Me he hallado en este mismo lugar un infinito número de veces, escribiendo la misma nota basura con mala ortografía.
Tirando estupideces como despedida para personas que pensé que quería.
A las que quizá quería dedicar un ultimo adiós o un último te amo.Pensando como cobarde en si esta vez sería la definitiva, después de todo nunca fui una suicida realmente. Solo fui una depresiva con problemas.
Aún lo soy.
Aún me quiero arrancar las venas cada que tengo problemas, aún quiero refugiarme contra el pecho de alguien, aún corro como una niña bajo las sábanas, porque me agobia el peso del futuro, del ahora, del "¿Entonces cuándo?"
No sé qué hago, quién soy o a donde voy. Pero estoy segura de que en algún punto de mi vida me volví nada.
Siempre nada.
Cuando muera; mi ataúd será de madera, las flores serán blancas y las sillas de la iglesia estarán vacías.
No habrá multitudes llorando por mi muerte, no habrá alguien rogando por mi alma, no habrá nadie en mi casa despidiéndose de mi cuerpo inerte contra el ataúd.
En el fondo espero que cremen mi cuerpo, que mis cenizas sean esparcidas, que del polvo de mi cuerpo crezcan flores.
Que al final de mi misera vida, pueda ser algo, lo que sea.
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Después de mi suicidio.
Historia CortaPocas veces he tenido ganas de vivir, pero puedo contar con los dedos de la mano las veces que he intentado quitarme la vida y me faltarían dedos.