Explicaciones

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Hades mantuvo su abrazo con su esposa, dentro de varios minutos, hasta que finalmente, ella se calmó.

Perséfone no quería hablar mucho, se sentía apenada y un poco tonta, por esta situación tan embarazosa, que su esposo pudo presenciar.

Mi querida reina, siempre es un gusto, gozar de tu presencia, pero este momento me ha dejado desprevenido, ¿Que ha ocurrido?

Su tono de voz era calmado pero serio.

La diosa lo vió con miedo de decir lo que pasó, pero finalmente ella habló.

Mi amado esposo, siento tanto que hayas visto está vergonzosa escena, pero tengo que explicarte desde el fondo de mi corazón, que mi madre me ha echado, por alguna razón que no comprendo.

El dios sólo escuchaba las palabras, que soltaba su esposa.

Desde hace unos cuantos días, ella ha tenido una actitud diferente y que, me da miedo enfrentar.

¿Ella te ha gritado o golpeado?

—No, pero su trato conmigo, ha sido distinto y una de sus enojos constantes, me costó, la ida a mi casa y por estoy aquí. dijo con tristeza, lágrimas empezaban a salir. Honestamente, ya no sé qué hacer y cómo recuperar a mi madre de antes.

El dios, soltó a su esposa y la vió con pesar.

¿Que demonios estaba pasando por la cabeza de Deméter?

Estaba enfadado con ella.

Sentía, que su esposa le era sincera, tenía ese don de intuir, sobre ciertas situaciones.

Ambos empezaron a caminar, dirigiéndose a otro lugar.

La diosa se sentía ida y muy decepcionada de sí misma.

Realmente, quería que la tierra se la tragase pero para siempre.

Su esposo estuvo desde ese instante, apegado a ella y viendo si podía hacerla sentir mejor.

No le gustaba, que ella estuviese triste, eso le quebraba por dentro.

Se le ofreció un té a la reina, que no negó.

Se lo tomó muy despacio, estaba consternada.

Si quieres, puedo mandar a llamar a Deméter y decirle, en la cara, todo lo que se merece. dice Hades, con el ceño fruncido.

La diosa dió una pequeña risita.

No, no quiero, otra pelea tuya y de mamá, yo se lo que está pasando con ella, por lo que, tengo que arreglarlo, para que todo, vuelva a como estaba antes.

¿Estás segura de poder hacer esos tú sola?

Tranquilo Hades, tu confía dijo Perséfone, dando una sonrisa leve. Si es posible, regresaré a la vivienda de mi madre y trataré, de arreglar estos percances, no te preocupes mucho.

Obviamente estaba asustada, por lo que haría, pero no dejaría que la cobardía, la poseyese en momentos como esos.

Toda esa noche, Perséfone estuvo pensativa, hasta que se quedó dormida, de tanto cansancio...

Toda esa noche, Perséfone estuvo pensativa, hasta que se quedó dormida, de tanto cansancio

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Por otro lado, Deméter a llegado a su vivienda, estaba algo cansada pero no demasiado.

En un banco, se encontraba su hija menor, Despena, quién tenía que hacer unas cuantas preguntas a su madre.

Hola madre. ¿Que pasó con Perséfone?

Deméter sonrió un poco y respondió, con mucha calma.

Oh no te preocupes, ella está bien hija toca la cabeza de Despena. Se encuentra, donde ella debería estar: con su esposo.

La diosa misteriosa, jadeó de sorpresa.

¿Entonces si dejó que su hermana se fuera?

¡Pensó que solo era una amenaza!

Pero, ¿Ahora?, ¿En miedo de la noche? ¿Ella está bien? su madre frunció el ceño, lo que hizo que se sintiera intimidada. L-lo siento, es que, n-no pude despedirme de ella.

Ya te dije Despenita, no te preocupes por Perséfone, ella llegó en perfectas condiciones al Inframundo, incluso, yo misma fuí a dejarla allí.

Su tono de voz, llevaba toques de arrogancia y seriedad.

Ahora, vete a tu habitación, hija. Mañana seguiremos haciendo asuntos importantes y requiero, mucha energía tuya, durante todo el día.

Tomó el rostro de su hija y lo miró, tenía la mirada perdida.

La chica, estaba confundida, pero aún así, se dignó a asentir, a lo que su madre, le había propuesto.

Despena empezaría a investigar si era cierto.

Odiaba desconfiar de los demás, más cuando era su madre, pero era eso o no saber, lo que pasó, verdaderamente con su hermana.

Lo haría en secreto, para evitarse, regaños de su madre.

Deméter, sabía que su hija tenía algo en mente, pero lo dejó pasar

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Deméter, sabía que su hija tenía algo en mente, pero lo dejó pasar.

Había pasado tantos años y nunca se había percatado, de cómo era Perséfone con ella y Despena.

No la quería ahí dentro.

Tenía que tener un tiempo fuera, no es como si la hubiera mandado a una isla, siendo mortal y con alguna amenaza, dispuesta a dañarla Pensó Deméter.

Realmente estaba justificando su acción, como si fuese un “bien mayor”.

Lo que ni ella, Despena y Perséfone sabían, es que está situación, estuviera a punto de empeorar, a los días que pasasen.

Mientras tanto, se mantendrían alejadas, una de otra.

Perséfone estaba durmiendo, cuando sueños extraños, estaban apareciendo incomodandola al instante.

Parecían pesadillas...

Parecían pesadillas

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𝕰𝖑 𝕯𝖊𝖘𝖊𝖔 𝖉𝖊 𝕮𝖚𝖒𝖕𝖑𝖊𝖆𝖓̃𝖔𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora