3. Quizás no sea buena idea.

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Hoy era uno de esos días en los que Dejun se sentía sin muchos ánimos y no estaba seguro del porqué. Llegó a la parada de autobús y tomo asiento en lo que esperaba a que su autobús pasara. Notó que había dos chicos sentados a su lado platicando, pero decidió no ponerles atención, se sentía cansado. Finalmente su autobús llegó, abordó y tomó asiento de lado de la ventana, recargó su frente en ella y fijo su mirada en la nada. Sintió al autobús arrancar y permaneció en la misma posición hasta que sintió como el asiento a su lado era ocupado. Giró su cabeza en dirección a la persona que se había sentado a su lado y pudo observar a un chico pelinegro de lentes , portaba el mismo horrible uniforme que él y estaba bastante concentrado tecleando en su celular. Dejun se permitió observarlo unos segundos y pensó que era un chico muy guapo. El desconocido finalmente dejo su celular de lado y entonces volteo a observarlo. El chico tenía una pequeña sonrisa en su rostro y Dejun pensó que era la sonrisa más bonita que había visto en su vida.

- Hola. ‒ El saludo del chico tomó por sorpresa a Dejun, pues no esperaba que este fuera a dirigirle la palabra. ‒ Me llamo Kun. ¿Cuál es tu nombre?

- Yo...me llamo Dejun. ‒ Contestó un poco bajo.

- Es un lindo nombre. ¿Siempre tomas este autobús? Estoy seguro de que nunca te había visto.

- Eh, si, tomo siempre el mismo, quizás no me habías visto porque no suelo tomarlo a esta hora, regularmente trato de regresar a casa lo más temprano posible. ‒ Kun asintió ligeramente y volvió su mirada al frente.

- Seguramente es eso. ‒ Dijo y recargó su cabeza contra el respaldo de su asiento. ‒ ¿Cuántos años tienes? ¿Eres de primer grado?

- 12. ‒ Contestó Dejun mientras volvía a mirar por la ventana. ‒ Y si, soy de primer grado. ¿También eres de primer grado? Nunca te he visto en nuestro edificio.

- No, soy de segundo, acabo de cumplir 14 años. No eres de aquí ¿Cierto? ‒ Dejun rio un poco mientras negaba con la cabeza.

- No lo soy, me mudé de China con mi familia hace casi un año. ‒ Mencionó y entonces el otro chico volvió a girar su cabeza para poder mirarlo.

- Yo también soy chino. ‒ Kun le sonrió una vez más y de repente Dejun se sentía el chico más afortunado del mundo.

Continuaron con su charla hasta que Dejun llegó a su parada, se despidió de Kun y camino hacia su casa pensando en que de verdad le gustaría que se volvieran a encontrar.


++++ 


Dejun y Jinyoung permanecían sentados en el piso mientras que sus demás compañeros corrían. A Dejun nunca le había gustado hacer deporte, por lo que siempre encontraba un pretexto para no hacer nada durante su clase de deportes. Cubrió sus ojos con su brazo, pues el sol le estaba dando de frente, hasta que pudo notar unas pisadas que se acercaban y se descubrió para ver quien era.

- Estoy muerta, no puedo darle ni una vuelta más a la cancha o voy a desmayarme. ‒ Dejun soltó una pequeña risa al ver a su amiga desplomarse dramáticamente junto a ellos. ‒ Es tan injusto, ustedes siempre están aquí sentados, nunca tienen que hacer nada, siempre es lo mismo. ‒ Ambos chicos escuchaban a su amiga quejarse sin prestarle mucha atención en realidad. ‒ Oh por dios, hola Soojin.

- Hola Shuhua. Hola a ustedes también. ‒ La pelinegra se acerco, seguida por Yuta y otro chico que, aunque Dejun ya lo había visto antes, en realidad no sabia ni su nombre. ‒ ¿No tienen clase? ‒ Preguntó mientras los tres tomaban asiento.

- Estamos en clase de deportes, pero Shuhua ya se cansó y se niega a seguir corriendo. ‒ Dijo Jinyoung mientras le pasaba su botella de agua a Shuhua.

- ¿Y por qué ustedes no están corriendo tampoco? ‒ Cuestiono el pelirrojo. ‒ Llevan un buen rato aquí sentados.

- Ellos nunca hacen nada en esta clase. ‒ Contestó la chica taiwanesa a modo de queja. ‒ Siempre encuentran un pretexto para no participar en ninguna actividad, siempre están aquí sentados viéndome sufrir.

Todos comenzaron a reírse por lo exagerada que era la chica, hasta que el entrenador se acercó a ellos para llevarse a la chica que tenia que continuar con sus actividades. Soojin se fue inmediatamente tras ellos para hacerle compañía a la otra chica.

- Yuta, aun tenemos que volver a clase. ‒ Murmuro el chico cuyo nombre Dejun desconocía. El pelirrojo asintió para volverse en dirección a Dejun.

- Mañana vamos a saltarnos las clases para ir al centro comercial, ¿Quieres venir? ‒ Dejun lo pensó unos segundos y cuando esta a punto de contestar sintió unas manos posarse sobre sus ojos y obstruyéndole la vista.

- ¿Shuhua? ¿Volviste tan rápido? ‒ El chino preguntó mientras tocaba las manos que estaban sobre sus ojos y notó que estas eran demasiado grandes como para ser de su amiga. ‒ Tu no eres Shuhua, ¿Quién eres?

- ¿Tan rápido te olvidaste de mí, Jun? Debo decir que ese fue un golpe bajo. ‒ Dejun se giró inmediatamente tras oír esa voz y fue recibido por el rostro de Kun, el cual tenía pintada una gran sonrisa.

- Kun, no esperaba verte por aquí. ¿No tienes clase?

- No, mi profesora no se presentó hoy, así que tengo un rato libre. ¿Tu no tienes clase tampoco? ‒ Preguntó el pelinegro y luego miró a los chicos que se encontraban con Dejun. ‒ ¿Son tus amigos? Creí que habías mencionado que solo tenias uno.

- Eh, algo así. Cierto, Yuta. ‒ Dejun se acomodó para quedar de frente al pelirrojo que tenía una mirada un poco molesta. ‒ Yo no...

- No importa Dejun. ‒ Cortó el chico para ponerse de pie finalmente. ‒ Quizás no sea buena idea que vayas. ‒ Y sin más se alejó de manera apresurada junto con el chico de nombre desconocido.

- ¿Llegué en mal momento, Jun? Si es así lo siento. ‒ Se disculpó el chino mayor.

- No, no sé que le pasa, en realidad, ni siquiera somos amigos, no importa. 


Je te dédie la lune (Yuxiao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora