14. Solo me importas tu.

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- Vas a matarme.

- Llego en 10 minutos, no vayas a irte.

Furioso alterno la mirada una vez más entre su celular y la alta figura que se acercaba tranquilamente hasta donde él se encontraba esperando, había recibido ese mensaje hace 20 minutos ya y el pelirrojo apenas se había dignado a aparecer. Faltaban solo 15 minutos para las tres y el había estado esperando ahí por casi una hora, no le gustaba ser impuntual, por lo que había llegado 10 minutos antes de las dos al parque en el que Yuta lo había citado, un terrible error en su opinión.

El japonés aun se encontraba a unos pasos cuando decidió que no iba a quedarse, no tenía porque, ni siquiera debió de haber esperado tanto desde un inicio. Se puso de pie y comenzó a caminar rumbo a la parada de autobús, evitando mirar en todo momento al pelirrojo, le resultaba demasiado desagradable en este momento.

- ¿A dónde vas, Dejun? ‒ Sintió los brazos de Yuta entrelazarse sobre su cintura, deteniendo sus pasos. Molesto, intento zafarse del agarre, pero el japonés solo lo apretó con más firmeza contra él. ‒ No te enojes, te juro que tengo una muy buena explicación para haber llegado tarde.

- No me interesa, suéltame, voy a irme. ‒ Dejun intento una vez más seguir su camino, sin embargo, el más alto seguía sin querer soltarlo.

- Vamos Jun, ya estamos aquí, no te vayas. ‒ Aun sin soltar el agarre en la cintura del menor, Yuta se las arreglo para mover al chino y dejarlos de frente, regalándole una sonrisa al menor a pesar del ceño fruncido que este mantenía en su rostro. ‒ Prometo hacer que valga la pena.

- Ya te dije que no me interesa, quiero irme.

- No te comportes como un niño, ven. ‒ Yuta rápidamente tomo su mano, entrelazando sus dedos y comenzó a caminar, tirando de el para que lo siguiera. Dejun soltó una serie de quejas, exigiendo al pelirrojo que lo soltara, pero esto no sucedió, en su lugar, una vez que el chino se quedo callado Yuta se dedico a darle una extensa explicación del porque había llegado tarde, explicación a la cual Dejun no presto ni una pizca de atención, pues no le importaba, estaba molesto y cualquier excusa que Yuta le estuviera poniendo le resultaba de lo más irrelevante.

Caminaron por alrededor de veinte minutos y Dejun no podía creer que aquel parque realmente fuera tan grande, es decir, sabía que era grande, eso podía verse, pero ellos seguían caminando y caminando y este no parecía tener final. Llegaron hasta donde estaban unas rampas para patinaje, el lugar estaba completamente vacío, Yuta no parecía llevar patines ni patineta con él, su mochila era demasiado pequeña como para eso, así que no entendía bien que estaban haciendo ahí.

- ¿Patinas? ‒ Preguntó confundido. El japonés lo miro con una gran sonrisa en el rostro y negó con la cabeza. ‒ ¿Entonces que hacemos aquí?

- Nada en especifico, solo que pensé que era mejor venir aquí, porque aquí nunca hay gente, ni ruido. ‒ El chino asintió no muy convencido, era cierto que no había gente, absolutamente nada de gente, lo que le resultaba un tanto inquietante tomando en cuenta eran básicamente dos preadolescentes, solos, en una parte muy alejada y sola de un parque enorme, no pintaba muy bien si se lo preguntaban. ‒ He notado que no eres muy fan del ruido. ‒ Bueno, eso era cierto, nunca le habían gustado los lugares muy ruidosos.

- No me gusta, es molesto, me pone de malas. ‒ Comento sentándose en una pequeña banca, intentando no pensar demasiado en lo solos que estaban. ‒ ¿Qué era lo que querías decirme? Dijiste que querías decirme algo.

- En realidad, quería preguntarte algo. ‒ Yuta tomó asiento junto a él, acomodándose de manera que quedaba de frente a su cuerpo, a Dejun le pareció adecuado imitarlo, para poder poner toda su atención sobre el japonés.

Je te dédie la lune (Yuxiao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora