y aquí se vive excelente, pero para hacerlo, tenía que mostrarte la verdad, todos los otros quería que supieran, así que todos, menos yo, te dejaron pistas, sobre la verdad, algunas obvias, otras no, hasta que me dejaron sin salida y creé el espejo, cuando lo completaras, ibas a saber la verdad, intenté alargar esto lo más rápido que pude, pero no lo logré y aquí estamos

- eres un monstruo.

- todos en mi posición se hubieran convertido en monstruos, sin contar la posibilidad de haberse suicidado, resistí tanto que me rompí, alguien tenía que pagar y yo me cansé de siempre pagar los platos rotos.

- no te quiero matar, por qué eres mi amigo, pero mataste a todas esas personas, mereces castigo, algo que sí te duela.

- si lo haces, te quedas aquí, para siempre, el doctor es bueno descubriendo mentiras, sabes cómo actúas y no importas cuanto actué, él lo descubrirá.

- ¿Por qué lo sé ahora? Pasamos seis años aquí ¿Por qué apenas me sé de esto ahorra?

- no querías que supieras, tenías miedo de perderte, de nuevo, pero me cansé de quedarme aquí y la única manera de salir, era tomando las pastillas, empecé a tomármelas diarias, pero todo se volvió peor, antes te podía controlar, pero cuando las empecé a ingerir, más suelto estabas y más perdía el control, salías más afuera, así que poco a poco fui liberando la verdad, pero en el fondo no quería.

- ¿Cómo se llamaba las pastillas?

- no sé, pero yo le puse de nombre HAPPY por qué me hacía sentir feliz cuando lo ingería – Javier se río – al final tú elijes, eres mi mejor amigo, tienes que elegir – yo caminé lentamente hasta la arma – hagas lo que hagas, te apoyo, como siempre lo hice – agarré el arma y miré al espejo – te quiero amigo, jamás lo olvides.

ser normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora