Después de mi suicidio.

Cuatro

Cuando era adolescente y conforme iba creciendo jamás tuve amigas, jamás. Nunca hice pijamadas, ni canté karaoke o hice postres a las 3 de la mañana, mucho menos fui invitada a cumpleaños ni tuve ningún invitado a los míos.
Yo jamás fui alguien.

Salí del colegio, cumplí 18 y tengo mi propio dinero, con la pandemia conocí personas que no me juzgaban, hice amigos, conocí grandes amigos, al fin había alguien que no estaba juzgandome por quién yo era.
Y aún así, ahora que los tengo, jamás los veo. Porque nunca hay nadie que me lleve, ni permiso de mi madre.
Ahora que tengo amigos, no los puedo ver.
Ahora que los tengo, siento que sigo sin tenerlos.
¡Aún así, soy nadie!
No pueden decirme que los amigos no definen quién eres, porque los amigos si que marcan las diferencia, los amigos impiden que te deprimas e intentes suicidarte.
Eso explica porqué lo he intentado tantas veces.

Me he leído cada libro sobre cómo hacer amigos, incluso los que tienen dibujos y son para niños, he visto documentales y estudios al respecto, he ido a terapia, lo he intentado y jamás parezco ser suficiente para mis amigos, siempre acaban yéndose sin aviso, sólo desaparecen de mi vida.
Y me quedo sola, no tengo amigos y es jodido, pero quizá es mi destino morir sola.
Venimos solos, morimos solos.

Suelo dormir acariciándome el cabello o abrazando mi almohada, supongo que me hace falta cariño materno, cualquier clase de cariño. ¿No suelo ser la primer opción de nadie, saben? No está tan mal, estoy acostumbrada a ser rebajada.

Soy la sombra de lo que solía ser, no soy ni una pizca de lo que soñaba con ser.
Mis sueños de niña, hablaban de libertad e emancipación, de estudios, de libros por montones, hablaba de juegos y amigos, hablaba de cocinar y ser una gran chef con un enorme restaurante, mis sueños de niña se quedaron perdidos con mis ganas de vivir.
Alguien se llevó mis sueños y soy incapaz de aceptar que estoy viviendo por otras personas, por ser incapaz de ser egoísta y pensar solo en quitarme la vida.