𝕰𝖑 𝕯𝖊𝖘𝖊𝖔 𝖉𝖊 𝕮𝖚𝖒𝖕𝖑𝖊𝖆𝖓̃𝖔𝖘

Atención

Perséfone se había levantado y ha visto a su madre con su hermana estando juntas y platicando animadamente.

Se la había pensando mucho, aún estaba extrañada de la actitud de ambas pero otra vez, ignoró esos sentimientos y se fue a sentar al lado de ellas.

—Buenos días, ¿De que se encuentran charlando?

La diosa primaveral observó a ambas mujeres y su hermana contestó primero.

—Le estaba contando sobre algo que hicimos mi tía Anfitrite y yo —sonríe a su hermana pero siente el aura de Deméter algo serio.

—Si pero bueno, tu y yo también podríamos intentar hacer ese pastel, no veo porque tanto alboroto por ello.

Perséfone notó ese puchero que su madre le ha hecho a su hermana.

Normalmente, cuando se hablaba de Anfitrite, solo eran cosas buenas y pura amabilidad, pero está vez, Deméter no parecía muy contenta al escuchar a su hija platicar sobre maravillas hechas por la nereida.

—Pero es que es cierto, ella me ha tratado como si fuera una gran amiga —continuó Despena, contestandole a su madre—, de hecho más que eso, como si fuera su hija.

Esas tres palabras han dejado en shock a la rubia...

Sin querer, Despena abrió la lata de furia interior de Deméter, ya que lo que dijo su hija menor era echándole flores a esa mujer.

—No creo que sea pa--...

Esta vez, Perséfone habló.

—De hecho, puedo corroborar que Anfitrite es una gran amiga y me ha apoyado mucho en mis etapas de reinado.

Eso era el colmo.

Por alguna razón, Anfitrite le era desagradable a Deméter y ya estaba harta de escuchar a sus hijas hablando sobre ella, por lo que, con una voz severa, se dirigió a ellas.

—¡OKAY! ya basta, ustedes dos de dirigirse así hacia esa mujer —ambas diosas se asustaron por el tono de su progenitora—. Despena, de ahora en adelante, te queda prohibido convivir y mirar o hablar con Anfitrite.

—Pero ¿QUÉ? —comentó la diosa misteriosa.

—SI. Y eso va para ti también Perséfone, no quiero que convivan mucho con ella.

—¿Por qué? Eso suena muy tonto —dijo Perséfone, frunciendo levemente el ceño.

—¿Te atreves a cuestionar a tu madre? —se levanta y mira con desaprobación a su hija mayor—, porque te aviso que no me está gustando tu actitud.

—Solo he dicho, que me parece algo ridículo lo que estás haciendo —se levanta de su asiento también, y se pone al lado de su madre—. Es que también, ¿A qué viene esa prohibición de repente?

—Mi casa, MIS reglas. Por lo que tendrán que soportar eso, aparte, no es como si estuvieran perdiendo de mucho, solo de esa mujer.

Perséfone analizó la situación en su mente.

¿Su madre estaba celosa o era imaginación suya?

Eso era muy ridículo y si fuera así... ¿Por qué? ¿Desde cuándo estaba esa desaprobación hacia alguien tan genial como lo era Anfitrite? ¿A qué se debe todo eso de la prohibición?

Muchas preguntas pero pocas respuestas. Se sentía angustiada y por eso, decidió seguir cuestionando.

Despena se fue de ahí, con una actitud triste.

—¡Despena!, ¡Hija regresa!—dijo Deméter tratando de que regresará pero fue inútil, luego ve a su hija mayor y dice—. ¿Ves lo que haces?

—Pero... ¿Que has dicho?

Perséfone estaba incrédula.

¿Ella acaba de decir lo que cree que dijo?

¿Le está echando la culpa por algo que ella hizo?

—¿Que tienes contra ella? Hasta muy buena ha sido dando apoyo y atención a Despena, ayudándome a mi también.

—Lo hago por su bien —comentó en un tono más calmado pero serio—. Claro que tu comprendes eso.

—Segun tú, ¿qué es el bien que nos estás haciendo con esto?

La diosa cosechadora se estaba cansando de esta mini pelea, por lo que con un tono enojado habló de nuevo.

—No tengo tiempo para más cuestionamientos, tengo cosas que hacer, hablaré con tu hermana cuando regrese y más vale que nada extraño suceda ¿Okay?

Sin más, se fue sin despedirse.

Ahora más que nunca, tenía muchas preguntas e incógnitas mentales.

Estaba preocupada por la actitud de su madre, también por su hermana, teme que no esté bien es su estado mental.

Su madre y ella han estado pasando mucho tiempo juntas, más de "lo normal".

Parece que la sobreprotección de Deméter se está volviendo más fuerte que nunca...