Je te dédie la lune (Yuxiao)

4. Qian Kun.

Dejun había comenzado a pasar mucho tiempo con Kun, estaban juntos durante sus recesos y todos los días solían hacer el camino de vuelta a casa juntos. Dejun realmente se sentía muy cómodo con la compañía del chino mayor, era un chico bastante agradable y además le parecía alguien muy atractivo. Fue por estas razones que el día que Kun le preguntó si quería ser su novio mientras que iban en el autobús camino a casa, Dejun no dudó ni un poco al contestar que sí.

Inicialmente Dejun sobrellevó muy bien la situación, pues ellos ya pasaban muchísimo tiempo juntos y eso ya bastaba para él, sin embargo, conforme el tiempo iba pasando, notó que Kun intentaba obtener más contacto físico y eso ponía de los nervios a Dejun. El no había tenido un novio hasta ese momento y nunca fue fan de las demostraciones físicas de afecto, ni siquiera por parte de sus padres. Por lo que el no sabia como reaccionar exactamente cada vez que Kun rodeaba sus hombros con su brazo o cuando lo tomaba de la mano, había ocasiones en las que Dejun se lo permitía aunque él se sentía bastante tenso, hubo otras en las que simplemente no pudo con lo abrumado que se sentía y trato de alejarlo discretamente. Pronto Dejun se dio cuenta de que en realidad ya no se sentía tan cómodo junto a Kun y que ya no pasaban tanto tiempo juntos, de hecho, el trataba de evitar estar junto a Kun la mayoría del tiempo. Lo que lo entristeció un poco, pues Kun realmente le agradaba, pero genuinamente no sabia como lidiar con ello.

- Juuuun. Creímos que hoy ibas a estar con Kun, ¿Qué haces aquí? ¿Y por qué te estas tapando la cara con el suéter? ‒ Soltó una risueña Shuhua mientras hacía un espacio en la banca en la que se encontraba sentada para que su amigo se sentara.

- No puedo ver a Kun, mucho menos hoy. ‒ Dejun soltó un suspiro y se sentó junto a su amiga, inmediatamente se coloco de frente a ella y descubrió su rostro. ‒ Estar con el ya me pone nervioso, esto solo va a hacer que me muera de la pena. Quiero que la tierra me trague.

- Dios Jun, están horribles, ¿Te salieron anoche? ‒ La taiwanesa comenzó a rebuscar en su mochila, mientras que Dejun volvía a cubrir inmediatamente su rostro.

- Si, los noté por la noche, pero no creí que fueran a verse así de mal. Ni siquiera quería venir, pero mi mamá dijo que estaba siendo un dramático y que era normal. ‒ Dijo mientras que veía hacia todos lados listo para correr a esconderse en cuanto Kun apareciera en su campo de vista. ‒ Es tan vergonzoso.

- Bueno, no están tan mal, solo el de la nariz, es muy grande. Oh, ¡LO ENCONTRÉ! ‒ Gritó la chica mientras sacaba una mascarilla negra de su mochila y se la pasaba a el chico a su lado. ‒ Toma, puedas usarla lo que resta del día y así ya no tienes que taparte con el suéter.

El tomó la mascarilla y se la coloco inmediatamente. Se mantuvieron unos segundos en silencio hasta que la campana indico que era hora de iniciar las clases y ambos se dirigieron a su aula. Dejun se mantuvo el día entero escondido detrás de Shuhua y no se quitó la mascarilla en ningún momento, le aterrorizaba que alguien pudiera ver los horribles granos que le habían brotado mientras dormía, especialmente ese enorme y llamativo que había salido justo en la punta de su nariz. Cuando la campana finalmente anunció que era el final de las clases Dejun sintió el alivio recorrer su cuerpo, el día por fin había finalizado y solo le quedaba volver a casa sin que nadie notara la horrible situación en su cara y podría cantar victoria. Guardo sus cosas lo más rápido que pudo y en cuanto su amiga taiwanesa terminó con lo propio Dejun tomó su mano y la arrastro de manera apresurada hacia la salida.

Una vez que ambos abandonaron la institución, se dirigió junto con Shuhua a su parada de autobús, donde Soojin ya esperaba a la otra chica, para que ambos pudieran hacer su camino a casa. En cuanto estuvieron frente a la chica pelinegra, esta batió ligeramente su mano a modo de saludo y le dedico una sonrisa a su amiga.