Perséfone estaba pensativa y muy confundida.
Su madre no hacía eso, no era muy normal pero lo dejó pasar porque “Siempre hay una primera vez” ¿No?
La diosa, espero y espero por un cierto tiempo, pero no pasó nada, algo que mantenía muy ansiosa a la cabellos anaranjados. Dentro de una hora se escuchó el sonido de alguien aproximándose.
Eran Deméter y Despena, que parecían estar divirtiéndose con algún tema.
—Jajaja, si fue muy bueno que Poseidón se fuera por un largo tiempo, como un aire fresco para mí. —comentó la diosa cabello azul—.
Perséfone se dirige a donde estaban su madre y hermana.
—Mamá, Despena ¿Donde estaban? —preguntó, asustando a su madre por la forma en que llegó—.
—Hay Perséfone, me asustaste un montón. — respondió poniéndose su mano en el corazón— estaba con tu hermana, recolectando fruta fresca que hemos visto cerca de aquí.
—Así es —comentó Despena—ambas sabíamos que estabas descansando, así que no quisimos interrumpirte en tu hora de sueño.
—No me hubiera importado la interrupción, aparte pensé que algo raro estaba ocurriendo —comentó la diosa primaveral, algo desanimada—.
La piel verde, hizo una mueca de perdón pero luego se reincorporó.
—Bueno, bueno, lo que importa es que ya estamos aquí y hay que hacer el desayuno. Vamos Perséfone, ayúdame a hacerlo queridas mía, Despena quédate aquí y luego te llamaremos cuando esté todo ¿Vale? —dijo la diosa sonriendo a su encapuchada hija.
—Deacuerdo mamá, no hay problema. —respondió tiernamente—.
Perséfone quedó en shock, normalmente quién ayudaba a su madre con la comida era su hermana.
No es que no le gustase ayudar, al contrario, ella gustosa se encargaría de hacer lo que sea que necesitasen; solo que era raro como estaba cambiando las cosas ese día.
—*Esto es muy curioso pero bueno, que más da, solo ayudar en la cocina no es la gran cosa*
Todo el transcurso era normal, cuando preparaban todo, se sentía una vibra rara en el aire.
Las ninfas que tiene Deméter, no hacen casi nada (ya que la muy terca le gusta hacer sus propias cosas) pero esta vez, las jóvenes divinidades, parecían estar inquietas por terminar de hacer algo que no entendía.
Su madre estaba muy callada, no parecía querer o tener más ganas de darle plática o algo así; más bien, estaba muy callada y solo hablaba con algo relacionado a la comida.
Perséfone decidió tratar de hacerla hablar.
—Mmm mamá, ¿Por que comeremos este extraño tipo de pie?, ¿Creí que habías dicho que no se gustaba? —sijo la cabello naranja—.
—En efecto, detesto comer ese pie de bayas —prestandole atención a su hija— pero ha Despena le fascina, por lo que sacrificare mis gustos de desayuno por los de tu hermanita, ha ella le gustará mucho esto.
Perséfone se quedó pensativa un rato.
—*Que extraño, mi madre no suele hacer esto por mi hermana, pero bueno, supongo que es un día bueno para Despena*
Era cierto.
Deméter no solía pensar mucho, en los gustos y necesidades de la diosa misteriosa.
Es triste, ya que, Despena se tenía que conformar con lo que su madre le daba.
Al parecer, a su mamá le llegó el interés en conocer más sobre las cosas que le gustan a su hermana.
Era la hora de comer, las tres diosa se sentaron en una mesa.
La conversación fluyó mucho más que en la cocina. Solo que esta plática, no incluía mucho los comentarios de Perséfone.
Más bien, parecía que Despena y Deméter eran las únicas allí, algo que le pareció algo grosero a la piel morada.
—Podría saber ¿de qué tanto ríen? —preguntó en tono aburrido.
Despena sonrió y habló con su hermana.
—Bueno, es que mamá, me cuenta sobre la venganza que dió a un pueblo, hace unos días, para vengar a una chica —dijo en tono asombrado—.
—Si bueno, eso fue divertido... —respondió la diosa cosechadora— He estado haciendo muchas cosas últimamente, he pensado que los misterios eleusinos están funcionando bastante bien y como no, con ayuda de mi querida Despenita.
La diosa misteriosa abrazó a su madre amorosamente, Perséfone se sentía más incómoda que nunca.
No eran celos, ni nada de eso.
Más bien, era extrañeza lo que sentía.
Su querer le era difícil de conseguir, aunque ya parece que se llevan mejor, lo cual es bueno.
Pero era extraño, no imaginaba eso, parecía que de la noche a la mañana, su madre ha dado toda su atención enfocada a su hermana.
Tenía dudas de ello, sobre el extraño trato que estaban teniendo pero aún así, no sospechaba de algo sobrenatural o algo de ese estilo.
Todo el día, estas dos convivían bastante y Perséfone, solo estaba ahí, extrañada y confundida.
En la noche, se retiró a su alcoba a meditar de lo sucedido.
Debe ser cosas extrañas pero talvez el siguiente sería mejor...
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𝕰𝖑 𝕯𝖊𝖘𝖊𝖔 𝖉𝖊 𝕮𝖚𝖒𝖕𝖑𝖊𝖆𝖓̃𝖔𝖘
Fanfiction━𝙳𝚎𝚜𝚎𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝙳𝚎𝚖𝚎́𝚝𝚎𝚛 𝚢𝚊 𝚗𝚘 𝚜𝚎 𝚙𝚛𝚎𝚘𝚌𝚞𝚙𝚎 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚖𝚒́... 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎𝚊 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚛𝚎𝚘𝚌𝚞𝚙𝚊𝚍𝚊 ━𝐏𝐞𝐧𝐬𝐨́ 𝐏𝐞𝐫𝐬𝐞́𝐟𝐨𝐧𝐞, 𝐬𝐨𝐩𝐥𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐩𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥. 𝕾𝖎𝖓𝖔𝖕𝖘𝖎𝖘 𝖉...